Christine Cloux: «A partir de los 35 o 40 años ya no te contrata nadie»

Este 1 de julio, la bailarina se alzó en la 27ª edición de la gala de entrega de los Premios Max de las Artes Escénicas, celebrada en Tenerife, con el premio a mejor intérprete femenina de danza gracias a su papel en 'Corpse Seul', una obra estrenada hace un año en Carme Teatre.

'Corps Seul' es un espectáculo en formato de solo donde Christine Cloux, acompañada por la música en directo de Daniel Santos, reivindica el papel de la mujer madura en el ámbito de la danza profesional. A menudo apartadas o invisibilizadas por razones de edad, muy pocas consiguen mantener su presencia activa en los escenarios.

-¿Por qué cree que no se ven muchas bailarinas mayores en los escenarios?

-Lo que suelo explicar es que en danza eres mayor muy pronto. Es decir, te formas desde muy joven bajo mucha disciplina y después tienes una carrera relativamente corta. A menos que colabores con coreógrafos con interés en mostrar a gente madura en los escenarios, a partir de los 35 o 40 años ya no te contrata nadie.

-¿Es únicamente una cuestión de disminución de capacidad corporal?

-Los coreógrafos y las coreógrafas esperan un gran rendimiento físico, pero una cosa es la fisicalidad y otra es el saber hacer y el arte de cada una. La danza no es un deporte, es un arte ante todo y, mediante esta invisibilización, acabamos por restar la capacidad interpretativa del bailarín mayor por su físico.

-¿Hay presión o un interés de la industria por apartarlas?

-Es algo implícito en el mundo de la danza que la gente está acostumbrada a ver cuerpos jóvenes. Aparte de las grandes figuras que pueden mantenerse por su reputación en el mundo de las artes escénicas, lo que es la gente de oficio no se encuentra con frecuencia subida a un escenario. Es evidente que no bailamos como hace 30 años, pero la mujer madura también tiene algo que contar.

-Desde que empezó hasta ahora, ¿ha observado un cambio a la hora de intentar visibilizar a bailarinas maduras y su arte?

-Ahora se ve cierto interés a la hora de querer trabajar con mujeres mayores, pero no es lo habitual. Lo cierto es que la visibilidad de estas bailarinas se da en proyectos muy concretos. De hecho, cuando empecé ya me decían: «¡Ay, date prisa, baila todo lo que puedes porque te vas a quedar mayor muy pronto!». Empezamos a bailar con una fecha de caducidad y, aunque poco a poco se va avanzando, es difícil cambiar esta costumbre.

-Entonces, ¿cómo ha logrado mantenerse activa y relevante en un campo tan competitivo?

-Porque llevo la danza en el cuerpo y en el alma. Es toda mi vida. Pero, si tuviese que decir algo, diría que la clave para estar conectada con el presente ha sido ver espectáculos y seguir siempre formándome y reciclándome. Nunca he dejado de tomar clases de danza, e intento estar en contacto con las nuevas generaciones a través de mis alumnas y alumnos.

-¿Qué significa para usted haber ganado el premio Max por tu papel en 'Corps Seul'?

-Llega en un momento de mi vida muy importante. Siempre damos pasos adelante, pero quizá el próximo pueda darlo con más serenidad y tranquilidad.

-¿Se ha encontrado con algún reto a la hora de trabajar en esta obra?

-El más importante ha sido que he trabajado sola durante ocho o nueve meses. Aunque no es la primera vez que hago un solo, he tenido que indagar profundamente en mis recuerdos y sensaciones para reflejar 40 años de danzas. Ha sido todo un reto estar conectada con el pasado pero viviendo en el presente al mismo tiempo.

-¿Ha influido la cultura valenciana de alguna forma en su estilo de danza?

-Todo influye. Lo bueno del artista es ser esponja y poder absorber lo que te rodea, para poder luego reflejarlo en el escenario. Con este espectáculo en concreto, he sentido que ha habido un retorno por parte de la gente de Valencia.

-¿Qué medidas podrían tomarse, según usted, para apoyar a las bailarinas mayores y prolongar sus carreras escénicas?

-Lo primero que debería replantearse es que los coreógrafos vean que su arte podría reflejarse también con cuerpos maduros y no solo a través de las proezas físicas y acrobáticas que consigue una persona joven. Creo que, si se diesen más espectáculos con gente madura, el público cambiaría su manera de mirar la disciplina y a las mujeres.

-¿Tiene algún consejo para alguna bailarina joven que está empezando?

-Le diría que se interesase por el arte de la danza y no solo por su propia danza. Es así como se aprende y como una puede verdaderamente trascender.