Valencia, la ciudad de las 100 obras: 48 millones y 6 proyectos europeos urgentes
Los trabajos comprometidos por el anterior equipo de gobierno condenan la ciudad a un último trimestre entre zanjas
Es posible que, si usted vive en Valencia (sobre todo en el sur, entre Pérez Galdós y Tres Cruces), haya detectado un aumento de zanjas, catas y demás obras. Son fáciles de ver, porque las barreras blancas y rojas dañan la vista. El ruido y las vibraciones también son imperdibles. Sólo se pueden confundir con las que provocaría el ataque de un lagarto gigante, y esa es una tragedia que, por suerte, no tenemos visos de vivir en un futuro. Pero el caso es que Valencia está infestada de obras: hay más de 100 por toda la ciudad. No es un número extraordinario para octubre, según el Consistorio, pero el Ayuntamiento sí reconoce que el fin de 2025 y la necesidad de ejecutar proyectos europeos lo ha comprimido todo en el tercer trimestre.
Para que se hagan una idea, ahora mismo hay activas en la ciudad unas 100 obras, más o menos. En ese centenar de trabajos se incluyen grandes reformas o remodelaciones, así como nuevos carriles bici, pero también aperturas del asfalto para obras relacionadas con servicios como canalizaciones de agua, electricidad o fibra, entre otras cuestiones. Algunas estarán en marcha durante años (como la de Pérez Galdós, que luego iremos a ella), pero otras terminarán en apenas unos días.
La pregunta parece clara, sobre todo para vecinos de avenidas como la misma Pérez Galdós o Peris y Valero, o de calles como Alicante, que lleva en obras casi tres años. ¿No se coordina el Ayuntamiento? Los vecinos de algunas de las grandes avenidas de Valencia denuncian que, en ocasiones, a una obra le sigue otra obra, y luego otra, y luego otra, conforme los servicios municipales se dan cuenta de que tienen que cambiar una tubería o cualquier trabajo similar. Desde el Consistorio explican que eso no ocurre, o ocurre cada vez menos. El Ayuntamiento dispone de una Oficina de Coordinación de Obras (Ocoval, por sus siglas) encargada única y exclusivamente de eso: de que si se va a abrir una calle por el motivo que sea, todas las compañías de suministros aprovechen y hagan los trabajos de forma conjunta para evitar estar abriendo y cerrando continuamente.
Noticia relacionada
«Las obras en la avenida Giorgeta nos han destrozado el negocio de la noche»
Para que se hagan una idea, vamos a Pérez Galdós. La obra más importante del mandato se desarrollará por un plazo de dos años, cubrirá toda la avenida desde el río hasta la playa de vías de la Estación del Norte y costará unos 10 millones de euros. Supondrá el desvío de casi 140.000 coches al día. Un desafío en toda regla. Empezaron los trabajos antes de verano y los efectos ya se han hecho notar, tanto en el tráfico como en el día a día de los residentes, que con todo la esperan con ansiedad porque (aunque no es lo que esperaban, querían que se eliminara el túnel) permitirá hacer más amable una avenida que tenía aceras de, en ocasiones, poco más de un metro.
Pues bien, para esta obra Ocoval trabajó de la siguiente forma. El Servicio de Obras de Infraestructuras pidió un informe a Ocoval, que procedió a solicitárselo a las compañías de servicios. Telefónica dijo que no tenían previsión de obras, y Nedgia, que todas las reparaciones o sustituciones en la zona se habían hecho en los últimos meses. El Consistorio insistió a ONO e Iberdrola dada la complejidad de la obra y la envergadura del proyecto. ONO contestó que no tenían previsto ampliar la infraestructura, mientras que Iberdrola dijo que dentro de las actuaciones de la urbanización tienen que renovar infraestructuras, por lo que los trabajos servirán para que la empresa haga esas modificaciones.
Navidad, Semana Santa y Fallas, épocas sin zanjas por las calles
El Consistorio valenciano sabe que hay tres épocas en las que hay que evitar al máximo las obras en las calles. Son Navidad, Semana Santa y Fallas. En el último de estos casos, de hecho, el bando de Fallas impide tener obras abiertas. Hay que cerrarlas todas. Algo parecido pasará en Navidad. Aunque el Consistorio no ha facilitado el listado de obras programadas para las fechas navideñas, fuentes municipales sí han indicado que se tendrá en cuenta la afluencia al centro para las compras navideñas. De hecho, en el bando de Navidad del pasado año se marca que no estaba permitida la ejecución de obras en la vía pública del 14 de diciembre de 2024 al 6 de enero de 2025, excepto casos urgentes justificados. «Se dispone la obligación de tapar las zanjas que en dichas fechas estuvieran abiertas», indicaba el bando, que marcaba como excepción las obras relacionadas con la dana.
Respecto a los andamios, «teniendo en cuenta la gran densidad de personas que se desplazan a pie por el Ayuntamiento y previendo la celebración de la Cabalgata de Reyes, se establece la suspensión temporal de ocupaciones de la vía pública con andamios».
Lo mismo se hizo en Marqués del Turia, donde el Consistorio quiere renovar el firme. Aquí fue Nedgia la empresa que dijo que los trabajos le afectarían a dos obras, que son sustituciones, una de ellas ya tienen licencia y la iniciarían en breve y otra solicitaban licencia, por lo que el Consistorio se coordinó con la mercantil para que las obras no se alargaran más de la cuenta. Con todo, desde el Ayuntamiento insisten en que en ocasiones hay situaciones sobrevenidas para las que no hay solución posible, como averías o similares. Que se lo digan si no a los vecinos de El Palmar, que este verano estuvieron entre zanjas porque la tubería de agua potable, que era muy antigua reventó en varias ocasiones.
Dinero de Bruselas
Y luego está, como decíamos, el tema del dinero de Europa. Las seis obras más importantes que hay en marcha estos días en Valencia están financiadas con dinero de Europa, por lo que llevan aparejada la exigencia de que los trabajos terminen (o empiecen, dependiendo de las obras) antes del 31 de diciembre. Es por eso que en los últimos tres meses ha entrado la prisa. De hecho, de los 48,5 millones en obras que hay ahora mismo en marcha en Valencia, más de la mitad, 26,5 millones, corresponden a proyectos europeos, la inmensa mayoría comprometidos por el anterior equipo de gobierno.
Destaca Pérez Galdós, claro, pero también las obras relacionadas con la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), con un coste de un millón de euros para la sensorización de las plazas de movilidad reducida y de carga y descarga. En lo referente a zonas peatonales, el Consistorio tenía programadas obras por valor de 28,8 millones de euros, con 12 millones de subvención europea. Están todas terminadas, menos Pérez Galdós. Ahí entran la plaza de Santa Mónica, el mercado del Grao o la plaza de Favara (con la peatonalización de las calles Folch de Cardona y Ramón de Perellós), entre otras.
Quedan pendientes también las obras de los carriles bici del eje sur, en los tramos Archiduque Carlos, Gaspar Aguilar-San Vicente y Tres Forques. El coste total es de 3,9 millones de euros. Se prevé que en Archiduque Carlos y Tres Forques los trabajos terminen a finales de año y para Gaspar Aguilar-San Vicente, en el primer trimestre del año que viene. En el caso del carril bici Camí Nou de Picanya-Archiduque Carlos el importe del contrato asciende a 1,1 millones, mientras que el proyecto para Tres Forques-Vara de Quart supondrá 1,5 millones. Además, hay que sumar la reordenación viaria y los carriles bici Gaspar Aguilar-San Vicente. Las obras salen a licitación con un presupuesto de 2.650.956,60 euros y han recibido una ayuda del 90% del presupuesto base a través de los fondos europeos Next Generation.
Hay otros proyectos en marcha que en teoría sí terminarán antes del 31 de diciembre. El Jardín de Trini Simó ha costado 3,5 millones y ha contado con una ayuda de 1,9 millones de euros provenientes de Europa. Hace unos meses la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, dijo que las obras terminarían en el primer trimestre de 2026. También está el famoso jardín de insectos del río Turia, planteado por el anterior equipo de gobierno en un espacio frente a las torres de Serranos donde la alcaldesa jugueteó con la idea de crear un segundo Gulliver. Se prevé que esta obra, que ha costado casi medio millón de euros, esté terminada antes de final de año. Además, Valencia ha adjudicado el primer contrato de experiencias piloto para fomentar la biodiversidad urbana en el parque de Marxalenes y en el centro Natúria. Se instalarán refugios para murciélagos, nidos para aves y cajas para insectos polinizadores. Los huertos urbanos de Orriols, que costarán 400.000 euros, también cuentan con ayuda europea. A todos estos trabajos hay que sumar las obras en instalaciones deportivas y polideportivos para las que el Ayuntamiento ha pedido ayudas europeas.
Es, por tanto, la tormenta perfecta para que la ciudad tenga un final de año entre zanjas y calicatas. Insisten desde el Consistorio que no es más que otros años, pero sobre todo en el sur es muy evidente que muchas de las calles más importantes están repletas de vallas de obras, con las consiguientes molestias para vecinos y comerciantes. Es el precio a pagar por tener una ciudad más sostenible o, simplemente, más moderna, pero es complicado de explicárselo a quien tiene que convivir cada día con el ruido y el polvo que generan este tipo de trabajos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión