La pérdida auditiva en mayores: un problema invisible que sí importa

Hoy, 26 de julio, se celebra el Día Internacional del Abuelo, una fecha para rendir homenaje a esas figuras esenciales en nuestras vidas que nos han transmitido valores, recuerdos y amor incondicional. En esta jornada, más allá de regalos o gestos simbólicos, también podemos reflexionar sobre su bienestar real y cotidiano. Porque, aunque a menudo parezca invisible, la pérdida auditiva es uno de los problemas más comunes y menos atendidos que afectan a nuestros mayores.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 11% de los españoles sufre hipoacusia, siendo la mayoría mayores de 55 años. En muchos casos, la pérdida auditiva comienza de forma sutil: dificultad para seguir conversaciones, pedir constantemente que repitan lo que se ha dicho o subir el volumen del televisor más de lo habitual. Lo que para algunos parece una simple anécdota, para ellos puede convertirse en el inicio de un proceso de aislamiento social.

«El primer síntoma suele ser esa frase que escuchamos con frecuencia: «oigo, pero no entiendo»», explica Francesc Carreño, director de audiologia de Gaes. «Es decir, la persona percibe los sonidos, pero no logra entender bien las palabras, especialmente en ambientes ruidosos. Esto puede provocar frustración y evitar que participen en reuniones familiares o conversaciones grupales», detalla.

Por eso, en este Día del Abuelo, cobra aún más sentido hablar de prevención auditiva y detección precoz. Porque cuidar su salud auditiva es también cuidar su calidad de vida, su capacidad de relacionarse y su autoestima.

Una de las claves para mantener la audición en buen estado es realizar revisiones auditivas periódicas. Los especialistas recomiendan una primera revisión entre los 40 y 50 años, y a partir de los 55, controles anuales. En Gaes, estas revisiones son gratuitas, lo que facilita el acceso a un diagnóstico sin coste y sin barreras.

«La detección temprana permite intervenir antes de que la pérdida sea más severa. Cuanto antes se evalúe la situación, más opciones tendremos de adaptar soluciones eficaces» indica Carreño. Además, recuerda que los audífonos actuales no solo mejoran la audición, sino que también se adaptan al estilo de vida de cada persona, con diseños discretos y cómodos.

Atrás quedaron los tiempos en que llevar un audífono generaba rechazo o incomodidad. Hoy en día, existe una amplia gama de modelos adaptables a cada tipo de pérdida auditiva y preferencias personales. Desde dispositivos casi invisibles hasta opciones con conectividad digital, la tecnología ha hecho posible que oír mejor no implique renunciar a la estética ni a la comodidad.

«El proceso es completamente personalizado. Evaluamos no solo la audición, sino también los hábitos de vida, aficiones y necesidades del paciente. Es como hacer un traje a medida para cada oído», comenta Carreño. Tras las pruebas audiológicas y la adaptación, en Gaes el usuario puede probar el audífono en casa totalmente gratis y sin compromiso de compra, para ver como mejora su calidad de vida.

La pérdida auditiva no solo afecta al sentido del oído: afecta a la forma en que una persona se relaciona con su entorno, a su salud emocional y a su participación en la vida familiar.

Porque tal vez el mejor regalo que podemos hacerles no sea material, sino algo tan esencial como ayudarles a seguir conectados con sus seres queridos. Escuchar sus historias, sí. Pero también tenemos que asegurarnos de que ellos sigan oyendo las nuestras. Hacerlo está en nuestras manos. Y es más fácil de lo que parece.

Desde hace más de 75 años, Gaes se dedica a mejorar la audición de las personas y a ayudarlas a vivir sin límites. Por eso, ofrece revisiones auditivas gratuitas y la posibilidad de probar audífonos durante 30 días, también sin coste ni compromiso. Gaes acompaña a l persona en su camino para descubrir lo bien que sienta oír bien, desde el primer día.

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