Los pluviómetros del Segura funcionan frente a los 14 que fallaron en el Júcar el 29-O
Los sensores de lluvia de la CHS no registraron ningún error en el temporal Alice mientras una quincena de la CHJ estuvieron inoperativos el día de la dana
El temporal Alice ha revelado las dos caras del funcionamiento de los pluviómetros que integran el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), la ... red con la que las confederaciones hidrográficas vigilan los cauces de sus cuencas. El buen desempeño mostrado por los medidores de lluvia de la demarcación del Segura en el reciente episodio de precipitaciones bautizado como Alice, al no registrar fallos, ha dejado en evidencia el papel que jugaron los dispositivos de la Confederación del Júcar en la dana que arrasó la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre.
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LAS PROVINCIAS ya publicó una de las principales conclusiones del estudio de la CHJ sobre la riada del 29-O: hasta 14 pluviómetros dejaron de funcionar la fatídica jornada «debido a una anomalía en el sistema». Concretamente, los sensores de lluvia que estuvieron inoperativos el día de autos fueron los de Albacete, Borriol, el barranco del Carraixet, Cárcer, Castelfrío, el aforo en la acequia Real, el embalse de Loriguilla, la laguna del Marquesado, Mutxamiel, Requena, Serra Grossa, Torrijas, Tragacete y Remedio de Utiel. Cuatro de ellos se encontraban en cuencas de ríos y barrancos afectados por las crecidas de la dana.
Con tal de establecer una comparativa, este periódico también ha revisado los informes de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) relativos a la dana Alice para comprobar si su SAIH había reportado fallos sin hallar anomalía alguna. En el caso de la CHJ, entre los días 8 y 9 no se registraron errores en los medidores mientras que no constan datos de los pluviómetros como los de Alicante, Enguera Benalí, el azud de Sueca, Pajaroncillo y el embalse de Bellús entre el 9 y el 14 de octubre. Este último sensor ha permanecido averiado durante cinco días mientras los otros sí han sido reparados.
Durante el episodio de lluvias, el pluviómetro ubicado San Javier (Murcia) fue la zona de la CHS que acumuló una mayor cantidad de precipitaciones con hasta 182,1 litros por metro cuadrado en 24 horas seguida de la estación situada en el canal del postrasvase del Campo de Cartagena con 117,9, La Tercia con 108,8, la rambla de Benipila con 102,2 y la desembocadura de la rambla de El Albujón con algo más de 100. En total, la precipitación media areal registrada en el periodo comprendido entre el las 08:05 del 9 de octubre y las 07:00 del día 11 fue de 18,6 litros por metro cuadrado.
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Ante esta circunstancia, la Confederación del Segura emitió 45 avisos pluviológicos de nivel amarillo (27 en Murcia, siete en Alicante, dos en Almería) y ocho alertas naranjas (siete en Murcia y una en Alicante). Asimismo, el organismo de cuenca transmitió 27 avisos hidrológicos: 12 de nivel amarillo en Murcia, cuatro en Alicante y uno en Almería; seis alertas naranjas, todas en la provincia murciana, y cuatro situaciones extremas también en Murcia. Cabe recordar que estas lluvias derivaron en inundaciones sobre Pilar de la Horadada, el municipio valenciano situado más al sur de la provincia de Alicante.
Polo admite la «vulnerabilidad» del SAIH
La declaración judicial como testigo en la causa de la dana del presidente de la Confederación del Júcar, Miguel Polo, con la que rompió con su estruendoso silencio de casi once meses, dio también algunas de las claves sobre el funcionamiento del SAIH pues acabó reconociendo que los pluviómetros fallaron el 29-O: «Es habitual, es normal, siempre falla algún sistema en un sistema automático».
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Polo hizo referencia a la noticia publicada por este diario a preguntas de la defensa de la exconsellera Salomé Pradas. «El sistema tiene su vulnerabilidad», señaló al respecto. El máximo responsable del organismo de la cuenca explicó ante la jueza instructora que cuando falla un pluviómetro, seguramente el error no es del propio medidor sino de la comunicación con la que se transmiten sus datos: «Lo que ocurre es que el pluviómetro ha recogido datos y los datos se acaban enviando más tarde».
«Es raro que el pluviómetro en sí, falle, pero sí que falla la comunicación, hay que tener en cuenta que suelen ser los peores momentos atmosféricos», apostilló Polo que, aún reconociendo la existencia de posibles fallos, resaltó que la red SAIH «es bastante robusta» y está equipada con sistemas redundantes.
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