El IVAM
1989
Juan Manuel Bonet
Director del IVAM entre 1995 y 2000
Jueves, 6 de noviembre 2025, 19:11
El museo que puso a Valencia en el mapa internacional
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El IVAM fue, en 1989, el primer museo español de su género. Apasionante historia la de su fundación, y decisivo el guión de Tomás Llorens. Un edificio de nueva planta, complementado por el Centro del Carmen, en el lugar que había sido Escuela de Bellas Artes, y es una pena que más tarde el centro se desgajara. Un equipo joven, motivado, que yo heredaría. Un programa de exposiciones de nivel internacional. Y, sobre todo, la colección: los hierros de Julio González como piedra fundacional, polémica en su momento, pero que resultó todo un acierto; el guiño a Ignacio Pinazo; el depósito del archivo Renau; la geometría; el expresionismo abstracto de Millares, Saura, Tàpies y sus equivalentes internacionales; el pop valenciano; la fotografía; lo contemporáneo…
Hay quien piensa que en la España de la Transición se hicieron demasiados museos y centros de arte. No lo veo así. Fue buenísimo ese florecer, y el consenso que hubo al respecto entre los dos grandes partidos. Veníamos de una realidad demasiado centralizada. Tras la marcha de Llorens al Reina Sofía (que yo dirigiría a partir de 2000), el binomio Carmen Alborch / Vicente Todolí funcionó. Entre los dos colocaron al museo, y con él a la Comunidad Valenciana, en la liga internacional. La muestra Sorolla: un antes y un después a la hora de que los taxistas lo ubicaran en el mapa. El IVAM fue el primer museo no-madrileño de su tipo. Fui su primer director no-valenciano, y el primero tras la alternancia. Fernando Villalonga me dejó plena libertad de acción. Siempre se lo agradeceré, como a sus sucesores, de los que Camps fue el que mejor entendió el museo. Pese a algún sinsabor que prefiero olvidar, fue un gran honor y una experiencia inolvidable dirigirlo.
Recuerdo los talleres didácticos, sobre todo los de Chillida y Erik Satie. Hacer esa última exposición fue todo un reto, como lo fueron 'Cirlot y Jarry: diálogo entre las artes'. Gran momento: las Vexations satiescas, interpretadas por Juan Hidalgo y Walter Marchetti. Otros: Brossa; 'El ultraísmo y las artes plásticas'; 'El objeto surrealista'; 'Realismo mágico'; 'Infancia y arte moderno'; 'Mexicana'; 'Forjar el espacio'; 'Jazz gráfico'; las conferencias de Octavio Paz, Butor, Arrabal; la visita de Vargas Llosa… Y otro, municipal: 'La ciudad moderna', sobre el funcionalismo en Valencia capital, y en la inauguración, rodeando a Rita Barberá, predecesores suyos de todos los colores.
Fundamental la colaboración con el Grup Instrumental. Dos grandes momentos más: 'Rothko Chapel', de Feldman, y 'Ballet mécanique', de Antheil.
Renau: buen punto de partida para revisar a grafistas. Tras él: Amster, Crous, Giralt-Miracle, Helios Gómez, Seoane...
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Una sola vez volví para una inauguración: 'Brasil de la antropofagia a Brasilia', encargo mío a Jorge Schwartz. Dos años después, volvió a montarse en Sâo Paulo.
De lo que sucedió después, he sido testigo distante. Con motivo del trigésimo aniversario, compartí estrado con el entonces director, José Miguel G. Cortés, y con Tomás Llorens. En 2022, conferencié allá en un ciclo Fuster, y visité con Nuria Enguita las excelentes muestras Zero y Teresa Lanceta.
No sé qué rumbo tomará ahora el museo, al que deseo lo mejor. No es mi papel dar consejos (repasen la hemeroteca: jamás los di), pero me preocupa que con el tiempo algunas líneas fundacionales se hayan desdibujado.
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Aparte del Reina Sofía, ¿qué otro museo español dispone de un fondo de catálogos como el del IVAM? ¿De una colección así? Valencia, en el mapa.
Lo muy contemporáneo siempre ha estado presente, pero anclado en la tradición de lo nuevo. Por eso el museo ha albergado a simbolistas (Kubin, Strindberg); fauves (Matisse, Derain); cubistas (Gris, Gargallo, Léger, Lipchitz, Laboureur); dadaístas (Picabia, Hausmann, Schwitters, Grosz, Heartfield); metafísicos (De Chirico, De Pisis, Morandi); geómetras (Klee, Moholy, Kassák, Hélion, Torres-García, Calder, Albers, Kiesler, Strzeminski, Werkman, Melotti, Aurélie Nemours); raros (Michaux, Lindner, Tinguely, Alberto Greco, James Lee Byars); fotógrafos (Roh, Grete Stern, Coppola, Molinier, Gomis, Burckhardt, Batters, Larraín, Plossu); figuras de la New York School (De Kooning, Gottlieb, Guston, Joan Mitchell, David Smith, Noguchi, Esteban Vicente); informalistas (Hartung, Soulages, Tal-Coat, Zao Wou-Ki); cobras (Alechinsky, Jorn, Lucebert); pops (Rauschenberg, Johns, Rosenquist, Warhol, Lichtenstein, Oldenburg, Hamilton, Fahlströmm, Errò, Télémaque, Adami, Arroyo); figurativos aparte (Gaya, Caneja, Music, Katz, Barjola, Cristino de Vera, Gordillo, Aguirre); españoles fifties (Oteiza, Chillida, Tàpies, Saura, Canogar, Chirino, Manrique, Ràfols, Villèlia, Rueda); Estampa Popular; minimalistas como Judd o Eva Hesse… Y Valencia: Sorolla, Pinazo, Renau, Tonico Ballester, Climent, Lahuerta, Pedro de Valencia, Pérez Contel, Lozano, Gil Pérez, Soria, Mompó, Sempere, Alfaro, Gabino, Michavila, Genovés, Cualladó, los Crónica y Realidad, Toledo, Anzo, Boix-Heras-Armengol, Ana Peters, Teixidor, Yturralde, Soledad Sevilla, Antes del arte...
Saltándome muchas, sólo cito exposiciones históricas. De todas las etapas. Una lista de fábula. Aparte del Reina Sofía, ¿qué otro museo español dispone de un fondo de catálogos así? ¿De una colección así? Valencia, en el mapa. Los artistas, con un museo de proximidad así. Hay que seguir haciendo cosas grandes por ese lado. Sin una relectura del pasado, difícilmente se construye el futuro.
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