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Cientos de estudiantes, en la calle Serpis este jueves de madrugada. LP

Otra noche de tensión por las novatadas en Valencia

Carreras de cientos de universitarios y petardos fuerzan a intervenir a la Policía

Viernes, 19 de septiembre 2025, 00:56

Las novatadas se recrudecieron en la madrugada del miércoles al jueves en Valencia con la llegada de cerca de 200 chavales de una residencia ... cercana al entorno de la Damià Bonet. Los jóvenes lanzaron petardos y yogures contra la fachada de la residencia y llegaron a cortar el tráfico, lo que obligó a intervenir a la Policía Local. Los agentes, que tenían un dispositivo especial de vigilancia, llegaron al lugar de los hechos pasada la medianoche. Los chavales de la otra residencia huyeron a la carrera, lo que hizo que los de la Damià Bonet se burlaran por las redes sociales llamándoles «atletas».

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Los vecinos fueron los que más sufrieron el escándalo, claro. A eso de la medianoche un grupo de cientos de jóvenes, unos 200 según la Policía Local, llegó por la calle Serpis. Ahí, en la calle, mientras los alumnos de la Damià Bonet se agolpaban en las ventanas y en la escalera acristalada que da a la rotonda de entrada al campus de Tarongers, los estudiantes de otra residencia cercana, con una conocida animadversión (mutua, claro) con los que llaman 'resanos', empezaron a lanzar petardos y yogures contra la residencia. De su interior, afortunadamente, no salió nadie para enfrentarse a los recién llegados.

Durante el episodio, los alumnos gritaron consignas como «puta Resa» «la Resa en llamas, qué bonita es». A lo largo de esta concentración, varios conductores tuvieron que abrirse paso entre el grupo de estudiantes, que les dejaron pasar sin mayores complicaciones. En ningún momento llegaron a acercarse a la fachada del edificio, que mantuvo sus puertas cerradas para evitar enfrentamientos. Los cánticos, que habrían encajado perfectamente en tiempos pretéritos, incluían insultos extremadamente discriminatorios, como «maricones» o «subnormales», al grito de «si tienes un hijo subnormal, no lo dudes más, llévalo a la Resa».

Los vecinos llamaron a la Policía porque la presencia de este numeroso grupo de estudiantes impedía dormir. Además del continuo lanzamiento de petardos y salidas, los cánticos constantes y el simple ruido que hacían 200 personas en la calle imposibilitaba conciliar el sueño. Por suerte, la Policía llegó rápidamente. Tal como se puede ver en vídeos a los que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS, dos patrullas llegan por la calle Serpis y los chavales echan a correr a toda velocidad. Los 'resanos' contestaron por redes sociales, por donde por cierto en la tarde de este jueves compartieron imágenes de ellos bebiendo en lo que parecen las habitaciones del centro, riéndose de los estudiantes: «Dos patrullas han bastado para haceros correr, atletas. 'Correr es de payos'. Acostaos que os encierran».

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Según fuentes de la Policía Local, el Cuerpo ha preparado un dispositivo especial que estaba en marcha en la madrugada del jueves, de ahí la rápida llegada de los agentes. Bastó con ver las luces de los coches patrulla para que los chavales huyeran. Según las mismas fuentes, no se practicó ninguna detención. La presencia policial se repetirá este jueves por la noche y también de cara al fin de semana para evitar que se den estos episodios de nuevo, aunque parece complicado de impedir dado que se organizan por redes sociales.

En otros días de esta semana, los chavales iban a hacer las pruebas de sus novatadas, un fenómeno que la Policía Nacional invita a denunciar para erradicarlo, al entorno del cementerio del Cabanyal, sobre todo después de que, como aseguran los vecinos, la vigilancia de la Universitat de València haya cerrado las entradas al campus por la noche para controlar quién accede al mismo. Además, las reuniones para beber en la zona de Honduras o las 'giras' por los bares de la zona provocan no pocas molestias a los residentes, que están hartos de tener que avisar al Ayuntamiento por las mañanas para que vayan a limpiar la basura y los restos de orines con que amanecen muchos días. El Consistorio mantiene una vigilancia constante sobre la zona y ha aumentado los baldeos y la limpieza como parte de las medidas puestas en marcha para evitar la implantación de una zona acústicamente saturada que obligaría a restringir el horario de los locales de ocio y restauración de la zona.

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