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Unidades prefabricadas en la zona de entrada de Urgencias. LP

2.000 metros cuadrados de barracones en el hospital General por las obras

Las consultas de Endocrinología y Reumatología se suman a unos módulos prefabricados que ya están presentes en cinco zonas distintas del recinto

José Molins

Valencia

Miércoles, 6 de agosto 2025, 00:22

Las obras en el hospital General de Valencia, sumadas a la falta de espacio en el centro para la cantidad de población que abarca, están ... obligando a aumentar el área de atención a los pacientes en unidades prefabricadas. Ya hay unos 2.000 metros cuadrados de barracones para diversos servicios, distribuidos hasta en cinco puntos distintos del recinto hospitalario, tanto en la entrada de Urgencias como en los patios ajardinados.

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Las últimas especialidades en sumarse a atender en estos módulos exteriores han sido Endocrinología y Reumatología, que desde julio trabajan en la parte trasera del pabellón B, en un espacio de 355 metros cuadrados. Permanecerán en este nuevo espacio hasta el año 2028, cuando se prevé que estará acabado el futuro edificio de consultas externas del hospital.

No obstante, se trata de módulos modernos y completamente equipados, que aunque estén en zonas exteriores, cuentan con climatización y baños, y permiten dar un espacio extra al hospital. En el caso de estas casetas nuevas, al trasladar estos dos servicios se consigue ampliar las consultas y liberar espacio en el edificio, donde a cambio cuentan ya con 14 nuevas camas para hospitalización. El barracón, pintado en variedad de tonos verdes, tiene además una sala de espera para 45 personas, mostrador de información y un total de seis consultas de Endocrinología y 7 de Reumatología, más 3 de enfermería. En esta área trasera del pabellón B, pero separado unos metros, también se encuentra otro barracón, de otros 350 metros, donde se ubican Prevención de Riesgos laborales y Medicina Laboral.

Las nuevas consultas prefabricadas de Endocrinología y Reumatología. LP

Aunque lo más llamativo sin duda se encuentra en la zona de entrada de Urgencias, ya que ahí coinciden las obras de reforma y ampliación, con máquinas y trabajadores entrando y saliendo, junto con una gran área prefabricada, de varios módulos encadenados, donde se encuentran la consulta básica y una gran sala de espera, además de otro barracón contiguo para los celadores. Y enfrente, otro más para vestuarios de enfermería. Además, en medio de toda esa situación, lo que suponen en sí las urgencias: ambulancias sin parar de llegar y salir, así como enfermos y familiares que esperan a ser atendidos durante varias horas.

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Todo provisional mientras duren estas obras. Cabe recordar que se trata del hospital más antiguo de Valencia y por ello necesita renovarse continuamente para seguir dando una adecuada calidad asistencial, como ocurre con esta reforma de Urgencias. De forma paralela, se sigue atendiendo en la sala de espera dentro del edificio, aunque en la tercera fase de las obras también está previsto reformar esta área, por lo que aún es posible que en los próximos meses aumenten todavía más los barracones en el recinto. Espacio para ello todavía hay, sobre todo en el patio interior.

Y precisamente en ese jardín se encuentran los módulos más grandes de todos, los de la Unidad de Hospitalización Transitoria (UHT), donde actualmente hay ubicadas 31 camas para pacientes en observación que están esperando un ingreso en planta en el hospital. Pero además se está ultimando el montaje de otro bloque de módulos para albergar a más enfermos de forma provisional.

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La particularidad de estos barracones es que las camas no disponen de espacio ni intimidad entre ellas. Están unidas y sólo se les puede separar con una cortinilla, por lo que los pacientes se quejan. Sobre todo porque allí pueden pasar uno o dos días esperando que se libere una cama en la que quedarse ingresados, y porque se restringe mucho las visitas de los familiares. Sólo se permite uno por enfermo, por la escasa capacidad de estos barracones, y en unas franjas horarias determinadas cada día.

Como las camas del hospital siempre suelen estar todas ocupadas, ya que los sindicatos cifran que el General debería tener unas 200 camas más para asumir la demanda que tiene, el tiempo de espera en estos barracones, sin espacio ni condiciones adecuadas, cada vez es mayor, lo que provoca molestias a los pacientes, ya que incluso los baños son muy reducidos, y además estos módulos están en plena calle, aunque acondicionados térmicamente. Aunque durante este verano no se están viviendo días de gran saturación, como sí ocurre en otras épocas del año.

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En octubre está previsto que se acabe esta fase 2 y se inicie la tercera, que será la última para terminar este proceso de reforma de las Urgencias del General. Paralelamente, también están en marcha reformas en Análisis Clínicos, por lo que también han colocado otro barracón en el patio junto al pabellón A, donde realizan las pruebas y entregan las muestras y resultados a los pacientes. En una sensación de provisionalidad que crea confusión entre los usuarios, que tienen que preguntar al personal dónde está la nueva ubicación de estas áreas.

Nuevos búnkers

En cambio, lo que ya se ha renovado por completo es la sala de Oncología Radioterápica que se encuentra en el sótano del edificio del pabellón A. Un espacio que ha cambiado radicalmente en unos meses y que ahora se ha reformado con equipos de tecnología punta en España. Entre ellos, tres búnkers con aparatos de última generación con fondos europeos Inveat, en los que se han instalado tres aceleradores lineales de electrones. Es un equipo de alta precisión y gran estabilidad, que dispone de un sistema robotizado de imagen para el posicionamiento del paciente.

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Estos aparatos realizan irradiación cutánea total con electrones para linfomas, una técnica muy novedosa que convierte al General en el único centro público de la Comunitat que lo hace, y en toda España sólo lo llevan a cabo en dos hospitales de Madrid y Barcelona. Estas obras para realizar los búnkers han durado cerca de un año, ya que se tuvieron que retrasar al inundarse algunas estancias durante los trabajos, pero ya se ha terminado y desde hace unas semanas se encuentra en servicio.

Los beneficios de estos sistemas de última generación suponen que las pruebas son más seguras, eficaces y mucho más concretas para ir directas a la zona dañada del paciente, sin irradiar otras partes del cuerpo ni causar otros efectos. Se llevan a cabo en los tratamientos oncológicos de radioterapia, donde están innovando mucho en problemas articulares.

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