Los alergólogos alertan sobre el 'síndrome del árbol de Navidad'

La llegada de la Navidad trae consigo la tradición de decorar nuestros hogares con árboles festivos. Pero ojo, porque para algunos, esto no es solo luces y alegría, sino que puede convertirse en una batalla contra el 'síndrome del árbol de Navidad', un fastidio para aquellos alérgicos a los ácaros del polvo o a los hongos.

Tal y como ha advertido la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), los pacientes alérgicos deben extremar las precauciones en esta época festiva, no solo por el riesgo que existe de que presenten alguna reacción alérgica grave por el consumo de determinados alimentos, sino también por el polvo que se acumula en el tradicional árbol de Navidad.

Resulta que nuestros queridos abetos, ya sean naturales o de plástico, pueden convertirse en un campo de batalla para el polvo y el moho. Y aquí es donde empieza el drama navideño para quienes tienen alergias respiratorias. Entre las luces brillantes y las bolas de colores, se esconde la acumulación de cosas que pueden hacer que algunos experimenten una avalancha de estornudos, narices congestionadas y dificultades para respirar. Es lo que se conoce como el «síndrome del árbol de Navidad».

Las esporas de hongos, que se encuentran en el árbol de Navidad, son pequeñas partículas que pueden provocar reacciones alérgicas en algunas personas. Estas esporas no son visibles a simple vista, pero se dispersan fácilmente por la estancia, especialmente cuando el árbol se sacude o golpea, ya sea de manera intencional al limpiarlo o debido a la actividad de los niños que juegan cerca del árbol.

Este proceso de dispersión de esporas puede ocurrir con bastante frecuencia, especialmente a medida que el árbol pasa tiempo en casa. Aunque al principio puede no ser evidente que el árbol sea la causa de los síntomas alérgicos, con el tiempo, la acumulación de esporas de hongos en el entorno puede provocar la aparición o el aumento de los síntomas en las personas sensibles.

Con todo, es muy importante realizar una limpieza exhaustiva del árbol de Navidad antes de usarlo como elemento decorativo y, en la medida de lo posible, hacerlo en un espacio abierto y utilizando agua para ello. La exposición al agua ayuda a que estas partículas alergénicas se adhieran al agua y se reduzca su dispersión en el aire.

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