Keum Suk Gendry-Kim: «Titular el libro 'Mi amigo Kim Jong-Un' me hizo recibir comentarios ofensivos»
La autora surcoreana Keum Suk Gendry-Kim aborda la relación entre las dos Coreas tras su éxito arrollador con las novelas gráficas 'Hierba' y 'La espera'
La frontera entre las dos Coreas es una de las zonas más calientes de la geopolítica mundial desde hace setenta años. Ambas potencias gesticulan amenazas, emiten mensajes por enormes altavoces, lanzan miles de panfletos y prueban armamento, casi por rutina. En la isla de Ganghwa, muy cercana a esa frontera, vive la autora de novela gráfica Keum Suk Gendry-Kim (Goheung, 1971), que se niega a aceptar como normal vivir escuchando bombazos todos los días.
Publicidad
En esa isla comienza 'Mi amigo Kim Jong-Un' (Reservoir Books), una crónica muy completa sobre las dos almas de Corea, tratando de buscar todos los lazos de unión y empatía posibles entre dos países que, sobre el papel, siguen en guerra. «Mi isla es muy hermosa, porque aún no está del todo urbanizada. Está cerca de Seúl pero también de Corea del Norte, y aquí la gente no me conoce como autora. Como mucho me llaman la mamá de los perros, porque siempre voy paseando con ellos», comenta la autora. «Quizás soy algo más sensible que otras personas que viven en la isla: soy artista, me fijo en las cosas, y donde vivo hay muchísimos entrenamientos de soldados, helicópteros y ruidos fuertes de bombas. Yo me inquieto, pero la gente de la isla está acostumbrada».
La novela gráfica intenta con perseverancia buscar puntos en común entre la vida de la autora y la del mismísimo Kim Jong-Un. «Yo quería transmitir un mensaje de paz. Pensé... ¿de qué manera es mejor hacerlo? Y se me ocurrió imaginar qué posible relación tendríamos él y yo. Yo soy del Sur y él del Norte. Yo soy autora y él dictador. ¿Y si alguna vez nos hubiéramos cruzado? Los dos vivimos en Europa cuando éramos jóvenes, por ejemplo». Se detallan muchas facetas de la vida del líder norcoreano, así como de la de la autora.
En países como el nuestro no es muy frecuente pensar que mucha gente de ambos países desee la reunificación, pero Gendry-Kim no olvida toda la catástrofe humanitaria que supuso la división. «El título viene de pensar... ¿realmente puede ser amigo nuestro? Corea era una familia que fue separada. Por ejemplo, mi madre quedó separada de su hermana mayor, que tuvo que quedarse en Corea del Norte, y nunca pudieron reencontrarse. Ahora estamos todo el día disparándonos entre nosotros. Por eso decidí titularlo 'Mi amigo Kim Jong-Un', y eso me hizo recibir comentarios ofensivos de gente que no se había leído el libro. Tampoco le he dibujado como si fuera un diablo, podría haber jugado con su gesto, con sus cejas, y no lo he hecho. También me han hecho comentarios por dibujar a una persona normal y corriente».
Niños adoctrinados
La autora vuelve a la infancia, a los tiempos más salvajes de la guerra de propaganda, para indagar en la mentalidad de muchos de sus compatriotas. «Nos adoctrinaban, hacíamos competiciones de anticomunismo. Yo intentaba ser la mejor para ganarme los elogios de los profesores. Si recogías muchos panfletos de propaganda del Norte, también la policía te daba premios». Dibujo de pósters, concursos de oratoria anticomunista... y un día descubrió que también el Sur lanzaba propaganda, panfletos que decían 'Bienvenidos al país de la libertad y la felicidad' ilustrados con una mujer en bikini. «En secundaria empecé a leer otras cosas, y cuando fui a Francia a estudiar empecé a tener otra perspectiva sobre lo que es la sociedad, el ser humano, la cultura y el arte. Una mente más abierta, también hacia Corea del Norte».
Publicidad
El libro no esconde las tiranías de la dinastía que gobierna Corea del Norte (asesinatos de rivales, falta de libertades, amenazas nucleares...), pero fomenta el entendimiento pese a todo. Gendry-Kim entrevista a refugiados del Norte que viven en el Sur, amigos de familiares de Kim Jong-Un e incluso al expresidente Moon Jae-In, uno de los que más cerca estuvo de desinflamar el conflicto. «Es un caso muy excepcional, un expresidente que ama los libros, tiene una librería pequeña y eso le hace también muy querido. He tenido suerte de poder entrevistarle. La gente que va a su casa suelen ser políticos, obviamente. Cuando dejó el puesto negó todas las entrevistas, así que cuando lo intenté yo me dijo 'Bueno, puedes venir a mi casa pero seguramente no te responda sobre Corea del Norte'». Gendry-Kim obedeció, pero contaba con intentar sacar el tema poco a poco. «Después de charlar un buen rato, de pasear, al final fue él quien me dijo: 'Venga, vamos a entrar en lo profundo'. Ahí vi que era muy humano, muy buena persona».
Cuando ella comenzaba, habría sido difícil que le concedieran esta entrevista. Es lo único bueno que destaca del éxito, porque desde la publicación de 'Hierba' en 2022 (un gran éxito con decenas de miles de ejemplares vendidos, muy popular en las librerías españolas) mucho ha cambiado para ella. «Pero cuando trabajo, nada tiene que ver con el éxito que he tenido. Sigo hablando de los temas que quiero abordar. Antes corría de aquí para allá tratando de que mi obra fuera conocida, que tuviera muchos lectores… ahora prefiero una vida más tranquila, con más silencio».
Publicidad
No todo brilla en Corea del Sur
En Internet es popular una imagen por satélite de la península de Corea de noche: al norte apenas hay luces, al sur hay millones. Se usa normalmente como arma arrojadiza para la política de otras partes del mundo. «Esa imagen se lleva usando en Corea del Sur muchísimo tiempo. Sabemos que en el Norte se ha sufrido mucho la pobreza, también ahora. Los derechos humanos, sobre todo los de las mujeres, no se respetan. Son problemas muy serios. Pero hablando de esa imagen… yo creo que ese tipo de propaganda no tiene mucho sentido. Al final, la felicidad no se calcula con luces, es decir, con dinero. No es la economía lo que hace feliz al ser humano, ni el oro o las marcas lujosas. La felicidad viene de cosas mucho más pequeñas».
Del Norte llegan noticias amenazantes y memes-caricatura, del Sur otras cosas: la imparable separación mental entre chicos y chicas, el aislamiento, el envejecimiento… A Keum Suk Gendry-Kim también le preocupan. «La sociedad de Corea del Sur está llena de estrés. Imagino que en España también se usa mucho el móvil, pero en el caso de Corea podemos decir que ya vivimos literalmente dentro del móvil. Nos produce mucho cansancio, fatiga y estrés. Los baby boomers envejecen y los jóvenes no tienen trabajo, no quieren casarse y no quieren tener hijos. Tampoco pueden comprar casas. Es un gran problema para la sociedad coreana. ¿Qué pasa? Que los jóvenes están viviendo de las pensiones de sus padres. Es un problema grave».
Publicidad
La novela gráfica como formato de éxito
Es innegable que vivimos grandes tiempos para el formato, y Gendry-Kim es hoy en día uno de los nombres más relevantes del mundo. «A mí me parece un medio bastante potente. Hay muchísimos libros por el mundo sobre Kim Jong-Il y luego sobre Kim Jong-Un, desde que heredó el poder. Hay biografías en inglés, japonés, coreano, escritas por historiadores y especialistas. Lo que pasa es que la novela gráfica, esta combinación de imagen y texto, nos es mucho más cercana, nos genera más curiosidad sobre un tema. Y si te da curiosidad, después de leerlo quizás quieras leer los otros libros escritos por especialistas».
En esta última obra, la autora solo utiliza solo dos colores en todo el volumen, un azul verdoso y un violeta suave: «El color más simbólico de Corea del Sur era el azul, un azul fuerte. El de Corea del Norte era el rojo. Entonces pensé que esos colores chocarían siempre, y mi mensaje es uno de conversación, de reducir la distancia. Así que le bajé el tono a los dos colores, los hice más difusos, menos conflictivos».
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión