La Comunitat se queda sin bebés
La natalidad ha caído un 38% en las tres provincias a causa de los problemas para conciliar y por la emancipación tardía por las trabas para encontrar vivienda
Al mismo tiempo que la generación del baby boom vislumbra la jubilación, la Comunitat, como el resto de Europa se enfrenta a una caída en ... picado de la natalidad. Entre las tres provincias, desde 2008 la llegada de bebés al mundo en Castellón, Valencia y Alicante ha caído un 38%. Así lo recoge un estudio publicado recientemente por Funcas (fundación dedicada a la investigación económica y social). Precisamente ese año es el último en el que los registros iban al alza, lo que se tradujo en que se registrasen 57.083 alumbramientos en la Comunitat. Desde entonces, esta cifra ha ido en descenso, hasta cerrar 2024 con 35.499.
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Estas estadísticas frías se traducen en problemas, tanto locales como a nivel local. Y tienen sus causas, tanto puntuales como otras más coyunturales. Las primeras las sufren los pequeños pueblos del interior, víctimas de la despoblación. Hay muchos que sólo reciben algún niño en los meses de verano. Pero después está la tendencia de que hay cada vez más parejas que no tienen hijos, y en muchos casos no es por decisión propia. Y tampoco hay que limitarse a problemas de fertilidad, los hay meramente sociológicos como son las trabas para acceder a una vivienda y para la conciliación laboral.
Lo cierto es que estos dos factores forman parte de los principales problemas de la sociedad: está en boca de los ciudadanos y también lo reconocen los políticos, aunque sea a regañadientes. Pero adquiere más relevancia cuando son los expertos en población quienes los señalan como principales causas de la caída de la natalidad. La Comunitat no permanece ajena a una tendencia que se está dando en toda Europa: sólo se incrementa la natalidad en Alemania, Luxemburgo, Chipre y Malta, según los estudios de Funcas.
Ramón Domenech, sociólogo especializado en demografía de la Universitat de València (UV), constata que esta tendencia a no tener hijos no es voluntaria: «La gente quiere tener hijos, la media habitual está en dos por familia. El inconveniente es que no se dan las condiciones». Esto lo constata María Miyar, directora de estudios sociales de Funcas: «Las fecundaciones no han caído porque la gente no quiera tener hijos. Gran parte de las personas que dejan de ser padres y madres lo hacen de forma involuntaria. Incluso los que tienen un hijo a veces querrían haber tenido más». Y ambos expertos apuntan a la misma dirección.
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«La vivienda es un problema, porque la gente se emancipa muy tarde. Si no tienes una casa donde vivir con tu pareja, no vas a tener hijos. Y luego está el problema de la conciliación», comenta María Miyar. Ramón Doménech abunda en la situación laboral en España, que no favorece a los jóvenes a tener hijos: «Que te den una ayuda de 3.000 euros no vale para nada, eso te lo has gastado en pañales en seis meses».
Doménech propone que, más allá de estos cheques bebé se implementen políticas demográficas destinadas a la conciliación, como más permisos, flexibilidad en los horarios, ayudas para guarderías... María Miyar cita otros dos factores que van relacionados con la tendencia de nacimientos desde que hay estadísticas en el INE (Instituto Nacional de Estadística): de los 669.378 españoles nacidos en 1975 hasta los 317.852 que llegaron al mundo en el pasado ejercicio. «Estamos experimentando una continua caída en la tasa de remplazo. Ese descenso de la natalidad también conlleva a que cada vez haya menos mujeres en edad fértil», comenta María Miyar.
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Este dato hay que precisarlo, porque a las mujeres nacidas en España hay que incluir el factor de las extranjeras que han llegado en los últimos años y que posteriormente han decidido ser madres. En el caso de la Comunitat aquí hay una contradicción estadística que tiene una explicación social. «En España, la media de alumbramientos de mujeres extranjeras se sitúa en el 19%. En la Comunitat Valenciana este porcentaje se eleva al 24%», señala María Miyar, que apunta que, sin embargo, la tasa de la fecundidad es menor en este territorio: «Esto se debe a que también llegan mujeres a residir ya fuera de la edad fértil».
Y después la experta también desliza otro aspecto social que está afectando en la natalidad, como consecuencia de una dificultad para encontrar pareja. «La diferencia de educación entre hombres y mujeres. Ahora hay más universitarias, y lo habitual es que ellas busquen pareja entre personas con una misma formación. Y también suelen querer ser madres con hombres que tengan conductas igualitarias», apunta María Miyar. «La tasa de fecundidad en España es la más baja de Europa, sólo está por detrás de Malta», señala. En cuando a la caída porcentual de los nacimientos, España presenta algo más de un 38%. Sólo le superan Grecia (40%) y Letonia (41%). Esta tendencia a la baja es generalizada en el Viejo Continente. «En las próximas décadas, España, como buena parte del mundo, experimentará una transformación demográfica sin precedentes», apunta Miyar.
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Con España en la media, En total, 15 comunidades y las dos ciudades autónomas figuran entre las 50 regiones europeas (de 220 con datos) con las mayores caídas de la natalidad entre 2008 y 2023. «Esto es algo que se está dando en todo el Mediterráneo, pero en España el descenso es mayor que en otros países como Italia», indica María Miyar, analizando los datos de Funcas.
Con esta tendencia, está por ver las consecuencias económicas que va a tener en Europa y, por lo tanto, en la Comunitat. «Normalmente desde el sector económico se apunta al sistema de las pensiones», apunta Ramón Doménech. El sociólogo se decanta por un periodo de tensión, pero también deja sobre la mesa otro factor. «Puede ser que con las jubilaciones del baby boom el sistema tenga un estrés, pero también hay que tener en cuenta que la esperanza de vida no es ilimitada, y que las siguientes generaciones ya van siendo más cortas», desliza. Igualmente, y esto ya lo comenta como opinión personal, quizás habría que repensar el sistema contributivo: «Por ejemplo, flexibilizarlo, porque en ciertas profesiones es inviable que alguien llegue a los 70 años todavía trabajando».
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Ramón Domenech habla también de un concepto que es la eficiencia reproductiva, que se ha apuntalado conforme han llegado los avances sanitarios. «Hace décadas en España la gente podía tener cinco o seis hijos, pero también había menos esperanza de vida en la etapa infantil. Ahora esto es impensable en Europa», indica: «Nace menos gente, pero las condiciones de vida son mejores».
Las pirámides de población perfectas, por ello y según apunta el experto de la UV, no son propias de las sociedades modernas. «Se da en países como por ejemplo Somalia, que no han tenido aún esa evolución. Nace mucha gente, pero llegan menos a la edad adulta», concluye.
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«Me gusta ser maestra pero no con hijos»
«Me gusta ser maestra, me encanta enseñar. Pienso que es la mejor profesión del mundo... pero no me veo con hijos, no quiero esa responsabilidad». Así de tajante se muestra Paqui, que a sus 39 años se reafirma en una decisión que ya barruntaba, pero que tomó cuando empezó a formarse para la docencia: «Estudié Educación Especial y cuando vi las enfermedades y todas las complicaciones que puede haber me reafirmé en mi decisión».
Pese a que ya estaba convencida, llegó al ecuador de la veintena con esa idea en letargo. Hasta que inició la relación con Eduardo a los 26 años. «A esa edad ya tienes que hablarlo. Él estaba indeciso, así que lo comentamos y lo aceptó», comenta. Hasta hoy, cuando la pareja está casada y tienen como responsabilidad dos chihuahas, que los acompañan en la mayoría de sus viajes vacacionales.
«Mi padre tuvo demencia y lo pasamos mal. Es familia, una responsabilidad que te toca. Pero tener hijos y todo lo que conlleva es algo que tú eliges», resalta Paqui: «Claro que hay gente que te pregunta que cuándo vas a ser madre, al menos hace un tiempo, y otros que te llaman egoísta... pero tengo amigas con niños que ahora me dicen que he elegido muy bien».
Paqui es corredora y Eduardo va al gimnasio. Ella cuenta su historia desde Ibiza, donde se ha ido esta semana con unas amigas. En pocos días se irán juntos Japón. «Es la ventaja de no tener hijos. Yo cotizo con mi trabajo, quienes tienen niños cuentan con ventajas fiscales», apunta.
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