Se fuga de la cárcel de Picassent tras dar positivo en cocaína y es atrapado en la autovía CV-36
El interno, que estaba en tercer grado, iba a ser ingresado de nuevo a tiempo completo tras detectarse un consumo de drogas
José Ángel C. cumplía condena de 15 años en el centro penitenciario de Picassent. El interno estaba ya en tercer grado, es decir, que sólo acudía a pernoctar a las instalaciones. Tras uno de sus regresos a la prisión, fue sometido, como se hace periódicamente, a un test de drogas. El resultado fue positivo en cocaína. A continuación se le comunicó que se le retrocedía de grado, al segundo, lo que equivale al ingreso permanente en la cárcel.
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Esta noticia no pudo asimilarla. De inmediato, salió corriendo de las instalaciones, saltó la valla y se marchó del complejo. Al parecer, sostenía que no había consumido y quería ir a una farmacia urgentemente para hacerse un nuevo test.
Esto al menos es lo que defendió en el juzgado de guardia, una vez ya detenido. Unos días antes, en otro control en la cárcel, había dado negativo en drogas. El interno, al que sólo le faltaba un año y medio para obtener la libertad completa, estaba cerca de conseguir un trabajo y un regreso a la cárcel frustraba sus previsiones laborales.
El preso abandonó las instalaciones sin que el personal de seguridad detuviera su avance. Esa misma noche, sin embargo, fue sorprendido por otros policías mientras llenaba una garrafa de gasolina en una estación de servicio de Picanya. Los agentes le preguntaron si tenía algún problema y el fugado señaló que el coche le había dejado de funcionar, al parecer, por un problema de combustible. Facilitó un DNI, pero este no concordaba con una identidad real.
Los agentes comenzaron a sospechar ante la actitud del hombre y este se dio a la fuga por la autovía CV-36. Dos coches se vieron obligados a frenar para no atropellarle, lo que hubiera añadido consecuencias dramáticas al desenlace de esta historia.
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Al verse atrapado, arremetió contra uno de los agentes para tratar de continuar en su huida. Finalmente se rindió. Lo llamativo es que su nombre no figuraba en los registros como fugado del centro penitenciario. El fugado se marchó al creerse localizado, pero en realidad los agentes desconocían que se hubiera marchado de la cárcel.
De hecho, su arresto fue por un delito de resistencia. El hombre aceptó una pena de dos meses de cárcel hace unos días en el juzgado de Instrucción número 1 de Torrent, que estaba en funciones de guardia. Tras quedar en libertad por este delito, los agentes le trasladaron de nuevo a la penitenciaría valenciana.
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