Urgente Largas colas en la V-30 entre Mislata y Vara de Quart en la mañana de este viernes
Ferran golpea el balón en un partido contra el Valencia. AFP

Sin campo a cinco días del partido

El Barça-Valencia está todavía pendiente de lo que digan este martes los técnicos municipales| La intención de la directiva catalana es que se dispute en el Spotify Camp Nou, que aún está en obras y que permitiría tan solo la entrada de 27.000 espectadores

Martes, 9 de septiembre 2025, 01:26

¿Cómo puede ser que este martes, a cinco días de jugarse uno de los partidos más importantes para el Valencia por lo que significa ... históricamente un duelo contra el Barcelona, todavía no se sepa realmente dónde se va a disputar el encuentro? Si es o no finalmente en el Spotify Camp Nou, como pretende el Barça, se conocerá esta tarde ya que en la mañana de este martes hay prevista una inspección.

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La 'pelea' que lleva la directiva con el tema de su estadio se produce coincidiendo precisamente con la visita del Valencia, que si de algo también entiende es de estadios en obras y de relaciones con el Ayuntamiento en cuestiones urbanísticas. Lo único que hay claro es que el FC Barcelona no disponía ayer del Certificado Final de Obra, un requisito imprescindible que debe emitir el Ayuntamiento de Barcelona para que se pueda otorgar la Licencia de Primera Ocupación del Spotify Camp Nou. Que vaya tomando nota el Valencia porque eso es lo que le espera teóricamente dentro de dos años, cuando en verano de 2027 esté ya acabada la obra del Nou Mestalla.

La cita, sea donde sea, de cualquier forma está prevista para este próximo domingo a las 21 horas. Eso es impepinable. Por mucho que el Barça intentara maniobrar desde hace semanas con la posibilidad de que se disputara en Mestalla, cambiando el orden de casa/fuera establecido en un primer momento cuando se decidió el calendario, al final se va a jugar como toca con el desafío valencianista de arañar algo en casa del actual campeón de la Liga.

Desde luego, las condiciones van a ser idóneas en el sentido de que no habrá una presión ambiental como podía existir en un escenario ya finalizado y con los más de cien mil espectadores en las gradas (105.000). Como mucho, si el Barça se acaba saliendo con la suya con el visto bueno del Ayuntamiento, habrá 27.000 aficionados en la grada, con todo lo que ello significa para un estadio gigantesco y cuya imagen puede incluso recordar al silencio que se percibía en los partidos que se disputaron en pandemia. Esa cifra de asistentes es la que se recoge en la denominada Fase 1A, que contempla ese aforo provisional y de un quinto de la capacidad total.

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¿Qué pasaría si el Ayuntamiento no acaba dando la luz verde? Pues que se trasladaría el enfrentamiento al Johan Cruyff, nada que ver con un estadio de Primera ya que tiene una capacidad para 6.000 aficionados. Otro hándicap que juega en contra del Barça, acostumbrado a lidiar en escenarios con mucha presión en el graderío. Por si acaso ya están instaladas allí las cámaras de VAR y se han mejorado las conexiones.

Goldman Sachs, detrás de una remodelación de 1.450 millones

Algo tienen en común Barcelona y Valencia. Además del frente que tienen abiertos con sus respectivos estadios, lo cierto es que comparten soporte económico. Goldman Sachs está detrás de ambos, como también Legends. En diferentes medidas. El Barcelona aprobó en su momento una financiación de 1.450 millones de euros con un total de 20 inversores, entre los que se encuentran Goldman Sachs, JP Morgan, JLL, Pérez-Lorca, DLA Piper, Key Capital Partners, Legends e IPG 360, entre otros. Se ha llegado a apuntar que casi dos mil operarios han llegado a trabajar en este proyecto, que implica también la reforma del Palau y que arrancó en su momento con la demolición del Mini Estadi y la construcción del Johan Cruyff.

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