La dura confesión de Piccini: «Al carajo el dinero, me vuelvo a Valencia o me muero de depresión aquí»
El lateral derecho italiano, que dejó un buen recuerdo en Mestalla, detalla el calvario con las lesiones que le ha obligado a retirarse del fútbol
Cristiano Piccini fue un jugador importante en aquel Valencia que ganó la Copa del Rey del centenario de 2019. El lateral derecho italiano fue además el protagonista de una acción que sirvió como punto de inflexión para reconducir una temporada que había empezado con malos resultados. Su mítico golazo al Huesca permitió al equipo entrenado por Marcelino enderazar el rumbo y no mirar atrás, comenzando una remontada que terminó con clasificación a Champions y un título.
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No obstante, en lo individual, Piccini sufrió muchos problemas de lesiones durante su carrera, especialmente en su etapa como valencianista. Ese calvario le ha obligado a colgar las botas y retirarse recientemente. De hecho, recibió un bonito homenaje por parte de la Curva Nord en su última visita a Mestalla, donde fue recibido con aplausos y vítores en agradecimiento a su esfuerzo y sacrificio con la camiseta blanquinegra, de la que se siente más orgulloso de haber vestido, pese a haber militado también en equipos como el Betis, el Sporting de Portugal, la Atalanta o el Estrella Roja.
En una reciente entrevista con el Diario AS, Piccini confiesa cómo vivió ese calvario de lesiones, que comenzó justo en ese verano de 2019 tras ganar la Copa. «Fue una acción de juego, como habrán habido miles en toda mi carrera y ese día pues el contacto equivocado en el punto equivocado y me lesioné de gravedad con esa fractura de rótula... una fractura no, una explosión de rótula más que una fractura», cuenta el italiano recordando aquel fatídico entrenamiento en Paterna en el que cambió su vida personal y deportiva.
«Cortó por completo mi carrera, cambió todo, porque obviamente yo creo que hubiera sido muy importante en el Valencia, igual hubiera podido seguir todavía jugando ahí si no hubiera sido por esa lesión. O seguir a un nivel alto del fútbol. Porque al final era muy buen jugador y obviamente esa lesión que te llega con 26 años y vuelves con 29, no es muy fácil seguir a un nivel alto, pero no porque no puedas estar a un nivel alto, más porque ya los equipos no se fían, que eres un jugador entre comillas problemático porque tienes lesiones, porque no estás al 100% y ya no te dan esa posibilidad de poder jugar a estos niveles», añade Piccini.
Y es que mientras Piccini se rehabilitaba, el Valencia implosionó. Peter Lim y Anil Murthy destituyeron a Marcelino y el equipo desapareció de Europa, vendiendo a sus mejores jugadores. «Yo estaba un poco en mi burbuja. Creo que volví a la Ciudad Deportiva como dos días antes de que echaran a Marcelino. Fue algo sorprendente para todos porque Marce, aparte de ser un gran entrenador, era muy querido por todo el grupo y no había realmente una motivación para echarlo, porque deportivamente las cosas iban bien y bueno, fue más algo creo que personal», confiesa el italiano, que tras un año de lesión, en verano de 2020 salió cedido a la Atalanta, donde sólo llegó a jugar un partido en media temporada.
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«Todavía no estaba. Juego un partido, pero en unas condiciones... que estaba cojo todavía. Ahí pasó algo raro. Yo realmente todavía no me lo explico. Yo fui tonto porque me dejé convencer, pero yo no estaba listo para cambiar de club, obviamente. Había empezado a entrenar un poquito con el equipo cuando estaba durante la pretemporada del Valencia. Yo fui ahí, hice revisiones médicas, y yo te lo juro por mis hijos: no podía saltar con la pierna derecha. Y digo, no voy a pasar el reconocimiento médico ni en broma. Y deciden ficharme diciéndome que me iban a dar un mes con sus preparadores para ponerme bien, que te devolvemos a la selección, todo estupendo. Y luego, realmente el plan que había conmigo era intentar meterme con el equipo lo antes posible cuando yo no estaba listo. Y bueno, no estando listo, pues todo se vino abajo y lo pasé mal», narra el italiano en su entrevista con el Diario AS.
«A nivel personal lo pasé mal porque me sentí un poco abandonado y estaba en una situación donde necesitaba sentirme cuidado y protegido más que nunca. También a nivel mental no estaba bien, Estaba mal, porque te puedes imaginar, llevas un año entrenando e intentando hacer de todo, pero de todo. Yo he pasado meses en que me despertaba a las seis, iba al gimnasio, volvía a casa, desayunaba, iba a la ciudad deportiva, hacía tratamiento, entrenaba, comía, volvía a casa con mi fisio, entrenaba y hacía tratamiento durante meses. O sea que vivía solo para recuperarme», señala Piccini, que en ese mercado de invierno de 2021 canceló su cesión al conjunto piamontés para regresar al Valencia.
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«Yo vuelvo a Valencia en enero, en el mercado invernal, llamando a Anil Murthy diciéndole: 'Por favor, soy de vuestra propiedad, quiero volver y aquí no me voy a recuperar nunca, lo estoy pasando realmente mal a nivel personal'. Y Anil me dijo: 'Cris, el problema es que no podemos pagarte la nómina'. O sea, no podemos pagarte el salario, porque el salario me lo pagaba la Atalanta. Y obviamente si dejaba la Atalanta no me iban a pagar. Y entonces dije: 'Al carajo el dinero, me vuelvo a Valencia si no me muero de depresión aquí'. Y dejé seis meses de salario y estuve seis meses sin cobrar. Al final, mira, yo en ese momento prefería ir a un sitio donde me querían, donde me cuidaban y donde sabían lo que tenía porque lo vivieron ellos conmigo y donde hacía realmente un plan para recuperarme, que yo tenía toda la ilusión del mundo para volver a jugar al fútbol. Y al final eso, ¿para qué? Para tener más dinero, igual no jugar más. ¿Sabes lo siguiente? O estar mal y vivir deprimido seis meses más, sin ilusión, sin nada. La tranquilidad para mí vale mucho más que el dinero», sentencia Piccini.
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