La psicología destaca los tres colores que usan las personas inteligentes

La colorimetría es una disciplina que estudia cómo el color afecta nuestras emociones, percepciones y decisiones. A nivel subconsciente, el impacto de los colores puede ser poderoso, influyendo en cómo nos perciben los demás y en nuestras interacciones cotidianas. De hecho, saber escoger los colores que mejor se adaptan a nuestra personalidad y circunstancias puede ayudarnos a proyectar credibilidad, carisma y armonía.

En un artículo reciente publicado por el periódico ABC, se señala que hay tres colores que suelen ser asociados con personas de gran inteligencia. Según la psicóloga Sandra Burgos, experta en liderazgo emocional, «la colorimetría estudia la percepción física del color y aporta una guía para tomar decisiones que nos ayuden». De este modo, ciertas elecciones cromáticas pueden incluso hacernos más atractivos o transmitir cualidades positivas.

Entre la amplia gama de colores, hay tres que destacan particularmente en las personas con un alto coeficiente intelectual. El primero de ellos es el azul, un color que recuerda al cielo y al mar, y que suele evocar sensaciones de estabilidad y seguridad. «Aunque este color significa todo eso, también puede transmitir frialdad o lejanía, por lo que si un día te sientes así, es muy normal que recurras al azul», explica la psicóloga. Es un color que denota tranquilidad, pero debe usarse con cuidado para no dar una impresión distante.

El segundo color es el negro, que históricamente ha sido símbolo de elegancia y sofisticación. «Aquellos que visten de negro suelen representar la elegancia y sofisticación, cuando se hace con estilo. Si se lleva siempre puesto, puede dar la impresión de ser alguien triste, deprimido, frío y solitario», comenta Ferreiro. Aunque el negro tiene un gran poder visual, su uso excesivo puede generar desconfianza o una imagen demasiado seria.

Por último, el blanco es un color que transmite pureza y claridad, aunque también puede estar relacionado con personalidades obsesivas. Ferreiro señala que ha conocido a personas que, debido a su perfeccionismo, preferían vestir únicamente de blanco para mantener una apariencia impecable. «Conocí a un paciente que tenía 40 camisas blancas y 40 camisetas blancas, y se las iba cambiando constantemente», comenta-

En conjunto, estos tres colores –azul, negro y blanco– no solo son estéticamente atractivos, sino que también pueden transmitir mensajes potentes sobre la personalidad y el estado emocional de quien los lleva. La clave, como concluye Burgos, está en saber utilizar la colorimetría a nuestro favor, eligiendo los tonos que mejor nos representen en cada situación.

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