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Sucesos

Un acusado en el caso por narcotráfico contra dos guardias civiles era confidente

Las defensas se muestran esperanzadas ante la posibilidad de que se puedan anular las intervenciones telefónicas

A. RALLO

Lunes, 3 de marzo 2014, 02:03

El Ministerio del Interior remitió esta semana un oficio a la Audiencia de Valencia en el que confirma que Fernando M. S., el principal cabecilla de la trama de narcotráfico -en la que están acusados dos guardias civiles de Tavernes Blanques- era confidente de la Benemérita.

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Las defensas recibieron esta documentación con optimismo ya que entienden que esta información acredita todavía más, según su tesis, la falta de motivación de las intervenciones telefónicas. La contestación de Interior precisa, además, que los controladores de Fernando. M. S. eran precisamente los dos agentes a los que se ha acusado de integrar la red de narcotráfico. Desde este punto de vista sostienen que resulta lógico que mantuvieran contacto con el confidente. Fuentes judiciales creen que esta prueba les confiere más posibilidades a la hora de solicitar la nulidad de los pinchazos telefónicos.

El asunto deberá resolverlo la sección Tercera de la Audiencia de Valencia, órgano que enjuiciará el caso antes de verano. La Sala ya ha reservado casi dos meses de sesiones para el macrojuicio, que arrancará antes del verano.

Los dos guardias civiles arrestados en la operación Gorrión, Carlos Augusto P. M. y Rafael S. C., se enfrentan a una pena de 20 y 18 años de cárcel, respectivamente, por los delitos de cohecho, contra la salud pública, blanqueo de capitales y tenencia de armas prohibidas. El fiscal también pide una multa de cuatro millones de euros para cada uno de los procesados. Los dos agentes ya fueron juzgados por amenazar a un detenido mientras lo trasladaban a dependencias policiales.

La operación Gorrión, en octubre de 2008, se saldó con la detención de 15 personas, entre los que se encontraba, aparte de los dos agentes, un policía local de Pedralba. Los especialistas antidroga también se incautaron de un alijo de 60 kilos de cocaína. La red introducía estupefaciente en España a través del puerto de Valencia. La Guardia Civil averiguó que un cabo y un agente mantenían contactos presuntamente con miembros de la red de narcotraficantes.

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La Fiscalía sostiene en su escrito de calificación que el que ahora se ha descubierto que era confidente -comenzó a colaborar en mayo de 2006- lideraba una estructura piramidal dedicada no sólo al tráfico de drogas sino también a ocultar el dinero que obtenían de esta actividad ilícita. El cabecilla disponía de una serie de empresas dedicadas a la inversión inmobiliaria y a la compra de vehículos para camuflar los ingresos que provenían del mercado negro. Contaba incluso con testaferros. El Ministerio Público cuantifica en más de medio millón de euros las cantidades obtenidas.

Fernando M. S. logró escapar en su día del dispositivo policial. El confidente advirtió la presencia de los agentes cerca de su domicilio y se dio a la fuga. Posteriormente se entregó en la Comandancia.

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