Varias personas con mascarilla salen de un centro de salud. Rafael Gutiérrez

El resurgir de la mascarilla en Valencia

Las farmacias registran más del doble de ventas del protector desde hace 15 días y las personas mayores son las que primero lo han recuperado

José Molins

Valencia

Viernes, 5 de diciembre 2025, 00:35

La mascarilla está de vuelta. Como cada invierno, aunque este año se ha adelantado un mes ese aumento de los virus, el protector facial es ... un elemento de nuevo común en la Comunitat. Especialmente en los centros sanitarios, y en su mayoría entre la gente de edad avanzada. Fuera de hospitales o centros de salud, aunque sean sitios cerrados como transporte público o supermercados, sigue siendo muy poco habitual ver a gente con este elemento, que se resiste a irse del todo desde que llegó en la pandemia de 2020.

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Por el momento los datos de infecciones respiratorias que maneja Sanidad (una tasa de 923 casos) sitúan a la región en el segundo escalón del nuevo Plan de Contingencia, el Escenario 1, considerado un umbral medio, aún lejos de los 1.654 casos que haría pasar al siguiente nivel, el de riesgo alto. Esto implica recomendación del uso de la mascarilla quirúrgica a todas las personas en centros sanitarios, y para personas con síntomas gripales, que la lleven en cualquier interacción social.

El Colegio de Farmacéuticos de Valencia señala que en los últimos días han detectado «un incremento en la venta de test de gripe y Covid y, sobre todo, de mascarillas», aunque no disponen de datos oficiales sobre este aumento. En algunas farmacias como Nova de Patraix o Cortes Valencianas dicen que la venta de mascarillas casi se ha triplicado en dos semanas y que está habiendo algunos problemas de suministro con las del modelo FFP2, pero con las quirúrgicas no hay falta de material, y que sobre todo las compran las personas mayores.

No obstante, basta con acercarse a cualquier centro sanitario para comprobar que esta recomendación ya está empezando a calar entre la población. Los pacientes con problemas respiratorios, con procesos de resfriado o inmunodeprimidos mayoritariamente deciden protegerse, también los de edad avanzada, al ser población de riesgo. Pero ese uso de la mascarilla es muy inferior entre los pacientes jóvenes, incluso de mediana edad, y también entre muchos profesionales sanitarios, exceptuando los de Urgencias y servicios relacionados con el aparato respiratorio.

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Rafael, ya jubilado, la llevaba puesta este jueves al visitar el hospital Arnau de Vilanova. «Me la pongo porque estoy constipado, así me protejo yo y también a los demás. Como no es obligatoria, no la lleva todo el mundo, sobre todo los jóvenes van sin ella. Pero con todo lo que pasamos en la pandemia, y ahora que lo ha recomendado Sanidad, creo que la gente debería ser más responsable. Me preocupa que este aumento de casos me afecte más», indica el hombre.

En cambio Francisco y Nadia, más jóvenes, van sin protector. «No la llevamos, pero deberíamos. Hemos visto gente que la tenía, pero muchos iban sin ella. Te sientes más en peligro de contagio si no te la pones, y estaría bien llevarla en otros sitios, como el metro o el autobús, que vamos todos amontonados, no sólo en el hospital». Igual que Álvaro, de 24 años. «No suelo llevarla pero es verdad que ahora se ve más gente con ella. Desde luego siempre es positivo ponérsela y si están repuntando los casos es mejor prevenir y llevarla».

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Los mayores de 65 años son grupo de riesgo y por ello desde octubre tenían la opción de vacunarse contra la gripe. Lola y Vicente están en esta franja de edad y acudían al Arnau para una prueba. «Levamos la mascarilla por protegernos, porque estamos bien. Tenía una cita en el hospital y no hay mucha gente con mascarilla, sólo un 30% he visto yo que la llevara, y los dos médicos que me han atendido iban sin ella. No cuesta nada ponérsela y vas más seguro, hay que prevenir», comenta.

Amparo precisamente se ha contagiado de la gripe y se está tomando antibióticos. Va al centro de salud de Benicalap a una consulta con el médico. «Dentro más o menos la mitad de gente estaba con la mascarilla, pero en el transporte o en otros sitios cerrados aún no la lleva casi nadie», apunta la mujer. Y María Pilar, también de la franja de edad avanzada, expresa: »La llevo por precaución, no tengo nada pero sí miedo a contagiarme. Sólo me la pongo cuando voy al médico. En el centro de salud había bastante gente con ella puesta».

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En cambio Jose, de unos 40 años, que ha acudido al hospital a recoger unos medicamentos, va sin protector. «Se me ha olvidado en casa, porque tengo que llevarla, ya que en unos días me van a hacer unas pruebas de riñón y no debo constiparme. Me la voy a dejar en el coche y en la chaqueta para tenerla a mano siempre. Al aire libre no hace falta, pero en sitios cerrados me parece conveniente», apunta.

Ante este aumento de contagios, Sanidad ha anunciado que ha contratado a 273 profesionales para reforzar a los departamentos de salud, que podrán disponer de más personal en función de la incidencia de las infecciones respiratorias y la situación en cada uno de ellos. El presupuesto es de 1,5 millones de euros y tiene como objetivo evitar la sobrecarga en los centros más tensionados.

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