Borrar
Urgente Detenido un hombre por intentar matar a cuchilladas a otro en Llíria
Usain Bolt, durante una carrera.
Bolt pisa su jardín
Atletismo

Bolt pisa su jardín

El jamaicano da por hecha su victoria en los 200 metros, donde busca además batir su récord del mundo

J. Gómez Peña

Miércoles, 17 de agosto 2016, 19:05

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Tras ganar la final de los 100 metros, a Usain Bolt le preguntaron: ¿Puede perder en los 200? La cuestión le sorprendió. Se tomó un segundo para reaccionar y así respondió: ¿Perder los 200? ¿Está de broma?.

En esta prueba, el hombre más veloz del planeta se siente en su jardín. Con 15 años fue el campeón mundial más precoz de la distancia con 20.61. Con 17 batió el récord junior con 19.93. En los Juegos de Pekín 2008, los que le coronaron, ganó las tres finales de velocidad con tres plusmarcas planetarias: 100 (9,69), 200 (19,30) y 4x100 (37.10). Y antes de repetir triplete en Londres 2012 se dedicó a ponerle números a su superioridad. En 2009 fijó los récords mundiales de 100 (9.58) y 200 (19.19) que hoy siguen vigentes. El de los 100 parece ya lejos de sus castigadas piernas. El domingo cumplirá 30 años y se despedirá de los Juegos. Por eso, antes de irse, quiere los dos oros que le faltan en Río y la guinda del récord mundial de los 200. Su carrera.

Los 100 metros son el show y los dólares. Los 200 son el arte y la técnica, compara Bolt. Es su prueba preferida y la que ha mostrado al mundo el talento de una excepción española, Bruno Hortelano, brillante y sin complejos en las series de clasificación y que esta pasada madrugada ha peleado por un puesto en la final, por un billete para pisar el jardín privado de Bolt. El jamaicano creció trazando la curva de los 200. Es una carrera compleja. Hay atletas que no salen bien pero que luego progresan. Otros dan bien la curva y se hunden en la recta final, constata. Para el jamaicano, los 100 son el espectáculo y la fama. Los 200 son años de trabajo, especialmente en la curva.

Bolt es el símbolo del deporte visto como un juego. Todo es diversión. En realidad hay mucho más. Cuando aún no era el mejor y sudaba para serlo, repasó cientos de vídeos llenos de pruebas de 200. Michael Johnson era su modelo. Habló con Don Quarrie, velocista jamaicano que en 1971 había corrido esta distancia en 19.86. Él me contó muchos trucos. Luego Bolt puso el resto. La escoliosis que le tuerce la espalda le trompicó todavía más la adaptación a la curva. Hasta que la domó y la ha trazado más rápido que nadie. En la final olímpica de Londres 2012 su curva fue una otra de arte. Pies hacia el interior, controlando la inercia. Con la rodilla derecha como timón y la cabeza recta. Salió del giro como un obús. Imparable: 19 segundos y 32 centésimas, a sólo 13 centésimas de su plusmarca. Besó la pista. El público era suyo.

Adoro esa energía que viene de la grada, esa vibración. Que continúe, agradeció hace unos días después de embolsarse el oro en la final de los 100 metros de Río de Janeiro. El dios del atletismo ha convocado a sus devotos para la madrugada del jueves al viernes. La ceremonia de los 200 metros. Ha prometido otro milagro. Doble: oro y récord. En la final de los 100 no pude descansar más que hora y media después de la semifinal. En la de 200 habrá todo un día de recuperación. Perfecto. No tiene ninguna duda. ¿Perder yo en los 200?.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios