Paja del arroz amontonada en La Baldovina. LP

El Consell pide a los arroceros que saquen la paja del arroz a lugares públicos para recogerla

La conselleria ofrece a los agricultores ante la crítica situación la posibilidad de retirar estos restos sin trámites ni registros

Juan Sanchis

Valencia

Jueves, 16 de octubre 2025, 23:43

Las lluvias han cambiado los planes de los arroceros. Por una parte, han estropeado la parte final de la cosecha que ha causado, en ... principio, unas pérdidas cercanas a los dos millones de euros. Por otro lado, está impidiendo a los agricultores de la Albufera deshacerse de la paja del arroz obligando a dejarla en los campos con los consiguientes riesgos ambientales que conlleva.

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La Conselleria de Medio Ambiente está colaborando con los agricultores que se encuentran en una situación crítica. Desde este departamento, informan fuentes de esta conselleria, «se está realizando un seguimiento del estado del lago y del conjunto del Parque Natural de la Albufera tras el último episodio de lluvias. Las actuaciones que lleva a cabo la Generalitat se centran en realizar una monitorización en diferentes puntos del paraje para realizar una radiografía completa de su estado. Entre otras cuestiones, se toman los valores de temperatura y oxígeno para ver la incidencia de la paja del arroz en el entorno».

La Generalitat ofreció al inicio de la campaña la posibilidad de retirar la paja del arroz a través de Vaersa, la empresa pública dependiente de la Conselleria de Medio Ambiente. Para ello habilitó una partida de algo más de 85.000 euros. La alternativa no tuvo mucho éxito y sólo se consiguió certificar la recogida de 850 toneladas, una cantidad muy escasa. La llegada de las lluvias, principalmente en dos episodios a final de septiembre y en el segundo fin de semana de octubre, ha dificultado la iniciativa.

La recogida de la paja del arroz al modo tradicional (sacándola de los campos) es prácticamente inviable. Los campos están casi impracticables por los encharcamientos de forma que la maquinaria que empaca los restos de la cosecha no puede entrar en estas explotaciones porque se hunden haciendo muy difícil su retirada.

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Ahora, tras las lluvias, la Conselleria de Medio Ambiente ha ofrecido a los agricultores la posibilidad de «reforzar el dispositivo y se colabora con regantes y agricultores. Con los regantes por si hiciera falta agua para llevar al parque natural y con los agricultores para retirar la paja del arroz con sus propios medios o acercarla a zonas donde sea más accesible para que ya sea con la empresa pública Vaersa o con otros medios la Generalitat la retire. De hecho, ante las dificultades se ha contactado con agricultores y regantes para que saquen en la medida de lo posible la paja del arroz a zonas y caminos públicos y la Generalitat comenzará esta recogida extra esta misma semana».

Es decir, invita a que los agricultores dejen fuera de los campos en lugares públicos, como caminos, la paja del arroz que han amontonado y los servicios de las consellerias de Medio Ambiente y Agricultura procederán a su retirada. Algunos arroceros ya lo han hecho y en la finca Baldovina se acumulan algunas balas que en breve serán retiradas por la conselleria. No hace falta registrarse ni comunicarlo a nadie, como en el caso de que se quisiera que Vaersa actuara. Basta con sacar los restos a un lugar público.

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La quema de la paja del arroz es el procedimiento más utilizado por los agricultores para deshacerse de los restos de la cosecha. Pero en esta campaña esta opción es casi inviable. Las lluvias han mojado la paja y no se puede quemar salvo en algunos lugares muy concretos del parque y en zonas altas.

Si la recogida de la paja aparece como una opción inviable y tampoco se puede quemar, la alternativa que queda a los agricultores es dejarla en los campos preparada para el fangueo con los riesgos que acarrea.

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Que en los campos haya acumulación de materia orgánica húmeda es un riesgo para la Albufera porque cuando se produzca la inundación de los campos (a partir de inicios de noviembre comienza la perellonà) se corre el riesgo de que se produzcan episodios de anoxia, un fenómeno que consiste en el que se acaba el oxígeno en el agua con la consiguiente mortandad de peces y de especies de fauna.

Eliminadas estas dos alternativas, a los agricultores de la Albufera únicamente les queda fanguear, lo que supone introducir en la tierra la paja del arroz. Esta operación que se realiza todos los años en esta ocasión se presenta más complicada por varios factores. Por un lado, la cantidad para enterrar es mucho mayor. Habitualmente este procedimiento se aplica cuando se ha quemado la mayor parte o ha sido recogida. En esta ocasión, no ha sido así y el volumen será más elevado.

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Por otra parte, en la mayoría de campos el agricultor ya ha amontonado en un extremo la paja, un paso previo a su quema o a su recogida. De esta forma, según detallan los agricultores. fanguear es mucho más complicado por las cantidades amontonadas de estos materiales.

La orden de la Conselleria de Medio Ambiente autoriza a quemar la paja del arroz en la Albufera entre el 10 de octubre y el 31 de diciembre. La normativa establece que se puede quemar por motivos fitosanitarios. Este año este procedimiento tenía una especia importancia por la plaga que han sufrido los agricultores de pyricularia que ha provocado mermas en la cosecha de más del 25. La enfermedad ha sido especialmente virulenta en las variedades tradicionales como el arroz bomba, el 'Albufera' o el J-Sendra.

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