Los submarinistas hallan huesos de otras dos personas en aguas de Calp
Las sábanas, que tenían bordados esotéricos, también contenían un crucifijo, una estatuilla femenina y otros objetos usados en rituales
J. MARTÍNEZ/J. A. MARRAHÍ
Sábado, 3 de septiembre 2016, 00:53
Los submarinistas de la Guardia Civil sacaron ayer del mar en Calp otras dos nuevas sábanas anudadas que contenían huesos de dos personas y objetos usados en rituales de santería. El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) del instituto armado realizó varias inmersiones en aguas cercanas al Peñón de Ifach, donde fueron localizados los dos fardos anteriores, para buscar más bultos con efectos usados en ceremonias clandestinas o conjuros amorosos.
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Los restos se encontraban a una profundidad de entre cuatro y seis metros frente al paseo ecológico Príncipe de Asturias, un camino que recorre la parte baja del Peñón de Ifach hasta la mitad de la roca en el mar. Un bañista de 38 años que practicaba 'snorkel' localizó una de estas sábanas sobre las 18.45 horas del jueves. El hombre decidió no tocar el fardo pero sacó a la superficie una estatuilla de unos 15 centímetros (con rasgos femeninos, brazos en alto y dos cuernos) que estaba junto al bulto. Luego avisó a la Guardia Civil para informar del punto exacto donde se encontraba la sábana de tela con bordados esotéricos. Tras tener conocimiento de este nuevo hallazgo, los submarinistas del GEAS de Alicante se desplazaron ayer por la mañana a la zona para sacar el fardo y encontraron otro más, cuyo contenido había sido esparcido por las corrientes marinas.
Tras varias inmersiones, los buzos de la Guardia Civil sacaron nueve vértebras, cinco costillas, tres peronés -por lo tanto pertenecen a dos personas-, dos húmeros, dos cúbitos, dos radios y una escápula, entre otros huesos humanos. También subieron a la superficie un busto de cemento envuelto con un trozo de cortina de baño de color negro, así como un candado con una combinación numérica, una imagen de Cristo crucificado, un pastillero dorado y una pitillera metálica.
Todos los objetos fueron trasladados a unas dependencias de la Guardia Civil para fotografiarlos, clasificarlos y examinarlos con detenimiento antes de realizar las correspondientes diligencias. Los huesos encontrados ayer también son de color marrón y tienen restos de tierra, como los que fueron descubiertos el fin se semana, por lo que los investigadores sospechan que permanecieron enterrados entre 30 y 40 años. Ninguno tiene signos de violencia, como pueden ser fracturas, orificios o cortes.
Según la principal hipótesis que baraja la Guardia Civil para explicar estos macabros hallazgos, un grupo de practicantes de santería habría arrojado al mar los huesos y objetos tras uno o varios rituales. Las primeras pesquisas se han centrado en la identificación de 12 personas, cuyos nombres y apellidos figuran en fotos y requerimientos de la Agencia Tributaria hallados juntos a los restos óseos en el fondo del mar. La mayoría de los individuos invocados en la extraña ceremonia residen en la provincia de Badajoz, otro tiene su domicilio en el norte de España y varios no han sido localizados. Dos de estas personas son una mujer y su exnovio.
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El Grupo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Calp, que asumió la investigación, trata de averiguar si alguno de estos individuos está relacionado con algún conjuro amoroso o de otra índole. Además, los investigadores no descartan que los huesos procedan de un cementerio de la provincia de Badajoz, donde el pasado mes de junio se denunció una profanación en demarcación de la Policía Nacional. Los misteriosos hallazgos han causado un gran revuelo en Calp y especialmente en la colonia extremeña de la Marina Alta, que cuenta con un gran número de personas procedentes de Monesterio y Torremayor.
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