Mateo Alemany ya molesta a Peter Lim
El Valencia tiene prisa por finiquitar esta semana el contrato del director general|El presidente admitió que hasta que no sea despedido el ejecutivo no se va a impulsar el nuevo organigrama que se quiere implantar
Mateo Alemany molesta a Peter Lim y cada vez más. Por eso el Valencia tiene ahora bastante prisa por ventilárselo lo antes posible. Esta semana, vamos. El viaje a Singapur del presidente valencianista y las propias manifestaciones que hizo Anil Murthy al final del encuentro contra el Atlético arriman un poco más todavía al director general a la puerta de salida. La semana pasada ya hubo una primera toma de contacto entre el abogado del club y el del propio ejecutivo y todo parece que se puede resolver a partir de este lunes. Alemany ya no viajó a Madrid a ver al equipo y lo lógico es pensar que tampoco lo haga el miércoles a Lille, cuando a lo mejor ya no es trabajador de la entidad valencianista.
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No quiso aventurar Murthy en dichas declaraciones qué es lo que busca el Valencia: si un director deportivo, un director general o ambas figuras. A diferencia de Marcelino y aunque ha tardado más de un mes en darlas, esta vez con lo de Alemany parece que no va a haber explicaciones, a pesar de que el ejecutivo es el que parió este proyecto que ha devuelto al equipo a la Liga de Campeones y le ha dado además el título de Copa del Rey.
Alemany va a ser pronto historia en el Valencia. El cambio de estrategia que ha evidenciado el club con respecto a su situación es más que notable y ahora habrá que ver a cuánto asciende la rescisión contractual del director general y qué variación sufre el capítulo de retribuciones a altos cargos, porque habrá que pagar también lógicamente a los que vengan, ya sea uno o dos.
El otro aspecto importante que no habrá que olvidar es que dentro de unas semanas, el Valencia tiene una cita con sus accionistas. Murthy se expone a una asamblea muy crítica con la gestión que Meriton ha protagonizado en este curso. En la última, el presidente lo pasó bastante mal y quedó bastante claro la diferencia con Alemany a la hora de manejar la escena. Los accionistas apretaron las clavijas a Anil Murthy, a pesar de que el presidente llegó a reconocer después, con poca convicción, que esperaba incluso más agobio.
Es obvio el giro de acontecimientos que se ha dado en el Valencia en apenas tres meses. A finales de julio, Alemany tuvo pie y medio fuera del club. Cuando todos quisieron dar la impresión de que las aguas habían vuelto a su cauce, el director general hizo unas curiosas declaraciones: «Después de las variaciones en la conformación de la toma de decisiones es que en algún momento ha habido una duda interna por parte del cuerpo ejecutivo del club. Si no existe una máxima confianza, lo absurdo es que sigamos, pero en las reuniones que mantuvimos en Singapur, Lim manifestó que para él no había cambiado nada y su nivel de confianza era absoluto. Sigo por lo que me trajo aquí, la ilusión en un proyecto y el enorme cariño que he recibido en esta casa por parte de la afición desde que llegué».
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Es evidente que Lim dejó de tener ya entonces la confianza en el ejecutivo, por eso decidieron apartarle del capítulo de toma de decisiones importantes. Conforme fue avanzando el tiempo acabó despejándose la incógnita. Despedido Marcelino, lo del dirigente era una mera cuestión de tiempo, a pesar de su intento por no patinar cuando informó vía mensaje telefónico a Lim de que iba a retomar sus funciones. El máximo accionista dio el visto bueno pero tan sólo para ganar tiempo e ir buscando un sustituto que todavía está en el aire y que sólo se despejará cuando sea despedido.
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