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Las obras contra reloj para poner a punto el hospital Militar de Mislata
Ya ha comenzado el traslado desde el Moliner de mobiliario y equipamiento para las nuevas 78 habitaciones, que serán todas individuales
Las obras del hospital Militar de Mislata encaran su recta final. Con máquinas y trabajadores por todas partes, desde el tejado, las ventanas, el interior ... y el exterior, para ultimar contrarreloj todo y dejarlo a punto antes de abrir las 78 habitaciones, todas ellas individuales, para enfermos crónicos y de larga estancia. Iban a estar reservadas para los pacientes del Doctor Moliner, pero como el ritmo de altas en Serra es tan elevado en las últimas semanas, apenas ocuparán una parte de esa cantidad de camas.
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Este martes han sido otros tres los pacientes que se han marchado a casa tras dejar Porta Coeli y ya sólo quedan 35 en el centro, ubicados en dos salas, para facilitar el trabajo del personal. Mientras tanto, en el resto de estancias están embalando el mobiliario para su traslado. De hecho, ya ha comenzado el traslado de esos muebles y equipamiento del Moliner al hospital Militar, que ha recibido los primeros enseres para ir adecuando las nuevas salas que se han reformado en Mislata.
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Aunque en el Moliner la dirección ha informado desde hace unos días a los empleados, pacientes y familiares que el traslado se hará el 18 de agosto, desde Sanidad indican que aún no se ha establecido una fecha concreta, ya que depende del estado de las obras de Mislata, pero las previsiones que manejan es que puedan hacerlo a finales de agosto, o incluso principios de septiembre.
La última sala que cerrarán será la de pacientes con problemas respiratorios, como se ha indicado en la reunión que la secretaria autonómica de Sanidad, Begoña Comendador, ha mantenido este martes con la dirección del Moliner, para avanzar en aspectos relativos a cómo se hará el traslado a Mislata de los pacientes que queden. Después de ese encuentro telemático, Comendador ha visitado las instalaciones del Militar para hablar con los responsables de la obra y poder coordinar este proceso de traslado.
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Mientras tanto, los trabajos de la constructora Acciona continúan a ritmo frenético en el hospital Militar, donde se están ultimando las instalaciones necesarias del cableado para las conexiones de equipos sanitarios dentro de las distintas salas. Se ha construido un edificio de nueva planta y se han reformado las alas existentes, que estaban muy deterioradas debido a la antigüedad de las instalaciones del complejo.
Los operarios realizaban este martes el sellado de las ventanas del nuevo edificio y diversos trabajos en la terraza. La entrada exterior ya se encuentra asfaltada, con las aceras casi terminadas y las farolas colocadas, aunque en el perímetro están ultimando los trabajos. Este edificio de crónicos, que estará formado por esa nueva instalación y las dos alas reformadas, se encuentra en la parte lateral izquierda del complejo mirando desde la antigua puerta principal.
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Desde el pasado 16 de abril Sanidad informó de que iba a cambiar el rumbo de los acontecimientos y abrió un proceso que ha estado envuelto de polémica. Las inspecciones de los técnicos dejaron claro que el estado del hospital Moliner era muy deteriorado y requería actuaciones urgentes de forma integral. Por tanto, en vez de la reforma prevista por fases, se decidió que sería integral. Pero eso obligaba a cerrar por completo el centro de Porta Coeli y buscar una solución.
Y esa solución pasaba por el Militar de Mislata, que llevaba años en fase de reforma y ampliación, y cuyas salas se iban a destinar en parte a pacientes psiquiátricos del departamento del hospital de Manises, al que pertenece esa zona. Pero con este cambio de Sanidad, la prioridad pasaba a ser los pacientes del Moliner, que serán trasladados allí. Previamente, en junio ya se llevaron 30 enfermos que estaban en lista de espera al hospital Padre Jofré, donde tuvieron que hacer dobles esas habitaciones para instalar las camas.
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Todo este cúmulo de circunstancias motivó numerosas quejas de pacientes, familiares y trabajadores por lo que consideraban improvisación de la conselleria por la falta de información que hubo hacia ellos. Un proceso de cuatro meses que en las próximas semanas va a concluir, cuando lleguen los enfermos del Moliner a sus nuevas habitaciones de Mislata.
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