Junta General de Accionistas del año pasado que acabó suspendida tras marcharse los consejeros ante las protestas de los abonados. EFE

Lim vuelve a tirar de la venta de jugadores para cuadrar las cuentas del Valencia

Meriton presume de arrojar beneficios por segundo temporada consecutiva, un síntoma que hace pensar en la opción de vender el club

Martes, 18 de noviembre 2025, 00:58

Ya se sabe cuándo dará la cara por fin Kiat Lim (a las 10 horas del miércoles 17 de diciembre); dónde lo hará (Feria de ... Muestras); qué dirá (que la gestión es poco menos que maravillosa y que por segundo año consecutivo las cuentas arrojan superávit: esta vez 496.000 euros una vez descontados los impuestos); de qué presumirá (de haber puesto en marcha el Nou Mestalla obviando claro está que lo ha hecho 11 años después de que viniera su padre); se intuye qué evitará abiertamente decir (que la deuda se dispara hasta los 382 millones de euros, con 79,8 de ese paquete a corto plazo, y que tardará 28 años en ventilarse); también se vislumbra qué le puede incomodar (que el mediocre rendimiento deportivo hace que bajen los ingresos de televisión, el mayor pellizco anual: de 60,1 millones a 53,2), y hasta no hace falta ser muy listo para pensar qué se le va a preguntar por parte de los accionistas (si ese afán desmedido por equilibrar las cuentas aunque el equipo se hunda año a año en la tabla se debe a un sospechoso interés de su padre a corto/medio plazo para poner a la venta el Valencia).

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El Valencia de Meriton se prepara para salvar su duodécimo examen popular, un mero trámite por otra parte si se tiene en cuenta que el músculo de Peter Lim se mantiene tan inalterable como infinito (91,55%). Pase lo que pase, será desde luego más interesante que la última asamblea, que apenas duró ocho minutos y que terminó con un duro enfrentamiento entre el consejo presidido entonces por Layhoon –y comandado por Germán Cabrera– y las pocas decenas de accionistas que acudieron pese a que el requisito para entrar había bajado hasta una acción (circunstancia que se mantiene).

Que el Valencia se apaga deportivamente lo demuestran las últimas seis temporadas vividas. Pero que el del año que viene tiene toda la pinta de seguir igual lo da la cifra de 102,1 millones de euros previstos para este ejercicio 2025-26. Y eso que Ron Gourlay dibujó la intención de entrar en Europa aprovechando la inauguración del Nou Mestalla (julio 2027). Este curso (24-25) se ha cerrado con 103,7 millones (menos que el 23-24 que fueron 106,8), si bien los gastos de explotación subieron 15 millones de euros más de lo previsto (114.5). Las principales causas para ello fueron el aumento del coste de la plantilla deportiva, concepto que incluye el despido y finiquito a Rubén Baraja, y por supuesto la contratación de Carlos Corberán, por quien hubo de pagar hasta cláusula de salida.

El Nou Mestalla representa a la vez la salvación –según el club– y la condena, por el volumen de recursos que necesita y los repetitivos argumentos que esgrime el Valencia de que poco menos que hará que se tripliquen los ingresos. De momento, no queda otra que seguir aplicando la fórmula de casi siempre: la venta de jugadores. Un año más, Meriton contempla esa vía de escape para aparentar buena salud. El problema es que se vende a los mejores y se fichan medianías. En concreto, por este capítulo se han previsto 37 millones. Esa cifra tiene dos matices importantes, como es por un lado el de los fichajes que se hicieron a cierre del balance (6,9 millones) y las ventas (25,4).

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En ese capítulo de ventas pero dentro del ejercicio se registraron casi 31,8 millones de euros, mientras que en el apartado de compras la cifra se reduce considerablemente a 6,5. Por lo tanto, un saldo de + 24,7 millones. El incremento del coste de plantilla se estira hasta los 86 millones de euros (de los cuales 12 millones se refiere a amortizaciones). Hay que recordar que LaLiga le marcó un límite de 91 millones. El resultado de este adelgazamiento (casi la mitad del equipo de Marcelino) salta a la vista: al borde del descenso.

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