Victoria Speyer, o cómo lograr el éxito internacional diseñando abanicos hechos en Valencia
La londinense decidió instalarse en la cuna de los palmitos para crear su propia firma, Khu khu, y así trabajar con los artesanos que llevan una tradición a sus espaldas. De la ciudad del Turia se queda con la luz y la filosofía de trabajar para vivir de sus habitantes
Victoria Speyer nació en Kingston, en Londres, y creció en Kent y en Bath, una ciudad bellísima con una gran importancia histórica. Pasó por Glasgow, ... donde estudió Teatro e Historia del Arte, y adquirió experiencia en industrias creativas de Los Ángeles y Londres. Tras su paso por California, donde vivió cuatro años, supo de un modo inconsciente que el lugar donde se instalaría iba a tener luz y sol en abundancia. Victoria cree que afecta a la salud mental, así que descartó su tierra natal.
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Fue en 2014, mientras estaba viviendo en Sevilla, cuando tuvo su primer clic. «En Andalucía hay un montón de tiendas que venden abanicos, pero la mayoría de los que veía me parecían bonitos, pero pasados de moda. Pensé que si a mí me gustaría tener uno más de mi estilo, quizás a más gente también. Un año después se instaló en Valencia porque quería estar cerca de los proveedores, y en 2016, después de una campaña de crowfunding, donde recaudó poco más de trece mil euros, nació Khu khu, que en realidad recoge el nombre de la tradición egipcia. «El khu fue un tipo de abanico de una sola pluma que significa 'protección y respiración de la vida', y me pareció muy bonito».
Del sector abaniquero de Aldaia, con el que trabaja de forma estrecha, ha aprendido muchísimo: «Ahora entiendo exactamente cómo un tronco de árbol puede convertirse en un hermoso abanico con técnicas tradicionales y artesanales, y todo en un sitio», asegura Victoria, que cree que lo más complicado de empezar un negocio, sobre todo si quieres hacerlo de manera natural, sin inversores, son esos primeros años donde tienes que sobrevivir. Todo requiere paciencia, y ahora ya tenemos raíces fuertes y mucha experiencia y capacidad de crecer».
De hecho, ha creado un mercado internacional gracias a sus ventas online y algunas de sus colecciones están agotadas. «No solemos volver a fabricar algunas de las ediciones especiales, sobre todo cuando colaboramos con artistas». Sus proveedores son todos artesanos de la zona de Aldaia, pero también de la ciudad de Valencia, donde ha ido buscando personas que todavía trabajen siguiendo técnicas tradicionales que le dan un valor mayor al producto final.
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