La contratación de discapacitados registra máximos históricos tras repuntar un 16%

La contratación laboral de personas con discapacidad física o psíquica en la provincia y en la Comunitat Valenciana ha marcado máximos históricos en el último año recién despedido. Los datos oficiales del Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) revelan que se celebraron el pasado ejercicio 8.753 vínculos laborales, lo que supone un 16% más que los 7.527 de un año antes, que ya arrojó una marca sin precedentes. Sin embargo, desde la principal organización de asociaciones pro discapacitados físicos de toda la provincia, Upapsa, recelan de la estadística y, además, discrepan de los motivos alegados por la Fundación Adecco, que ayer divulgó un informe sobre la cuestión.

Mientras que en la Comunitat Valenciana la contratación en general ha crecido un 14% tras sumar 1.747.224 contratos en el año 2015, la de personas con discapacidad sube dos puntos más. La Fundación Adecco mantiene que hay un claro cambio de tendencia en el mercado laboral de la región y «se siguen cicatrizando las heridas de la crisis tras mantenerse la recuperación económica iniciada en 2014».

Adecco ha profundizado en dos de los colectivos que más complicada tienen su reinserción en el mercado laboral: los discapacitados y los mayores de 45 años. En el primer caso, la Fundación Adecco, vinculada al mayor gestor de recursos humanos en el mundo, achaca directamente la mejora del empleo de discapacitados a varios motivos. Uno es la pura y dura estadística. Dado que fue uno de los colectivos especialmente afectados por la crisis y destrucción de empleo y, tradicionalmente, ocuparon los trabajos menos estables, que los perdieron, ahora «con la recuperación del mercado la contratación de estas personas supera la media». También lo achaca al «paulatino cambio de mentalidad en la cultura corporativa de las empresas, que comienzan a entender que el empleo de personas con discapacidad aporta valor no solo desde el punto de vista legal y las bonificaciones fiscales, sino también desde la óptica social y de la productividad». Una tercera razón es que las nuevas generaciones con discapacidad se plantean un futuro profesional en el que puedan trabajar y romper la anacrónica tradición de pensar que un discapacitado es un dependiente e inactivo. Además, Fundación Adecco esgrime otro elemento: la unificación de toda la legislación existente en materia de discapacidad a través de la vigente Ley General de Discapacidad (LGD) que integra y regula la Lismi.

Ordinario y con ayudas

La principal organización provincial de asociaciones pro discapacitados psíquicos de la provincia, Upapsa, recela abiertamente de esa notable mejora de la contratación, pese a tratarse de un dato oficial del Ministerio de Empleo. La gerente de Upapsa, María Luz Arbolí y el técnico de empleo David Sáez, explican que «el dato tiene trampa», ya que el Sepe no distingue y mezcla el empleo protegido, aquel que se genera en los centros especiales de empleo (CEE) y el empleo ordinario que generan directamente las empresas. «Esa falta de discriminación del dato nos está perjudicando a las asociaciones pro discapacitados físicos y psíquicos, porque no es real la real recolocación tras la crisis», añaden. Además, ponen en cuarentena los factores que, según Adecco, justificaría esa recuperación. Arbolí y Sáez restan importancia a la unificación legal y niegan abiertamente que haya una cambio de mentalidad en la cultura corporativa de las pymes hasta el punto de valorar socialmente y productivamente tanto la incorporación de discapacitados. Además, dudan de que sea un efecto estadístico, ya que la «mayoría de contratos se celebran en los centros especiales de empleo, no en pymes». Fundación Adecco añade, no obstante, que un 63% de discapacitados en edad laboral ni tienen empleo ni lo buscan.