Un «gran alivio» para los campos salvo el daño del granizo

Un alivio generalizado para los campos valencianos y un considerable daño puntual en La Costera y en algunos puntos del interior a consecuencia del granizo. Estas son las primeras lecturas que hacen los agricultores del temporal de lluvia que azota la Comunitat desde la semana pasada.

El balance más negativo llega desde La Unió de Llauradors. Según sus estimaciones, la tremenda granizada que el sábado por la tarde asombró a los habitantes de La Costera ha dejado pérdidas de cuatro millones de euros. La asociación contabiliza más de 2.000 hectáreas afectadas en pueblos como Xàtiva, l'Alcúdia de Crespins, Canals, Cerdá, La Granja, Llanera, Llosa, Novetlé, Rotglá y Torrella.

Entre los cultivos más afectados, La Unió destaca los cítricos, con daños en un millar de hectáreas de terreno. No obstante, la producción se ha visto afectada únicamente en las variedades más tardías. En hortalizas, hay daños en unas 360 hectáreas de cultivo de ajos tiernos, lechugas, acelgas y alcachofas.

El pedrisco reapareció ayer en Camp de Morvedre, pero fue especialmente intenso por la tarde en puntos del interior de Valencia como Venta del Moro o Villargordo del Cabriel. En estas zonas, AVA considera que se han producido daños importantes en el almendro «justo en el momento de la floración» y, «posiblemente también en los viñedos». Estos desperfectos todavía no están cuantificados.

A pesar de estas consecuencias negativas, ambas asociaciones de agricultores coinciden en calificar las últimas precipitaciones de «verdadero alivio» y «regalo para el campo» tras meses de angustiosa sequía. Según un portavoz de AVA, «está lloviendo con persistencia y de manera bastante generalizada, con lo que el campo está adquiriendo la esponjosidad necesaria que beneficia a los cultivos». Especialmente bienvenida ha sido la lluvia en las zonas más secas de Buñol, Cheste o Chiva.

En opinión de Ramón Mampel, secretario general de La Unió, «ha llovido poco a poco y durante muchas horas, que es lo que necesitaban cultivos y pastos después de tres primaveras con registros de precipitaciones bajo mínimos».