Las dimensiones biométricas del detenido por el atropello del menor coinciden con la posición del asiento

El supuesto autor del atropello sigue en prisión provisional, pero no ha reconocido de manera expresa que fuera él quien estuviera al volante en el momento de la colisión. De ahí que resulte imprescindible reunir otros elementos directos o periféricos para apuntalar la acusación. Por ejemplo, la ubicación de un teléfono móvil de su pareja en el vehículo y que permite reconstruir, de acuerdo a los repetidores, el mismo camino que hizo él hasta el municipio de Cerdà. Fueron 74 kilómetros que completó en 31 minutos. El tiempo medio para esta distancia es de 48 minutos, según las diligencias.

Pero los especialistas del Grupo Judicial de Tráfico de la Policía Local también se han encargado de demostrar que el físico del sospechoso encaja en la disposición del asiento del BMW serie 3 en el que circulaba. El automóvil lo había comprado apenas una semana antes del siniestro y ya presentaba graves desperfectos en los neumáticos delanteros que comprometían la seguridad en un nivel elevado, tal y como evidencia un peritaje de los expertos.

Los agentes han elaborado un informe sobre las dimensiones biométricas del conductor a partir de las imágenes que se captaron en su entrega en la central de Policía Local. Y también han medido la distancia de los pedales al respaldo del asiento. En concreto, 101 centímetros. Esta distancia encaja perfectamente en las medidas del sospechoso. Otro indicio más para armar la eventual acusación contra Ángel C. S.

Además, los especialistas aprovecharon las imágenes del vehículo que la DGT captó durante su huida y efectuaron mediciones del cuerpo que se aprecia en los fotogramas. Y también este trabajo arrojó un resultado positivo sobre la morfología del sospechoso.

Una incógnita acerca de los antecedentes del siniestro sigue sin despejarse y probablemente no se conozca si el imputado se mantiene en silencio. Hacia dónde se dirigía y si había otra persona en el vehículo. La Policía sospecha que su pareja actual iba escondida en el asiento trasero. Esa hipótesis parte de que su móvil se encuentra en el turismo y es precisamente el que se utiliza para contactar con uno de los teléfonos relacionados con el único imputado, pero que utilizaba un familiar.

Las llamadas se producen apenas un minuto después del atropello del joven. Los agentes mantienen que iban a ver a una tía del conductor que reside en Valencia, pero tras el incidente cambiaron de planes y se refugiaron en Cerdà. Allí se ubica el domicilio de su anterior pareja con la que tiene dos hijos, según los dosieres policiales.