Los problemas a los que se enfrenta la nueva plaza del Ayuntamiento de Valencia
Miguel del Rey, redactor del proyecto, avanza árboles «no muy altos» en el tramo entre Marqués de Sotelo y San Vicente y asegura que el enclave tiene «muchas limitaciones»
Habrá una nueva plaza del Ayuntamiento dentro de unos años, pero no será tan distinta de la actual. «El espacio tiene muchas limitaciones», asegura ... Miguel del Rey, el arquitecto detrás de Re-Natura, la idea ganadora del concurso en 2022 y que ahora se encargará de elaborar el proyecto que este viernes adjudicará el Ayuntamiento. Las obras costarán unos 11,5 millones de euros y los árboles se reubicarán y desaparecerá la playa artificial junto a la fuente.
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Según explica del Rey, el principal problema que tiene la plaza son los restos arqueológicos. «Puedes querer poner unos árboles pero si abajo hay unos restos arqueológicos no vas a poder ponerlos», comenta del Rey. Se da la circunstancia de que en el triángulo que conforma la explanada central de la plaza estaba el antiguo convento de San Francisco, construido a mediados del siglo XIV después de que Jaume I concediera ese terreno, extramuros de la ciudad, a la orden de San Francisco dado que según la tradición, en esa zona fueron ajusticiados unos monjes. El convento desapareció en el siglo XIX y nació la actual plaza. «Ahí levantas 80 centímetros y aparecen restos arqueológicos», indica del Rey.
Esa presencia de los cimientos del antiguo convento complica la plantación de árboles, pese a que en las simulaciones del proyecto aparecían muchos. «Los 'renders' son un concepto fluido», dice el arquitecto, que admite que donde sí se podrían instalar árboles es donde se levantó la tortada de Goerlich. «Él lo destruyó todo, pero claro, ahí está la mascletà, la falla...», recopila. Del Rey espera que sí se puedan ubicar los árboles «en el eje entre Marqués de Sotelo y San Vicente Mártir». «Aunque hemos tenido cuidado de no tapar la vista desde el balcón para la cremà de la falla o la mascletà», indica.
Y es que ese es otro de los problemas: los condicionantes falleros. En el centro de la plaza no se puede hacer prácticamente nada. Descartada, por el momento, la idea de instalar toldos en el centro, como se ha hecho en la plaza de la Reina, lo que permite dar algo de sombra a una plaza 'dura'. La única opción, por tanto, son árboles. «Los que tiene ahora la plaza me parecen maravillosos, son plataneros preciosos», cuenta del Rey. «Nosotros en la última revisión del proyecto ya planteamos que los árboles no sobrepasaran el segundo piso, o lo hicieran por poco, para permitir la visibilidad del entorno monumental», desvela el arquitecto.
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También se ha descartado la playa artificial en torno a la fuente de delante del Ateneo. «Hay que atenerse a los condicionantes de la ciudad», dice del Rey. En el extremo norte es donde en teoría sí podrían plantarse árboles, así como en la calle Barcas, pero del Rey lo descarta. «Es que en ese tramo, frente al Ateneo, hay un gran uso: está la Filmoteca, hay una parada de taxis, una de la EMT....», comenta. La intervención ahí, teniendo en cuenta que hay que mantener la estatua de Vinatea, también está bastante limitada.
No se descarta hacer un guiño a Goerlich con la incorporación de alguna pieza de la famosa tortada desaparecida, después de que el Ayuntamiento encontrara decenas de ellas en varios enclaves. Uno de los bancos que había en la plaza hasta los años 60, de hecho, está junto al barranco del Poyo, donde sobrevivió a la brutal avenida del 29 de octubre.
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Preguntado por si los 11,5 millones de euros que ha presupuestado el Ayuntamiento, del Rey se mostró optimista. «Tenemos que hacer el proyecto y verlo, pero creo que sí», dice. Conviene recordar que en junio de 2023, del Rey remitió un escrito al Ayuntamiento (dirigido todavía por Compromís y PSPV, aunque la firma del mismo es dos días posterior a la investidura de Catalá) en el que recordaba que el presupuesto inicial de 8,5 millones sólo es orientativo y se mostraba preocupado por saber qué pasará si el aumento del Presupuesto de Ejecución Material (PEM), el coste definitivo, supera el 10%, porque el pliego de las bases para presentarse al concurso de ideas dejaba claro que de ningún modo se podría superar esa cantidad.
Además, del Rey advertía de que si finalmente no se podía subir el presupuesto más del 10%, la opción que veía viable era «reducir el alcance de la intervención de muchas zonas y elementos que funcionan aparentemente de forma correcta en la actualidad», que es la que finalmente aplicó, ya que el diseño de Re-Natura, que fue el ganador, se circunscribió a 36.000 metros cuadrados, y no a los 60.000 metros cuadrados que se contemplaba como orientación en el pliego del concurso de ideas. El Consistorio aumentará la inversión en casi un 50% al pasar de 8 a 11,5 millones de euros, pero lejos de los 18 que, según algunas estimaciones, se dijo en su momento que podía costar la obra.
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