Meriton echa al director de comunicación y eleva a más de sesenta los despidos
El empeño de Murthy siempre ha sido el de mejorar la imagen|Pizzi y sus ayudantes estrenaron una lista de damnificados que ha ido ampliándose en los seis años de Lim en el Valencia
Con Meriton en el Valencia, ni de lejos habría estado más de cuarenta años el desaparecido Españeta prestando sus servicios. Imposible. Si por algo se ha caracterizado Peter Lim desde que llegó es por su extraño y desmedido interés en pagar despidos cuando precisamente la entidad no está muy boyante en lo que a macroeconomía se refiere. La media de 'ejecuciones' es de más de diez personas despedidas por año, lo que en determinados casos pone en evidencia la dificultad añadida en asentar un proyecto en toda su extensión, desde lo deportivo hasta lo social. Ayer, Anil Murthy añadió una muesca más en esta particular tendencia que parece haberse autoimpuesto el máximo accionista desde que llegó hace seis años. Alejandro Navarro García dejó de pertenecer al Valencia, club al que prestaba sus servicios desde hace dieciséis años, siendo durante los últimos tres el director de comunicación y relaciones públicas, función que precisamente siempre ha sido una de las grandes asignaturas pendientes de los enviados de Singapur, muy alejados de la verdadera realidad blanquinegra. Precisamente, sobre este asunto hacía hincapié ayer Damià Vidagany, antiguo responsable de esa parcela en la entidad: «Navarro es un excelente profesional que siempre se ha desvivido por enseñarle a Anil lo que es el Valencia, pero con esta medida el presidente demuestra lo poco inteligente que es».
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Esa falta de empatía con el valencianismo lo refuerza el simple hecho de que a Peter Lim sólo se le conoce por una única entrevista, ofrecida por el Valencia y realizada por su propio gabinete. Ni a él le han podido hacer nunca preguntas los periodistas ni el presidente ha accedido a comparecer en rueda de prensa en los últimos tiempos, evitando incluso la posibilidad en la presentación oficial de los futbolistas cuando hasta abandonaba la mesa tras una breve alocución (curiosamente, algunos jugadores como Correia y Vallejo ni tan siquiera han sido presentados).
Joey Lim, el nuevo responsable de administración y hombre enviado por el otro Lim para sustituir a Kim Koh y del que se dice que no le tiembla el pulso a la hora de tomar este tipo de medidas, se encargó de resolver este martes esta importante variación en un departamento tan sensible y que ha sufrido diferentes vaivenes con Meriton en la propiedad. No en vano, hasta el propio Murthy asumió personalmente la responsabilidad de llevar este área nada más aterrizar en el club. Cuando Lim compró sus acciones, el director de comunicación era Vidagany, al que luego se desplazó hasta marketing, porque en 2016 estuvo Murthy al frente (año y medio duró). Luego se volvió al punto inicial, hasta el despido del citado Vidagany. Navarro ocupó la plaza hasta noviembre de 2019, cuando el presidente fichó personalmente a Román Bellver. Ya por entonces la obsesión de Meriton era intentar limpiar su deteriorada imagen en Valencia, pero la estrategia elegida no sólo no ayudó sino que la empeoró aún más. Dicen quienes conocen las maneras de Murthy que éste se empeña en responsabilizar siempre a los demás de cuestiones que tienen con la repercusión de sus propias actuaciones. La decapitación de Bellver, cuya obsesión era conectar a Murthy con la prensa internacional ignorando lo que los aficionados de aquí querían saber, no tardó en llegar y de nuevo Navarro asumió el cargo, con la abnegada tarea de enmendar los deslices de Meriton.
Es verdaderamente difícil encontrar un departamento entro de la amplia estructura blanquinegra (con más de 400 empleados) que haya logrado sobrevivir a las actuaciones de Murthy y anteriormente de Layhoon. Llama la atención, eso sí, la convicción que hay en torno al buen hacer de Inma Ibáñez, directora financiera, que acumula ya veinte años en la entidad y que ha 'sobrevivido' a once presidentes. Pero lo cierto es que parte de la culpa de las convulsiones que vive casi a diario el Valencia se debe precisamente a la sensación de gran inestabilidad que desde dentro se percibe.
La lista de cambios por despidos y dimisiones es tremenda. En lo más alto, el dato de haber tenido ya el Valencia tres presidentes en seis años (cada dos años hay cambio).
En lo deportivo el carrusel de variaciones lo encabeza casi la decena de directores deportivos (Rufete, García Pitarch que dimitió, Alesanco, Vicente, Longoria, Alemany, César que también cesó, Jorge López y el actual Corona); entrenadores que entran y salen con facilidad, tanto en el primer equipo (Pizzi, Nuno, Voro, Neville, Ayestarán, el cesado Prandelli, Marcelino, Celades y Javi Gracia, a punto de arrojar la toalla), como en el filial y el femenino.
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Ejecutivos de cierto calado por la toma de decisiones (Douwens, Luis Cervera, Peter Draper, Miguel Bertrán), responsables de la academia (Sean Bai vino de Singapur para hacerse cargo); componentes del cuerpo médico (Albors, González Lago, Álvaro Sala, Pedro López, Toni Giner y hasta una dimisión como la de Pascual Casañ); consejeros como José Luis Zaragosí que han estado a punto de dimitir (otros se fueron como Manuel Peris y Auxiliadora Borja); y casi una treintena de trabajadores de diferentes escalones siendo el último y más señalado el de Paco Camarasa.
El centrifugado que se le ha tenido que hacer a Meriton ha sido constante. Ayer mismo, Anil Murthy participó en la ampliación del acuerdo con Banco de Alimentos. Allí, el presidente habló de la situación deportiva. «Contra el Villarreal vi a un equipo muy comprometido, que quiere mejorar y que no se va a rendir. El entrenador sabe lo que tiene, el equipo está con él y vamos a pelear. Ojalá empecemos el viernes ante el Elche. Es el proyecto que queríamos desde el principio».
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Añadía el presidente: «Tenemos muchos jóvenes con el equipo y hay que darles el apoyo. Este verano hicimos un gran cambio por la situación financiera que estamos viviendo por la COVID-19 y eso va a seguir siendo un reto importante. El equipo necesita tiempo para acostumbrarse a los nuevos compañeros, sobre todo los jóvenes, pero lo que vi en Villarreal es que estamos casi ya para competir a tope».
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