Jesús Iglesias: «Le he dicho a Zubin Mehta que tiene la orquesta y Les Arts a su disposición»
El coliseo se inauguró el 8 de octubre de 2005. El director artístico hace balance de los 20 años del auditorio: «Helga Schmidt creó un embrión muy potente»
El Palau de les Arts fue inaugurado el 8 de octubre de 2005. Cumple 20 años de vida, aunque la primera ópera del coliseo ... se interpretó el 25 de octubre de 2006. Fue 'Fidelio', de Beethoven. El auditorio alcanza las dos décadas con buena salud artística, asignaturas pendientes (la implicación económica del Ministerio de Cultura)y apoyo del público y la crítica.
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–¿Qué es lo mejor y lo peor de estas dos décadas de Les Arts?
-Lo mejor es la propia institución, su propio crecimiento. Les Arts es un proyecto consolidado para Valencia y para la Comunitat. Lo peor son los avatares a lo largo del tiempo, que han sido como una montaña rusa y afectaron a la institución. Yo no conozco los detalles de esos episodios porque ni siquiera vivía en Valencia. Afortunadamente esos momentos de dificultad , que afectaron a la imagen y al crecimiento de la institución, están superados.
-Entiendo que uno de esos avatares fue la sombra de la corrupción sobre la gestión de Les Arts que incluso derivó en una causa judicial en la que todos los acusados fueron absueltos...
-Sí, pero insisto, yo tuve conocimiento de estas situaciones a través de la prensa.
–¿Esos avatares son frecuentes a las instituciones de ópera?
–En general, no, pero entiendo que se circunscribe a una época. Había una vinculación o una cercanía de Les Arts a la política más directa en un momento en el que la institución comenzaba. Luego hubo una crisis económica muy fuerte en el medio de todo esto y, si no me equivoco, incluso hubo gente que empezó a cuestionar la propia existencia de la institución.
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–¿Eso ya está superado?
–Yo creo que sí. Nadie cuestiona la existencia del Palau de les Arts, algo que es un logro de todos: de la Generalitat, del patronato, de las diferentes direcciones, del equipo, del público... es un trabajo de todos porque cada uno aporta su parte para que sea un proyecto consolidado. Nadie discute su rol.
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–La Comunitat ha visto cómo desaparecía el Banco de Valencia y Canal 9. No sé yo si los espectadores saldrían a la calle, como hace la afición del Valencia contra Peter Lim, si se cerrara Les Arts...
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–De eso, ya no estoy tan seguro. Es verdad que la gente se moviliza por cuestiones como la sanidad o la educación, materias que afectan a una mayor cantidad de gente, pero las instituciones culturales son importantes aunque afecten a un radio de acción menor. Les Arts es ahora noticia por lo que hace artísticamente y eso es lo importante de una institución cultural.
–¿Qué le debe Les Arts a la intendente Helga Schmidt?
-Sin duda, la dedicación al proyecto, desde su experiencia hasta el conocimiento. De ella queda, por ejemplo, la Orquesta de la Comunitat Valenciana (OCV). Podemos decir que es 50% de la actual formación es de aquella época. La intendente creó un embrión muy potente. Yo no dudo de la buena intención ni de Helga ni de Davide Livermore, de su deseo de que todo saliera lo mejor posible. Hay que respetar el trabajo de los demás y, ojalá, cuando yo me vaya el que venga haga crecer la institución donde yo la deje. Nunca hay que destruir lo anterior o menospreciar el trabajo de los demás.
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–En la primera temporada se estropeó la plataforma escénica y años más tarde se cayó el trencadís...
–No fueron unos inicios fáciles. Todo eso afecta a la imagen institución, que ha vivido episodios angustiosos. Tampoco olvidemos que en el Teatro Real se cayó la lámpara. Los avatares de Les Artes justo cuando estaba empezando afectan más.
-Les Arts es uno de los teatros de ópera arquitectónicamente más espectaculares. ¿La firma de Santiago Calatrava juega a favor de la imagen del coliseo?
–Sí, sin duda. Aquí hacemos arte dentro de una obra de arte; todo es singular. Es un edificio icónico, algo que pocos teatros lo tienes salvo la ópera de Sydney. Les Arts es una de las imágenes de Valencia. Al margen de polémicas, el nombre de Calatrava contribuye a hacer grande Les Arts y eso hay que valorarlo.
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-El Teatro Real no es tan fotografiado como Les Arts, donde siembre hay un reguero de turistas con la cámara en mano y tampoco sé si la institución aprovecha esa presencia de ciudadanos...
–Cada vez hay una mayor permeabilidad y las visitas van aumentando, lo que pasa es que no es un edificio que te coja de paso, porque la ciudadanía camina por la parte baja del río y aquí se entra por la pasarela.
–En la primera temporada hubo nueve óperas. En la programación del 20 aniversario también. ¿No se puede crecer?
–Ahora mismo hay que consolidar esta apuesta, pero por una cuestión de público, de ir consolidándolo. Además, la temporada en Valencia es un poquito más corta que en el resto. Voy a poner un ejemplo, el famoso festival de Mediterráneo. La cita no terminó funcionando porque en el momento que llega final de junio, el público comienza a focalizar sus intereses en otras actividades. Sin embargo, Barcelona o Madrid programan hasta casi final de julio. Esta peculiaridad de Valencia hemos de contemplarla, como el paréntesis en Fallas, que a veces se suma con el periodo de Semana Santa con lo que desaparecen 15 días de programación.
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–Más allá de la programación, ¿los 20 años de vida del Palau de les Arts no merecían una fiesta?
–La celebración misma es la propia temporada con el listado de directores musicales envidiable y el primer encargo de estreno mundial, que era una asignatura pendiente. La fiesta es ir creciendo cada día y ofrecer calidad en cada ejercicio.
-Algunas fiestas sirven para reivindicarse, acercarse a otro tipo de público o ser más visibles...
–Personalmente soy poco de fiestas y de fuego artificial.
–En esta temporada de altura, dígame un título de los que puedan hacer afición...
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–No me gustaría ir al manido 'Turandot', que es un gran título, pero tenemos que intentar mover a la gente hacia otros lugares. Yo recomiendo 'Fausto', que es un gran pieza y hace 20 años era la ópera más representada por encima de 'Aida', 'Turandot' y otras muy populares. En 'Fausto' tenemos un reparto estupendo, con Lorenzo Viotti como director musical, y nuestra producción viajará luego a Milán, Berlín y Madrid. 'Fausto', que abrirá la temporada, con la Orquesta de la Comunitat es un goce.
–¿Cuántos abonados tiene actualmente el Palau de les Arts?
–La cifra exacta es 2004 abonos, es decir, mantenemos el nivel de los últimos años. El abonado es un público tremendamente fiel. La venta de entradas ha cambiado radicalmente en los últimos años y ahora se vende muchas entradas más en el último momento. Es algo que sucede en todos los auditorios.
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–¿Cuál es la media de edad del abonado?
–Rondará los 65 años, pero la media del público en la pasada temporada fue de 48 años, una edad bastante baja para un teatro de ópera.
–Lo que no crece es el número de patrocinadores...
–Bueno, van creciendo poco a poco, alguno más hay, pero no es mi terreno. Mi competencia es la parcela artística.
–La financiación afecta directamente a Les Arts y quizá vuelva a haber una prórroga de los presupuestos del Gobierno y la dotación se mantendrá en poco más de dos millones. ¿La falta de apoyo económica es porque Madrid no se cree el proyecto del Palau?
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–No creo que sea eso. A mí las cuestiones políticas se me escapan. La incorporación del Ministerio al Patronato de Les Arts ha sido importante. Cuando yo llegué la aportación del Ministerio rondaban los 700.000 euros y ahora superamos los dos millones.
–En 2008, el ministro de Cultura, entonces César Antonio Molina, anunció que el apoyo del Gobierno aumentaría a los cinco millones. Más de 15 años después esa cifra sigue sin materializarse, de ahí la pregunta de si hay desinterés del Ejecutivo central por Les Arts...
–El hecho que se prorroguen los presupuestos dificulta cualquier incremento. Yo creo que valoran positivamente el crecimiento de la institución, pero se me escapa cómo distribuyen los recursos. Sin duda, hay que seguir insistiendo en el INAEM. La cantidad mínima y justa serían cinco millones porque, aunque el Liceo o el Real programen más funciones, Les Arts ofrece espectáculos de similar calidad, con precios más bajos.
–¿Le consta que desde la Generalitat se está batallando por reclamar más financiación estatal para el coliseo?
–No lo sé.
–En los presupuestos autonómicos para 2026, ¿habrá recorte como en las últimas cuentas?
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–En 2025 tuvimos un recorte de dos millones de euros, pero hemos de ser conscientes de las circunstancias. La situación que vivió la Comunitat por la dana obligó a focalizar los recursos en otras áreas. Espero que el Palau de les Arts vaya recuperando el nivel de subvención autonómica que teníamos.
–Estoy convencida de que al público valenciano le gustaría volver a ver a Zubin Mehta en Les Arts.
–Cuando llegué al cargo, escribí a Mehta para decirle que estábamos encantados de contar con él. Me contestó muy amablemente pero estaba embarcado en otras prioridades. Luego él me escribió hace tres años y programamos su actuación con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, pero él enfermó. Mehta saber que tiene la orquesta y el Palau a su disposición.
–Les Arts matiene el veto a Plácido Domingo. ¿Volverá?
–Existe un acuerdo de Comisión Ejecutiva del Patronato que marca la vinculación de Domingo con Les Arts. Es una decisión que he de respetar.
–¿Cómo director artístico no puede pedir que se revoque?
–Es una decisión de un órgano de gobierno, no es una decisión artística.
-Usted junto con Pablo González Tornel, director del Museo de Bellas Artes de Valencia, son los únicos dos gestores que proceden de la anterior legislatura, cuando gobernaba PSPV y Compromís. ¿Cómo lo valora?
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–Este tipo de cargos deben estar por encima del de las cuestiones políticas y de la ideología, porque al final somos profesionales culturales. Agradezco el respeto a mi trabajo porque fui elegido por criterios profesionales. Si después de 2026 continúo o no continúo, también me gustaría que se decidiera atendiéndose a criterios profesionales.
–Su contrato como director artístico concluye el 31 de diciembre de 2026. ¿Usted quiere continuar?
–Sí. Creo que todavía puedo aportar, mantengo la ilusión y tengo proyectos en mente, pero dependerá del patronato.
–Su contrato no admite más prórrogas...
–Imagino que tendrían que hacer otro nuevo, pero eso no dependería de mí.
–¿El conseller de Cultura frecuenta Les Arts?
–No ha venido a ninguna función todavía. Entiendo que cuando se está al frente de una macroconselleria de ese de ese nivel, el tiempo es limitado. La presencia y el contacto con la secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar.
–¿Y Mazón?
–Tampoco ha venido.
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