¿Qué es ser del Valencia CF?
Es imperativo recuperar las esencias y el orgullo en uno de las fases más críticas de los 106 años de historia del club de Mestalla
Cayetano Ros
Lunes, 20 de octubre 2025, 00:38
Este es uno de los momentos más críticos de los 106 años de la historia del Valencia CF: la afición desanimada después de de 11 ... años de mentiras de Lim y de seis años de frustraciones deportivas, el equipo de Corberán perdido y sin liderazgos, el propietario desaparecido y los dirigentes desacreditados. Es imperativo volver a las esencias. ¿Qué es ser del Valencia CF? Cada uno lo siente de una manera. Erizarse la piel con los primeros compases del himno 'Valencia' del maestro José Padilla cuando los jugadores salían en fila india del túnel para comenzar el partido (¿cuándo y por qué se perdió esta maravillosa costumbre?); notar el cosquilleo antes de cada encuentro, sobre todo antes de medirte al Madrid o al Barça; leer los libros de Rafa Lahuerta, sobre todo el primero: 'La Balada del Bar Torino'; coger el tren de las comarcas de l'Horta para desplazarse a Mestalla; acercarse andando desde cualquier barrio de la ciudad porque este estadio está cerca de todos lados; haber querido ser por un día al menos Pep Claramunt, Pablo Aimar o 'Pipo' Baraja; celebrar como propia la Copa del Mundo de Argentina 78 porque la figura era toda nuestra, Mario Alberto Kempes; llevar preparada una traca para cualquier celebración en cualquier parte del mundo; querer jugar en el Valencia CF como máxima aspiración y no estar esperando que, si destacas, te vendan al mejor postor (me encantaron en este sentido las palabras de Eder Sarabia, técnico del Elche, para explicar qué es ser del Athletic en Bilbao); disfrutar de las bandas de música sobre el césped de Mestalla como signo único de identidad (tradición impulsada por Paco Roig). Estar, en definitiva, por encima de esta cuadrilla de mediocres y de oportunistas rectores ahora de los destinos del club. Y de la catadura moral de las autoridades que no hacen nada para impedirlo. Todo esto es ser del Valencia CF y no hay ningún Lim, Solís ni Corona capaz de acabar con ello. Ah, y recordar que no somos fans, como nos describió el CEO del Valencia, Ron Gourlay, tal si fuéramos fanáticos del Festival de Eurovisión; somos aficionados, hinchas o seguidores, muchos de ellos herederos de un sentimiento transmitido entre generaciones en una cadena imparable.
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La AFE, ¡uy qué miedo! La Liga y los dos clubes implicados en el partido en Miami el 20 de diciembre, el Villarreal y el Barça, no solo han ignorado a la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) sino que le han mostrado su absoluto desprecio. Ni siquiera se han querido reunir con ella para explicarle las razones del partido de Liga a 7.000 kilómetros de España. ¿Y qué 'contundente' reacción han obtenido de la AFE? Pues que en el arranque de esta jornada de Liga los 22 jugadores de cada partido dejaban de competir durante la friolera de 15 segundos. La AFE y su presidente, David Aganzo, deben replantearse su sentido dentro del fútbol español. Los futbolistas, aunque sean de élite y ganen millonadas, tienen derechos. Y deberían participar en las grandes decisiones porque son los verdaderos protagonistas del espectáculo. La AFE debe decidir si quiere ser toro o torero.
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