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El niño huérfano que perdió su herencia por una traición familiar

Un matrimonio se enfrenta a penas de 10 y 11 años de cárcel al ser juzgados por apropiarse de casi 400.000 euros de un sobrino que tutelaban

Javier Martínez

Valencia

Viernes, 5 de febrero 2021

La historia de Cristóbal (nombre ficticio para preservar su intimidad) es el bosquejo biográfico de un niño que perdió a sus padres enfermos de cáncer, una semblanza de infortunios, un relato de traición familiar pero también de superación personal. El muchacho huérfano tenía 11 años cuando heredó en 2009 dos viviendas en Valencia, varias plazas de garaje, una tercera parte de un local comercial y 266.200 euros que sus padres le ingresaron en dos cuentas bancarias.

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Su tutora y tía materna, Sandra F. D., se apropió del dinero y los bienes, actuando de común acuerdo con su marido, Alberto A. M., para enriquecerse en lugar de administrarlos en beneficio de su sobrino, según la Fiscalía de Valencia. Tras considerar que cometieron los delitos de apropiación indebida, estafa procesal y falsedad documental, la acusación particular pide 10 y 11 años de prisión para la tía del niño y su esposo, respectivamente.

Engañaron al fiscal y al juez

El juicio está previsto que comience el próximo martes en la Ciudad de la Justicia de Valencia, si el coronavirus lo permite, tres años después de que un juez incoara las primeras diligencias penales. El abogado Diego Solé, que ejerce la acusación particular, afirma en su escrito de conclusiones que el matrimonio se apropió de manera continuada de las rentas que debería haber obtenido su sobrino por el alquiler de los inmuebles de su propiedad.

El acusado, aunque no ejercía la tutoría, falsificó la firma de su esposa, presuntamente, para sacar el dinero de los bancos con celeridad. Además, los procesados «falsearon las rendiciones de cuentas, engañando tanto al fiscal como al propio Juzgado de Menores, mediante la aportación de datos falsos de su gestión», asevera el letrado.

Tras fallecer la madre y el padre del niño en 2006 y 2008, respectivamente, Sandra impugnó el testamento y la última voluntad de su cuñado, que había nombrado tutor y albacea a un tío paterno del niño, y logró la patria potestad con mentiras y difamaciones, según informaron fuentes jurídicas.

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Una vez que controlaban las cuentas bancarias y propiedades del menor, los acusados empezaron a gastar el dinero de la herencia. Alberto compró coches de alta gama, como un Maserati y un BMW X5, y en 2013 comenzó a desviar parte de las rentas que obtenía de los alquileres a una sociedad mercantil que constituyó con su mujer, según la acusación.

El fiscal solicita una pena de seis años de cárcel para los procesados tras calificar los hechos de un delito continuado de apropiación indebida. Sandra y Alberto «manejaron el patrimonio con la intención de enriquecerse», señala el Ministerio Público.

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Según la acusación particular, el perjuicio a la víctima asciende a casi 400.000 euros, un dinero que le habría permitido llevar una vida sin estrecheces, que fue la última voluntad de sus padres. Además, los tutores del menor también gestionaron cerca de 100.000 euros, el total de la pensión de orfandad, pero Cristóbal, que ahora tiene 24 años, nunca les reclamó esta cantidad porque fue destinada para sus gastos.

El joven inició la batalla legal contra sus tíos por el daño moral que le causaron tras sufrir incluso chantaje emocional. Antes de que su abogado presentara la querella, el denunciante intentó resolver dos veces el conflicto a través del sistema de mediación y trató de llegar a un acuerdo por la vía civil, pero los acusados rechazaron todas las propuestas de su sobrino, según informaron las mismas fuentes jurídicas.

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La víctima recibió asistencia psicológica debido al calvario que padeció en los últimos años, y también tuvo que pedir un préstamo de 40.000 euros para pagar deudas que dejaron sus tutores por la nefasta administración de los bienes.

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