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Dispositivos de seguridad que suelen llevar maltratador y víctima cuando se activa el protocolo de riesgo ante malos tratos. EFE

Los fallos en Valencia de las pulseras contra maltratadores: «Cuando sonó ya lo tenía encima. Me agredió»

El mal funcionamiento de los dispositivos de seguridad del Ministerio de Igualdad dejan ataques a víctimas no detectados, quebrantamientos de condena que quedan impunes y falsas alarmas: «Estuvo sonando toda la madrugada»

Arturo Checa

Valencia

Viernes, 14 de noviembre 2025, 00:27

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Sus vidas se han convertido en auténticos avisperos. Primero por una espiral de violencia, insultos y agresiones. Y después por un laberinto de tensión, miedo y sensación de desprotección. El rosario de fallos de las pulseras y dispositivos GPS ideados para fijar dónde se encuentra un maltratador y dónde la víctima, y alertar en caso de cercanía, ha sumido a muchas víctimas en una situación muy cercana al pánico. El programa, dependiente del Ministerio de Igualdad y supuestamente ideado para salvar vidas, está convirtiendo muchas de ellas en un suplicio. El último episodio, denunciado esta misma semana por la vicepresidenta Susana Camarero, la emisión de falsas alarmas cuando el agresor en realidad no se ha acercado. Pero no es el único caso.

LAS PROVINCIAS ha podido constatar a través de fuentes de los Centros Mujer 24 Horas y de lucha contra el maltrato muchos otros episodios: ataques de los que el dispositivo no avisa, quebrantamientos de la orden de alejamiento al no poderse probar en el juicio la infracción (por no detectarla el dispositivo), falsos avisos de alerta o pitidos durante toda una noche, sufridos por la víctima sin que el acosador estuviera cerca. Esta son sus historias, sin datos identificativos ni fechas para no aumentar su peligro e intranquilidad. Las pruebas de las constantes y preocupantes anomalías de las pulseras de maltratadores del Gobierno central.

«Cuando el dispositivo sonó ya lo tenía encima. Me agredió»

Su historia es la constatación de que las pulseras contra maltratadores no logran siempre su objetivo de proteger a las víctimas. La gran mayoría funciona, pero los episodios de fallos alarman. Y pueden costar vidas. A una mujer maltratada de la Comunitat así le pasó hace unos meses. Cuando el problema no eran las falsas alertas si no que el aparato no detectara que el agresor se acercara. «Cuando el dispositivo sonó, ya lo tenía encima. Me agredió», es el testimonio de una mujer que no fue alertada por su dispositivo. Ella presentó una denuncia. De hecho, fue la segunda vez que le sucedía.

El supuesto sistema de seguridad consiste en una pulsera colocada en la muñeca o tobillo del agresor y un aparato pequeño, similar al móvil, que lleva la maltratada. Este es el que debe emitir un sonido si el maltratador se acerca. La mujer también dispone de un 'botón del pánico' para avisar a las Fuerzas de Seguridad. Tras ser agredida, desde el sistema de protección se recomendó a la mujer el único remedio ante los errores de la tecnología: no salir de casa «por lo poco fiable que era el dispositivo».

El dispositivo fue cambiado al apuntar a un fallo de cobertura como posible causa del mal funcionamiento. Luego llegó un añadido a lo que había pasado: al volcar los datos del dispositivo, el quebrantamiento no constaba como producido. Un obstáculo para contar con una prueba con la que condenar al autor del delito.

«Me lo he cruzado varias veces, casi de frente, y no ha pitado»

No una vez, ni dos, ni tres. «En varias ocasiones». Es el balance que hace otra mujer maltratada en Valencia sobre los fallos que ha padecido en su dispositivo Cometa. Instantes eternos. «Me lo he cruzado, casi de frente, y no ha pitado», asegura la afectada.

En las ocasiones en que le sucedió, ella no dudó en denunciar los quebrantamiento. Valiente pese al acoso del delincuente. Pero con otro obstáculo. «Tuve problemas en obtener los informes de Cometa. Mi abogado me dijo que cada vez que pitara hiciera una captura de pantalla», recuerda, en referencia a su dispositivo de seguridad.

La usuaria del sistema de protección relata también como su aparato «pitaba de forma más habitual», a menudo, pero no la llamaban desde las Fuerzas de Seguridad, como marca el protocolo para que los agentes actúen en caso de amenaza. «Si yo llamaba no me contestaba ningún técnico», asegura la mujer. Su relato indica que acabó llamando varias veces a la Guardia Civil y estos le dijeron que se había producido un cambio de empresa «y los dispositivos estaban fallando».

«La pulsera no registró los quebrantamientos y salió absuelto»

De nuevo la reincidencia en episodios similares de fallos sufridos hace unos meses por otra maltratada valenciana. «No me pitó», la frase lamentada también por las demás afectadas. En una ocasión se topó con el acosador en el aparcamiento de un supermercado. La segunda vez fue directamente «un encuentro cara a cara».

Ella tampoco se quedó quieta. Presentó denuncias por infringir el maltratador la orden de alejamiento. Pero de nuevo se encontró con las disfunciones del dispositivo amparado por el Ministerio de Igualdad. «No los pude demostrar, él salió absuelto y le retiraron la pulsera Cometa», explica, resignada. Los datos del acercamiento no fueron registrados por el dispositivo y no pudo ser considerado como prueba en el proceso judicial.

«El dispositivo estuvo pitando desde la madrugada sin parar»

Los últimos episodios de falsas alertas se han registrado durante el presente noviembre. Lo ha denunciado la Generalitat y el propio Ministerio, que asegura que ya se han solucionado. Pero el infierno de intranquilidad y desasosiego de algunas víctimas ahí queda. Como el padecido por una mujer que pidió ayuda a un Centro Mujer 24 horas. «La pulsera había estado sonando desde la madrugada sin parar», fue el testimonio de la afectada. Ella llamó al teléfono que posee Cometa cuando se produce alguna situación anómala. «No me contestaron», señaló apesadumbrada la maltratada.

Al final el episodio se solventó tras ponerse en contacto con la Guardia Civil y Subdelegación del Gobierno. Algo parecido le pasó a otra víctima este mismo mes. También llamó a un Centro de Mujer 24 horas de la Comunitat para indicar que su dispositivo había emitido por dos veces el siguiente aviso: «Proceda con precaución».

La mujer no detectó peligro alguno ni notó que el maltratador se hubiera acercado. La maltratada llamó al servicio de Cometa, donde sólo le indicaron: «Estamos realizando algunas modificaciones». Le recomendaron que si detectaba algún incidente debía llamar ella con su móvil. Un mensaje no precisamente tranquilizador.

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