Del Mundial perdido al Mundial recuperado
Un año después de excluir al Nou Mestalla, todo ha cambiado | El Valencia firmó fuera de plazo su adhesión y sin embargo ahora informa a la Federación Española de los avances que se producen en la obra del estadio
El hundimiento de Málaga en la carrera hacia el Mundial de 2030 ha abierto de par en par las puertas de Valencia. Desde hace unos ... días, cuando se tuvo noticia del descabalgamiento de la ciudad andaluza, en la candidatura valenciana se respiran aires renovados. Y en el Valencia CF también. No ha dejado escapar la oportunidad el club de ir informando de manera casi clandestina en los últimos meses y con todo tipo de detalles a la Federación Española de cuantos acontecimientos se han ido produciendo en el Nou Mestalla. Aunque a ojos de la opinión pública las obras del recinto de Cortes Valencianas avanzan a un ritmo pausado en comparación, por ejemplo, con los mil y pico trabajadores que van al tajo en el Roig Arena, lo cierto es que la sensación que se quiere transmitir por todas las partes implicadas es que al final, y aunque la decisión depende única y exclusivamente de la FIFA, Valencia será designada sede del Mundial.
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Este nuevo escenario coincide precisamente con la fecha en la que se recibió la gran bofetada. Este sábado 19 de julio se cumple justo un año de lo que se puede considerar uno de los mayores ridículos que como ciudad y club se han hecho a nivel tanto futbolístico como urbanístico. El viernes 19 de julio de 2024 la Federación Española confirmaba la sentencia: Valencia se queda fuera de la carrera mundialista por no haber cumplido con los requisitos. Una firma, una simple firma por parte del Valencia, destrozó el entramado que durante meses estaba trabajando en favor de la candidatura a sede. Meriton toreó como quiso a las administraciones y cuando todos se quisieron dar cuenta, la tercera ciudad española quedaba fuera de la lista de once sedes propuestas.
Un año después, en cambio, parece que todo aquello fue una pesadilla. La Federación Española –la nueva de Louzán–, el Gobierno de España (el martes pasado se creó una comisión interministerial en la que se reforzó la idea de Valencia y Vigo–, las administraciones autonómicas y locales y hasta el propio club van de la mano. Y el Nou Mestalla creciendo a su ritmo, no al que desearían lógicamente los aficionados, pero sí al que le permite ir salvando todos los hitos propuestos y que hasta la fecha han recibido el visto bueno de los técnicos municipales. «Lo importante es que las obras avancen, no podemos hacer otra cosa que esperar a que la FIFA repase los proyectos», afirman desde la candidatura.
Es curioso al menos cómo han cambiado de posicionamiento los actores implicados. Los mismos que despotricaban en julio de 2024 contra el Valencia por haberse saltado todos los plazos -toda la tensión la generaban las licencias y las fichas urbanísticas- hoy lo ven como una relación casi cordial. «El Valencia se sumó muy fuera de plazo. No habrá Mundial por culpa de Meriton», se insistía desde Madrid cuando todo saltó por los aires. Desde luego, el club estiró el chicle hasta límites insospechados. Sin su firma como propietario del Nou Mestalla, el pinchazo estaba garantizado. Se le habían dado al club numerosos avisos y la última fecha que se fijó de advertencia fue el día 24 de junio. El Valencia, aunque sea pueril, argumentó que ese día era festivo y por eso solicitó dos días más de margen. Aún así, su escrito de adhesión llegó el día 28, cuando hubo meses de sobra para haberlo ejecutado.
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La confirmación oficial y por escrito de que Valencia estaba fuera del Mundial 2030 hizo que autoridades y el propio club reaccionaran levantando la voz. Aunque no fueron pocos los que desde diferentes sectores se pronunciaron en el que no valía la pena dar las concesiones urbanísticas a Peter Lim pensando en el Mundial, lo cierto es que económicamente nadie quería dejar escapar la oportunidad de llevarse un bocado de esos más de cinco mil millones de euros en los que se cifra el volumen de negocio que genera la cita mundialista. Ser sede en una ciudad como Valencia puede suponer un pellizco superior a los 300 millones, cantidad que es lo que se ha calculado ahora aunque dentro de cinco años puede quedar hasta desfasada.
La sintonía actual del Valencia con el Ayuntamiento y con la Federación Española no tiene desde luego nada que ver con la tensión que había casi de manera permanente hace un año. El club obtuvo licencias y fichas urbanísticas y ha reiniciado las obras. Málaga se ha caído y Valencia y Vigo están posicionadas para ser repescadas en ese paquete de once sedes.
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