Carta de amor a un símbolo: Valencia se rinde, como siempre, al Himno Regional
Miles de personas abarrotan la plaza de la Virgen para el centenario de la obra de Thous y Serrano, que se interpreta dos veces seguidas como ocurrió en 1909
Benvolguts José i Maximilià: les escribimos un siglo después desde el corazón de la ciudad a la que tanto dieron para explicarles que el Himno ... Regional que compusieron para la Exposición de 1909 sigue más vivo que nunca. Estén donde estén, maestros Serrano y Thous, pueden estar orgullosos, porque la composición ha ayudado a unirnos como pueblo, desde Vinaròs hasta Pilar de la Horadada, pasando, claro, por esa plaza de la Virgen que este domingo estaba repleta de gente (incluso de turistas con banderitas, que ustedes no saben lo que son pero ahora están por todas partes) para cantar aquello de «tots a una veu».
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Y es que, maestros, era un día especial. Celebrábamos el aniversario de la decisión de los Ayuntamientos de las tres capitales de asumir el Himno como regional (que fue en mayo, pero que celebramos en octubre porque, primero, los valencianos somos así y, segundo, así queda más cerca del 9 d'Octubre), pero en la memoria de todos estaba lo ocurrido hace ahora exactamente un año. Unas lluvias torrenciales, como las que ustedes sufrieron en 1897 pero mucho más graves, anegaron parte de la ciudad y localidades limítrofes. Se nos paró el corazón. Pero incluso ahí, en medio de un nivel de destrucción que ni se imaginan, fue su himno lo que unió a la gente. Ocurrió en Algemesí, por ejemplo: el chapoteo de las botas de agua en el lodo fue acallado por unos instantes por aquel «brinden fruites daurades» que escribieron y musicaron.
Es por eso que lo que celebrábamos este domingo era algo especial. Estuvieron presentes, maestros, incluso casi en cuerpo, porque vinieron sus familiares, nietos y bisnietos que mantienen vivo su legado. Claro que tampoco hace demasiada falta, porque trascender debe ser algo muy parecido a que un millar de gargantas entone el Himno con la misma emoción que hace un siglo. De hecho, ¿recuerdan que la primera vez que se interpretó gustó tanto que hubo que cantarlo una segunda vez? Este domingo no estaba Cora Raga, por supuesto, pero sí Tanya Durán, que lo cantó maravillosamente bien. Las dos veces. Lo que pudimos escucharla, porque enseguida la plaza entera se puso a cantarlo. Sí, maestros, no hay valenciano que no se sepa el himno. El «glòria a la pàtria» es lo que más se grita, así que deben estar más que orgullosos.
En el acto participaron también la Federación de Folklore de la Comunidad Valenciana (que es como llamamos ahora a esta tierra, es una larga historia), la Federación de Coros de la Comunidad Valenciana y la Federación Valenciana de Moros y Cristianos, así como Lo Rat Penat (sí, maestros, sigue vivo, y de qué forma) y el Ateneo Mercantil. Pero destacó sobre todo el papel de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana. No tenemos que explicarles, maestros, que esta es tierra de músicos y que poco nos imbrica tanto, «fa territori», como le gustaba decir al presidente Puig, como la música. La batuta la llevaba Cristóbal Soler, y además del Himno Regional, se escuchó el pasodoble Valencia, que también cumple un siglo, y Amparito Roca. Los acordes de cualquiera de esta pieza gritan más «Valencia» que todas las naranjas del mundo, con el máximo respeto a las naranjas, por supuesto.
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Presidió el acto la alcaldesa María José Catalá (sí, maestros, una mujer, los tiempos afortunadamente han cambiado). Puso en valor que ustedes supieron conectar, «como nadie antes, con el espíritu del pueblo valenciano y convertir una composición musical en la voz conjunta de los valencianos y las valencianas». «El Himno ha estado presente en momentos fundamentales de nuestro territorio. Ha sido testimonio de grandes alegrías y también de etapas difíciles. Y siempre, en cada ocasión, ha representado la capacidad de los valencianos para alçar-se en peu i cantar tots a una veu», dijo la primera edil.
En fin, maestros Maximilià y José, esto es una carta de agradecimiento. Sepan, estén donde estén, que el pueblo que tanto querían sigue aquí. Y lo hará hasta el fin de los tiempos. Si eso ocurre, será en parte por los símbolos que nos unen, y sólo la Senyera lo hace más que el Himno que compusieron. No es mala forma de dejar huella en el mundo. Gracias de nuevo.
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PD: sabemos que la letra se le encargó primero a Teodoro Llorente, que fundó LAS PROVINCIAS, pero el jefe se retrasó en la entrega. Discúlpenos, director, pero gracias por ello.
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