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El kiosko de la Pérgola, este martes en el paseo de la Alameda. JL BORT

Batalla legal por la Pérgola: Valencia se agarra al histórico kiosko

Patrimonio. Ayuntamiento y propietarios se enzarzan en una batalla legal por la concesión del local, cedido en 1950

Miércoles, 24 de septiembre 2025, 00:53

Si no ha almorzado o ha tomado algo en él, seguro que ha pasado cerca. El kiosko de la Alameda, más conocido como la Pérgola ( ... aunque no es una), se ha convertido con el paso de las décadas en uno de esos elementos del paisaje urbano que tendemos a tener tan anclados en nuestro día a día que nos costaría imaginar una ciudad sin ellos. Ya saben, la fuente de la plaza del Ayuntamiento, la estatua del Cid de la plaza de España, la pantera rosa de la plaza Manuel Sanchis Guarner, la menina de San Vicente... y, claro, la pérgola. Levantado en la década de 1950,  el kiosko fue cedido para su explotación. Ahora, el Consistorio quiere sacarlo a licitación y los propietarios aseguran que les fue cedido por un plazo de 99 años.

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El concejal de Patrimonio José Marí Olano, uno de los ediles que se encargan de este apartado (el otro es Juan Manuel Badenas), impulsó una moción en mayo para recuperar el edificio. Con cierta sensibilidad, dejó que sus propietarios actuales, que sirven almuerzos y aperitivos sobre todo los fines de semana, se quedaran en el edificio hasta el 31 de diciembre.

Sin embargo, los actuales gestores de la Pérgola no están dispuestos a dejar un local que a lo largo de las décadas ha cambiado de manos y en el que se han hecho importantes reformas para adaptarlo a los tiempos. Así las cosas, los dueños han presentado alegaciones para defender que lo que ellos tienen no es una cesión en precario, sino una concesión entregada antes de que existiera legalmente el plazo, por lo que entienden que, según la ley posterior, la concesión se otorga nada más y nada menos que por 99 años.

La cuestión recae ahora en esa concejalía bicéfala, que tendrá que decidir qué hacer. Para Badenas, se trata de un caso «de mal funcionamiento del Ayuntamiento: se ha dejado mucho tiempo una adjudicación sin revisar y ahora pasan estas cosas». Los propietarios creen que no se puede tratar la cesión como una «cesión en precario» dado que el kiosko no es desmontable: «El Ayuntamiento plantea el mantenimiento de las instalaciones con una nueva concesión, circunstancias que no habilitarían la extinción del título habilitante según las propias cláusulas por las que fue otorgado». La cuestión queda ahora en los siempre procelosos pasillos del Ayuntamiento, que tendrá que decidir el futuro de uno de esos elementos de la ciudad que siempre vimos ahí, que disfrutamos durante años y que ojalá jamás tengamos que echar de menos.

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