Lo mejor y lo peor de la economía en la Comunitat

La búsqueda de un turismo de calidad que suponga un mayor desembolso económico para la Comunitat y la llegada de proyectos relevantes son los principales hitos a nivel económico durante la primera mitad de la legislatura, sin tener en cuenta la capacidad de reacción del Consell ante los problemas que le han ido surgiendo sobre todo en el último año. La dotación de ayudas fue ejemplar y la respuesta ante la amenaza arancelaria, también.

La falta de relevo generacional es un problema estructural, que afecta a diferentes sectores de la economía valenciana. El comercio es uno de ellos. De hecho, antes de que la dana arrasase todo lo que encontró a su paso el pasado 29 de octubre el cierre de negocios por falta de relevo era una de los aspectos prioritarios para una conselleria que no podía dejar de lado el comercio, pese a tener que manejarlo al mismo tiempo que el turismo y la industria, los dos grandes pilares de la economía valenciana.

El temor a una jubilación masiva en los próximos años o las constantes reclamaciones de Confecomerç para un plan efectivo de sustitución no han tenido un impacto directo en la estrategia del Consell al respecto. Es cierto que suficiente tienen los responsables del gobierno valenciano con el presente, pero sectores como el comercio, la agricultura o el transporte pueden estar en peligro si no se elabora un plan para hacer frente a la falta de relevo generacional.

Seis meses tardó el Consell en convocar una reunión de la mesa de diálogo social en la que el gobierno autonómico se sienta con la patronal y los sindicatos a pesar del compromiso adquirido en enero de que se iban a celebrar cada mes. En este tiempo la normalidad existente del diálogo social se vio salpicada por los recortes presupuestarios en las partidas de la CEV, UGT y CC OO y por los insultos del exsecretario general de UGT, Ismael Sáez, a Mazón, con la consiguiente respuesta de Camarero.

Al margen de la 'Estrategia de reindustrialización de la Comunitat 2024-2028' –presentada en septiembre del año pasado y que contempla medidas como la creación de 10 millones de metros cuadrados de suelo industrial, hay otras actuaciones que parecen enquistadas. Es el caso del nuevo mapa de suelo industrial necesario para facilitar la llegada de inversiones a la Comunitat, cuya actualización tenía que estar antes del 31 de mayo. Consite en un visor interactivo de las actividades económicas de la Comunitat en el que se puedan consultar las parcelas de suelo industrial y sus características, así como información adicional de interés.

Entre las herencias que dejó el gobierno del Botánico al de Carlos Mazón una de las que más problemas ha generado en los últimos dos años ha sido la gestión de las ITV. Tras un proceso de reversión que se prolongó más de la cuenta; numerosas protestas de los trabajadores; un colapso total del servicio por falta de empleados; y varios intentos de ciberataque a la página web de Sitval, empresa pública encargada del servicio, la conselleria no ha sido capaz de conseguir darle la vuelta a la situación de las estaciones valencianas, que presentan colas de varias horas para poder pasar la inspección si no se cuenta con una cita previa casi imposible de conseguir.

Anunciados tras la dana, los cursos exprés de Labora orientados a profesiones necesarias –y con déficit de personal– para la reconstrucción tras la dana no arrancaron hasta finales de mayo a pesar del interés.

El cuarto ERE en Ford Almussafes y la complicada situación provocada por la dana obligaba a una reacción. El Consell participó de forma activa, a través de la creación de una mesa de diálogo de la automoción, para la puesta en marcha de un ERTE Red que permitirá a los trabajadores de Almussafes mantener el empleo hasta la llegada del vehículo multienergía prevista para 2027. Quizás una actuación más contundente y ágil por parte de la Generalitat podía haber evitado la salida de más de 600 empleados en el ERE.

Dos años dan para que proyectos empresariales sólidos, como el de Edwards Lifescience o el de BP en Castellón puedan consolidarse en la Comunitat, pero quizás no son tiempo suficiente para que otros, que se han anunciado a bombo y platillo a lo largo de la primera mitad de la legislatura, hayan conseguido echar raíces en la región. El propio plan de reindustrialización, con una inversión prevista de 2.000 millones, podría servir de ejemplo. Anuncios que no llegan a arrancar.

El apagón evidenció lo que se veía venir con estrategia energética de la Comunitat: la continuidad de Cofrentes es necesaria. Para facilitar su supervivencia Mazón perdonó 14 millones a Iberdrola al tiempo que mantiene centenares de proyectos de energía renovable en stand by por las trabas burocráticas o la falta de sistemas de almacenamiento en la región.

La apuesta por las nuevas tecnologías era otra de las grandes misiones para el Ejecutivo de Mazón. Alcanzar un acuerdo con el Gobierno para tratar de impulsar a la Comunitat como capital de la industria de los semiconductores fue un avance que no fue a más ya que no pasó del anuncio. La comisión bilateral para el impulso del PERTE Chip ni se ha constituido un año después de ser anunciada.

La integración de Cevisama en el certamen Hábitat, poniendo así fin a 41 años del certamen del azulejo, no ha convencido a (casi) nadie a pesar de los esfuerzos de la Conselleria de Industria por explicar que la decisión se ha adoptado con consenso y que no supone una desaparición sino una evolución ante los cambios que está sufriendo el sector. Lo cierto es que la gran cita azulejera había ido a menos en los últimos años, tanto en número de expositores como de visitantes, y con la competencia en las mismas fechas de 'showrooms' propios de grandes nombres como Porcelanosa o Pamesa. Aún así, el malestar es patente en la provincia de Castellón.

La recuperación del tejido empresarial pasó a ser la prioridad número uno para la conselleria dirigida por Marián Cano. Las empresas que se habían visto afectadas por la dana tenían que ser capaces de volver a la actividad en un plazo de tiempo que no podía alargarse demasiado.

Ante una situación crítica y con una actuación ineficiente por parte del Gobierno central, el Consell se puso manos a la obra y diseñó diversos planes de ayudas para todo tipo de negocios comerciales, turísticos o industriales. El dinero repartido por la Generalitat salvó muchas de las compañías que hoy vuelven a tener actividad.

Si hay algo que ha caracterizado a la consellera Cano estos últimos meses es el pico-pala en denunciar los retrasos de las indemnizaciones del Consorcio a los sectores productivos por el perjuicio para la recuperación.

El departamento que dirige Marián Cano fue rápido en constituir una mesa con los principales sectores amenazados por los aranceles de Trump el pasado abril. Además, se preparó un calendario de reuniones en el Parlamento Europeo para tratar los efectos en la industria valenciana.

La conselleria inició a comienzos de año la depuración de buena parte del registro de viviendas turísticas de la Comunidad, que ya había llegado hasta las 101.205 viviendas hasta mediados de diciembre 2024 tras un incremento de más del 160% y sin control en la etapa del Botánico al estar incompletos datos y documentos esenciales obligados por la normativa.

La intención de cambiar el modelo turístico por uno mucho más industrial está ahí. Pero también, las cifras en materia turística. En los dos últimos años no sólo ha aumentado el número de visitantes, sino también su gasto.