Las ventas de antidepresivos crecieron un 24% en España en solo un año
El aumento del consumo es permanente desde el comienzo de 2024, con máximos tras los parones vacacionales y con especial incidencia en las mujeres
Cada estudio y trabajo científico que se publica confirma que España no solo tiene un importante problema de salud mental sino que además abusa del uso de los psicofármacos, familia de medicamentos de los que está a la cabeza del consumo internacional.
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La última constatación la ofreció hoy Cofares, una de las principales empresas de distribución farmacéutica de este país. Un informe de su observatorio de tendencias, elaborado con motivo del Día Internacional de la Salud Mental, desvela que la venta de antidepresivos subió en España un 24% en solo doce meses y que sus principales consumidoras son las mujeres, con entre 1,5 y tres veces más de compras de esta clase de fármacos que los varones.
El documento indica que, además, no se trata de un hecho puntual sino de una tendencia sostenida en el tiempo, con una elevación de las ventas de estos medicamentos que no ha dejado de subir en momento alguno desde los primeros meses de 2024 hasta el mes pasado.
La subida fue lineal y permanente durante los más de veinte meses transcurridos, pero estos especialistas sí que han detectado picos de especial presión en la dispensación de antidepresivos y de otros psicofármacos en las farmacias españolas. Esos momentos de muy elevada demanda han coincidido en los últimos cuatro años con los meses posteriores a los grandes parones vacacionales, sobre todo se dan en enero, febrero y marzo, pero también las ventas son muy elevadas en septiembre y octubre.
Cuatro de cada diez españoles convive con un problema de salud mental y es el país con mayor uso de psicofármacos
El documento detalla que los trastornos depresivos son ya la tercera patología mental más frecuente en España, con casi 50 casos por cada mil habitantes. Su prevalencia está justo después de la de la ansiedad (que le duplica en número de afectados) y de la de las enfermedades del sueño, un mal que sufren unos 82 ciudadanos de cada mil .
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El observatorio calcula que cuatro de cada diez españoles conviven con algún problema de salud mental. Estas patologías tienen claros sesgos de edad (son los más mayores y los más jóvenes quienes más las padecen) y sobre todo de sexo, pues se ceban con las mujeres. El 10% de la población sufre ansiedad, una patología que duplica su incidencia en las mujeres y que es también el principal problema de salud detectado entre los jóvenes, pues sufren este trastorno tres de cada cien menores de 25 años.
Dos datos más subrayan el notable problema de salud mental que arrastra España. Estas patologías ya son la principal causa de bajas entre los jóvenes y la segunda entre los adultos y los españoles son los europeos más preocupados por el malestar psicológico después de los suecos.
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Sobremedicación
La ministra de Sanidad volvió hoy a incidir en una irregularidad que corroboran los datos de Cofares y la posición 'premium' del país en el ranking internacional. España tiene un problema de sobreconsumo de psicofármacos. Unos 4,5 millones de ciudadanos, sobre el 10% de los mayores de 18 años, toma a diario ansiolíticos, hipnóticos o antidepresivos, sobre el 16% lo hace cada semana y hasta el 27% los ingiere una vez al mes.
Mónica García considera que el exceso de prescripción se debe a la saturación de las consultas de los especialistas de la red pública –algo que impide que la psicoterapia sea una alternativa real para todos y reduzca el tratamiento químico– y al hábito extendido y erróneo de empeñarse en medicalizar lo que en realidad es un malestar emocional causado en la mayoría de casos por las negativas condiciones socioeconómicas que soportan muchos ciudadanos, especialmente los jóvenes. Defendió que la salud mental depende especialmente de «los códigos postales» y que, más que fármacos, para paliar el problema lo que hace falta son políticas que faciliten el acceso a la vivienda, extiendan la renta básica universal, reduzcan la precariedad laboral y mejoren la conciliación entre familia y trabajo. El consumo de psicofármacos en familias y barrios desfavorecidos es ocho veces mayor que en los más pudientes.
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De hecho, el plan de acción por la salud mental que el ministerio aprobó en abril, además de aumentar psicólogos y psiquiatras en la sanidad pública, incluye una guía para tratar de reducir el alto nivel de prescripción de psicofármacos entre los médicos.
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