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España no podía perder en el partido más especial de la selección en Valencia. Sí, ganar siempre es importante pero en esta ocasión era casi ... un deber moral en una cita donde la solidaridad con los afectados por la dana estuvo siempre más presente que la condición deportiva de defensoras de la Nations League, en el arranque de una nueva edición del torneo. Es por ello que cuando Bélgica puso el 0-2, con menos de media hora por delante, nadie se movió de las gradas del Ciutat. Pina abrió la lata belga en el 77 e inició una mascletà que culminó con dos goles en el descuento, de Lucía García y Martín-Prieto. El tercero de España, en la bocina y tras varios rechaces, desató la locura tanto en la grada como en el banquillo. Ya no quedaba tiempo para más.
El 'jugamos por vosotros', el lema solidario de la cita que incluso se transformó en camiseta que se agotó para ayudar a los afectados por la dana, cumplió en ese instante de euforia todo su sentido. Ese «¡Goooooool!» cantado a pleno pulmón por todo el estadio retumbó en el sector donde estaban jugadoras de los 37 clubes de fútbol afectados por la tragedia del pasado 29 de octubre que estaban invitados, representando a Aldaia, Alfafar, Algemesí, Benetússer, Beniparrell, Catarroja, Chiva, Massanassa, Real de MontroI, Paiporta, Sedaví, Sinarcas, Turís, La Torre, Castellar, Picanya, L'Alcudia, Carlet, Utiel y Bugarra. Todas cantaron como una sola voz, en una cita muy especial donde representantes de los equipos acompañaron a las jugadoras de ambas selecciones en la salida al campo. Formando un sólo corazón.
Las de Tomé pagaron muy caro los fallos en las dos áreas en la primera parte. Vamos, donde se deciden los partidos. A los siete minutos España pudo ponerse por delante pero Claudia Pina remató al cuerpo de la portera rival y Vicky López no llegó al segundo remate. No pasaron más de cien segundos hasta repetir la acción, con Aleixandri y Alba como protagonistas. Bélgica aceptó el triple regalo, porque el tercero fue un mal despeje de Paredes, para adelantarse con un trallazo de Toloba. Las españolas adelantaron líneas para, al menos, empatar antes del descanso pero sus dos grandes ocasiones se las llevó el larguero, que tembló con un tiro de Vicky, y Evrad, que aguantó a la perfección a Alba Redondo en el uno contra uno.
La sensación en el césped es que todo era una cuestión de tiempo, por mucho que España siguiera fallando ocasión tras ocasión, puesto que la superioridad con el balón, con Aitana Bonmatí llevando la batuta era aplastante. Un partido en el que un equipo domina el 83% de la posesión y donde el marcador de tiros es de 34-6 (13-5 entre los tres palos) es una desgracia perderlo. Pero el fútbol, que es caprichoso, reflejaba un 0-2 en el marcador a los 72 minutos, después de que Toloba, la autora del primer gol belga, dibujara un pase de fantasía para la carrera de Wullaert, que se marchó por velocidad de Aleixandri para encarar a Cata Coll y batirle por alto con un zurdazo. Esa efectividad es la que le había faltado al equipo español hasta entonces.
Fue ahí donde se activó el corazón de las actuales campeonas del mundo. Nunca se puede subestimar a un equipo que ha levantado trofeos, por mucho que no esté acertado de cara a puerta. A España sólo le faltaba encender una chispa y esa llegó con la salida al campo de Salma Paralluelo, con 1-2. La aragonesa rememoró sus mejores tiempos como atleta y supo hacer pagar a la defensa de Bélgica todo el cansancio acumulado. Sobre su banda izquierda se volcó todo el peligro de las españolas en los cinco minutos mágicos del descuento. Tras un gran pase de Bonmatí, asistió para el empate marcado por Lucía García y cuatro minutos después, cuando la colegiada ya estaba mirando el crono para pitar del partido, impuso su físico, y su mayor gasolina en el depósito, para ganar centímetros en una refriega de rebotes dentro del área pequeña que terminó con el balón, después de chocar en un bucle de piernas, en la bota de Cristina Martín-Prieto que empaló el gol del triunfo. Fue el fin de fiesta perfecto en un Ciutat entregado, que nunca dejó de creer en la victoria ni con el 0-2, y que se marcó una goleada solidaria para que nunca se apague el foco de los afectados por la dana. Conviene no olvidar que eso es lo verdaderamente importante. ¿El fútbol? Eso es sólo un juego que nos apasiona.
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