«Me quedé helado al saber que llevé a una homicida en mi taxi»

Óscar no deja de darle vueltas. El viernes, cuando el taxista llegaba a comer a su casa tras un pesado turno de noche y mañana, una mujer china «muy nerviosa» le dio el alto en la calle Carteros. Eran las 13.25 horas y la doble homicida escapaba tras el baño de sangre en su vivienda de la Cruz Cubierta. Una atropellada indicación brotó de sus labios: «Castellón, Castellón, estación, estación».

El conductor, todavía ajeno a lo que acababa de suceder en su propio barrio, llamó a casa para comunicar que iba a realizar este trayecto por el que se llevó 100 euros y un recuerdo «muy doloroso». La mujer iba acompañada por su pequeña de tres años y Óscar instaló el asiento de niños en la parte trasera del vehículo. Pero como la menor lloraba, la madre optó por llevarla en brazos hasta que cayó dormida.

La mujer china portaba un bolso y una mochila infantil, además de un móvil con el que mantuvo una conversación. Al taxista le llamó la atención su alteración y su «mirada fija». Cuando le preguntaba por dónde ir, ella repetía: «Castellón, estación, estación». La conversación fue casi nula. El conductor puso música y fue a lo suyo. Sólo recuerda un escueto «familia, Castellón» antes de dejarla, tras 50 minutos de trayecto, en la entrada de la estación de tren y de autobuses. «Están juntas y no sé que plan llevaba la mujer», reflexiona.

Al llegar a su casa, vio noticias del crimen en la televisión, pero no ató cabos hasta las diez de la noche, cuando consultó webs de noticias y descubrió que la sospechosa había sido arrestada en Castellón. «Me quedé helado al saber que había llevé a una homicida en mi taxi».