La mitad de los médicos jóvenes sufren el síndrome del trabajador quemado
Las guardias de 24 horas sin apenas descansos y la sobrecarga asistencial han generalizado el agotamiento emocional y la baja autoestima
La Organización Médica Colegial (OMC) dio hoy la voz de alarma. Más de la mitad de los médicos jóvenes españoles sufren 'burnout', el conocido como síndrome del trabajador quemado, que se caracteriza por un fuerte agotamiento emocional, una alteración de la percepción de la realidad y una caída de la autoestima y de la realización personal, que desembocan en problemas psicológicos y físicos y en un descenso notable del rendimiento laboral.
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Este grave problema, que afecta sobre todo a los MIR, los médicos residentes que trabajan en hospitales y centros de salud al tiempo que se forman en una especialidad, como destaca la propia OMC, no solo pone en riesgo la salud de estos profesionales sino también «la seguridad de los pacientes» y «la propia sostenibilidad del sistema sanitario público», pues estos facultativos 'quemados' son el grueso de los que atienden los servicios de urgencias y realizan las guardias nocturnas. «El agotamiento emocional y la falta de descanso se están convirtiendo en la norma en una generación llamada a sostener el sistema sanitario», advierten.
Uno de cada cuatro ha tenido que coger la baja, dos de cada tres padecen insomnio y el 38% toma ansiolíticos o alcohol
La alerta es la conclusión principal del informe 'Ikerburn: de la vocación al agotamiento', la primera radiografía integral sobre el desgaste profesional de los médicos jóvenes y sus causas que durante tres años han elaborado los colegios profesionales con la participación de 1.400 de estos facultativos y que busca «romper el silencio en torno a la salud mental de los profesionales sanitarios».
Los resultados del estudio describen una realidad alarmante. No es que más de la mitad de los médicos jóvenes españoles tengan algún síntoma de 'burnout', es que presentan el cuadro clínico completo del síndrome. Un 79% de los facultativos entrevistados sufre agotamiento personal, un 84% presenta despersonalización (como si percibiese su realidad desde fuera de su cuerpo y su mente) y el 63% experimenta una baja realización personal (baja autoestima e insatisfacción laboral).
El resultado del trastorno es que uno de cada cuatro médicos jóvenes han tenido que cogerse una baja laboral como consecuencia de su situación emocional, dos de cada tres padecen insomnio, cuatro de cada diez (38%) ha recurrido a estímulos como los ansiolíticos o alcohol para paliar su problema y hasta el 85% de ellos admite que tiene una disminución de la libido como consecuencia del fuerte desgaste emocional.
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Sobrecarga asistencial y precariedad
La OMC avisa que se trata de un problema «estructural» y que a esta situación se ha llegado por unas condiciones de trabajo insanas y, sobre todo, por un modelo de formación médica «que enferma a sus profesionales». Entre los elementos que mayor desgaste psicológico y agotamiento provocan están las guardias de 24 horas que hacen los residentes, tras las que un 43,6% ni siquiera descansa en jornada ordinaria cuando se hacen en fines de semana. A ello se suma, indica el informe, la falta generalizada de descanso, la sobrecarga asistencial que soportan y la precariedad contractual, con prácticamente un 100% de empleo temporal. Elementos todos, dicen los autores, que «vulneran la normativa europea sobre tiempos de trabajo y repercuten directamente en la seguridad de los pacientes».
El problema, además, no es algo puntual o localizado en un centro o territorio. La alta prevalencia del síndrome afecta a todas las especialidades médicas y a todas las autonomías, aunque se acentúa en las áreas quirúrgicas y hospitalarias y es un 24% más frecuente entre las mujeres. «Atender la salud mental de los médicos jóvenes no es un lujo, es una condición para garantizar la seguridad del paciente y la calidad asistencial», advierte el informe, que pide una reforma estructural urgente de las condiciones de formación y trabajo «para frenar el deterioro del bienestar profesional y evitar la fuga de talento médico».
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El propio documento, que en próximas fechas será publicado por una revista científica de alto impacto, hace a las administraciones públicas una serie de recomendaciones concretas con el objetivo de revertir la situación. Entre ellas está cumplir la normativa laboral y garantizar los descansos tras las guardias; reforzar la tutorización de los residentes y hacer un reparto más equitativo de la carga asistencial; potenciar el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (Paime), que en la actualidad solo conoce el 40% de los residentes; crear programas de bienestar psicológico y conciliación, con especial atención en las doctoras, y poner en marcha un observatorio nacional de 'burnout', para monitorizar la evolución del problema.
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