Imagen de archivo de tanques del Ejército español EFE/ Valda Kalnina

El declive de Ford Almussafes obliga a mover ficha a la automoción con la defensa como alternativa

Un estudio del clúster AVIA concluye que las empresas valencianas están listas para reconvertirse hacia contratos militares en menos de dos años mientras la planta del óvalo encara su peor ejercicio

Kike Cervera

Valencia

Miércoles, 19 de noviembre 2025, 00:54

La automoción valenciana busca salidas mientras su gigante histórico vive su etapa más incierta. Con Ford Almussafes produciendo coches sólo uno de cada tres días hasta final de año ... , la red de proveedores y servicios que orbitan alrededor de la factoría empieza a explorar alternativas para amortiguar el golpe y la vía que toma fuerza es la industria de defensa.

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En ese sentido, un estudio del Clúster de Automoción de la Comunitat Valenciana (AVIA) presentado este lunes abre la puerta de par en par a este nuevo camino: «La industria auxiliar del automóvil tiene capacidad para reconvertirse con adaptaciones relativamente sencillas y competir por contratos militares en campos como la conducción autónoma, la electrónica, la sensorización, los sistemas de comunicación o las baterías». Y si bien es un mercado «complejo, regulado y exigente», el tejido valenciano parte, según el informe, con una base tecnológica más sólida de lo que muchos imaginaban.

«El informe confirma que existe una línea directa entre los proveedores de automoción y la defensa», ha afirmado el presidente de AVIA, Francisco Segura, al presentar las conclusiones. La clave está en que muchas empresas ya trabajan con tecnologías y procesos que la industria militar necesita: software y electrónica avanzada, sistemas de energía, materiales resistentes, ingeniería, conectividad y soluciones para vehículos autónomos.

No en vano, el diagnóstico llega en plena tormenta para la fábrica de Almussafes. Según publicó LAS PROVINCIAS, la planta parará 16 días adicionales entre noviembre y diciembre, de manera que los trabajadores del Kuga —único modelo en producción— sólo acudirán 28 días en los dos últimos meses del año. Entre festivos, fines de semana, vacaciones y jornadas de ERTE, la factoría sólo montará coches uno de cada tres días hasta 2026.

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Una situación que anticipa el que puede ser uno de los peores ejercicios de la historia de Ford en Valencia. De los 120.127 vehículos producidos en 2024, la previsión para este año cae por debajo de las 100.000 unidades, lo que genera una incertidumbre que se extiende también entre los proveedores, muchos de ellos dependientes de los volúmenes de Ford para garantizar actividad y plantilla.

Y aunque la Generalitat ha insistido recientemente en su mensaje de confianza, la misma Conselleria de Empleo ya admitió que estudia prorrogar el mecanismo RED para evitar despidos si el nuevo modelo multienergía que promete la firma del óvalo no llega a tiempo.

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En este contexto, la diversificación deja de ser un deseo y pasa a convertirse en un salvavidas industrial. Así las cosas, el informe de AVIA, elaborado tras analizar treinta empresas del clúster, sostiene que la automoción valenciana podría adaptarse al sector Defensa en un plazo de entre seis meses y dos años. La razón: muchas compañías ya cuentan con procesos industriales maduros y tecnologías directamente aplicables.

Por consiguiente, las familias con mayor facilidad de entrada son; uno, materiales avanzados y composites (componentes que requieren resistencia a impactos, vibraciones o temperaturas extremas); dos, electrónica y sensorización (módulos, cámaras, LIDAR, software de control… áreas donde ya trabajan decenas de proveedores valencianos); tres, baterías y sistemas de almacenamiento (uno de los ejes de futuro tanto para el coche eléctrico como para drones, vehículos tácticos y sistemas energéticos militares); cuatro, ingeniería, TIC y ciberseguridad (empresas capaces de aportar en comunicaciones seguras, analítica avanzada y sistemas de protección digital); y cinco, logística industrial (experiencia en trazabilidad, transporte seguro y mantenimiento predictivo, trasladable a entornos militares.

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Los escollos: certificación y series cortas

El estudio también avisa: la entrada no será automática. Los principales desafíos son las certificaciones militares, que exigen protocolos y auditorías adicionales; las series de producción cortas, muy distintas de los grandes volúmenes del automóvil; y los entornos extremos, que obligan a reforzar materiales y procesos.

Aun así, AVIA considera que el potencial es claro y que la Generalitat puede jugar un papel clave si facilita apoyo en homologaciones, ensayos y alianzas con grandes contratistas. «Contamos con conocimiento, infraestructura y capacidades para este desarrollo», ha defendido Segura, que ha calificado el documento como «uno de los estudios más exhaustivos» elaborados por el clúster.

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