Adiós al nuevo Ayuntamiento

El considerado durante 24 años el 'contrapoder' del Ayuntamiento por las concejalías que albergaba ya empieza a ser historia. El edificio municipal de la avenida Aragón está prácticamente vacío, limpio de paredes y cualquier elemento de distribución, donde se incluye la escalera singular que fue su signo de identidad arquitectónica.

Esta semana se ha previsto el inicio de la demolición de la cubierta y las fachadas, aunque depende de las condiciones meteorológicas. Parece descartado que se haga con lluvia, por lo que las máquinas podrían acudir a finales de esta semana. La empresa tiene de plazo hasta finales de año para dejar el solar limpio como una patena y entregarlo a la empresa Expo Hotels & Resorts para la construcción de un hotel de lujo.

Dentro ya es otra historia. El edificio inaugurado en 1986 puede considerarse una cáscara hueca, donde ha desaparecido hasta la escalera de hormigón que presidía todas las plantas y que tanto fue criticada por el gobierno del Partido Popular por su supuesta falta de estabilidad.

La compañía ganadora del concurso trasladará 13.500 toneladas de residuos a vertederos controlados y plantas de reciclaje. El concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarriá, descartó por completo cualquier mantenimiento del inmueble, en respuesta a la petición de la Federación de Vecinos, debido a lo avanzado de las obras y al convenio firmado con la empresa.

«No es la solución que nos hubiera gustado; no nos gusta el derribo del nuevo Ayuntamiento, pero hacer otra cosa podría enfrentarnos a demandas millonarias», dijo. En dos meses, la obra de Vicente González Móstoles y Rafael Rivera habrá pasado a la historia de la arquitectura local.

Después, la sociedad hotelera tendrá seis años para solicitar la licencia de obras, dado que es el plazo fijado por el registro de solares. A cambio de esta propiedad formalizará la permuta de escrituras con la parcela del denominado hotel de Jesuitas, entre la Gran Vía Fernando el Católico, el paseo de la Pechina y la calle Beato Gaspar Bono.

El solar está inmerso en el plan urbanístico del actual campo de Mestalla. No en vano, el Consistorio ha sumado edificabilidad a una de las siete torres para equilibrar la permuta por completo y no perder nada. Fuentes municipales indicaron que el club valencianista ya ha adaptado el proyecto de reurbanización a las alegaciones presentadas.

El proyecto prevé dos equipamientos públicos, uno de los cuales se encuentra fuera de la huella del campo de fútbol. Está situada en el aparcamiento que acoge el Rastro cada domingo, por lo que cabría la opción de adelantarla al resto de las obras. Aún así, se trata de una maniobra complicada porque depende mucho de la propia reurbanización del entorno.

La reparcelación de los solares del club para edificar es una de las jugadas previstas para conseguir financiación y acabar de una vez el coliseo incluso de Cortes Valencianas, paralizado desde hace seis años.