Maria Branyas junto al doctor Manel Esteller. Instituto Josep Carreras

El secreto de la longevidad de Maria Branyas, la anciana que ha vivido 117 años

La mujer catalana llegó a convertirse en la persona viva de mayor edad en todo el mundo

Mar Georga

Lunes, 29 de septiembre 2025, 00:57

Maria Branyas Morera nació el 4 de marzo de 1907 en San Francisco (Estados Unidos), tan solo unos meses después de que el terremoto de magnitud 7.9 destruyese la ciudad. Años más tarde, ya entrada la I Guerra Mundial de 1914, su familia decidió regresar a España. Emprendieron un viaje en barco de varios días que le costó la vida al padre de Maria, quien falleció en dicha travesía a causa de la tuberculosis.

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A lo largo de su vida, la catalana fue testigo de todos los acontecimientos históricos que marcaron la historia del país y del mundo en el siglo XX. La pandemia de la gripe española de 1918, la Guerra Civil -contienda durante la cual trabajó como enfermera junto a su marido, médico-, la II Guerra Mundial, la llegada del hombre a la Luna en 1969 y la caída del Muro de Berlín en 1989. Maria también presenció el cambio de milenio y, en 2020, sobrevivió a una segunda pandemia, contrayendo y superando el virus del covid-19.

En todos estos años, la anciana ha tenido que ver morir a sus padres, a su marido, a sus hermanos, a sus amigos e, incluso, a su hijo. Trágicamente, tuvo que ver partir al mayor de sus hijos, quien falleció a la edad de 92 años. Más tarde, en el año 2023, Maria Branyas Morera logró convertirse en la persona viva de mayor edad del planeta (con 115 años de edad). Posteriormente, a la edad de 117 años, Maria daba su último adiós y daba por finalizada esta aventura que tanto mundo le ha hecho recorrer.

Durante los últimos años de su vida y hasta poco antes de morir, en agosto del año pasado, Maria accedió a que un grupo de científicos le tomara muestras con el objetivo de descifrar los secretos de su longevidad. «Estudiadme, aprended de mí», le dijo a Manel Esteller, jefe del grupo de Epigenética del cáncer del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras. Los resultados de todas estas pruebas acaban de ser publicados 'Cell Reports Medicine', la revista académica de biomedicina.

Los resultados del estudio: los secretos de la longevidad de Maria

El equipo de Esteller estudió meticulosamente el sustrato biológico de Maria Branyas para entender su longevidad y su posible relación con sus hábitos y actitud ante la vida. Durante años, recogieron muestras de saliva, sangre, orina y heces para realizar un análisis multiómico, integrando diferentes disciplinas de la biología molecular, tales y como la genómica, microbioma, transcriptoma, metaboloma, proteómica y epigenómica.

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El principal secreto de Maria es que contaba con un sistema inmunitario muy potente, así como con unas células de defensa muy buenas. Esta característica le permitió presentar un cuadro clínico de covid muy leve, ya que sus células del sistema inmunitario seguían funcionando con gran eficiencia y sin causar inflamación autoinmune. Es decir, tenían una memoria muy larga, con el recuerdo de todas las infecciones que tuvo en sus 117 años, pero al mismo tiempo, no atacaban a sus propios tejidos.

A pesar de sufrir sordera parcial desde joven y tener telómeros un 40% más cortos que la media, no padeció enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas ni cáncer. Maria envejeció con los típicos achaques de la edad para moverse, dado que sus telómeros indicaban su edad cronológica, pero su edad biológica era mucho inferior, concretamente 23 años menos que lo que marcaba su documento de identidad.

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Otro de los impresionantes hallazgos es que la catalana poseía una microbiota intestinal comparable a la de una persona joven, casi adolescente. La microbioma está íntimamente relacionada con la salud física y mental, tal y como han demostrado algunas investigaciones recientes ('Microbial genomics', entre otras). Asimismo, Maria presentaba un metabolismo del colesterol y lípidos muy eficiente, así como una función mitocondrial excepcional (orgánulos celulares eucariotas encargados de la respiración celular).

No obstante, los investigadores de dicho estudio han valorado el trabajo conseguido pero a su vez han reconocido sus límites. Como explica Iñaki Martin-Subero, investigador ICREA y jefe del grupo de Epigenómica Biomédica del IDIBAPS de Barcelona, quien no ha intervenido en este estudio realizado por científicos de una veintena de instituciones, recuerda que la muestra es N=1. Esto significa que arroja luz sobre el caso particular de Maria, pero no se puede extrapolar al universo poblacional dado que no resulta una muestra representativa.

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