Los hilos de colores valencianos que ha usado Gucci o El Ganso se destiñen para siempre
La hilatura Belda Llorens, que apostó por la circularidad cuando todavía no se conocía el concepto y llegó a exportar a más de 50 países, entra en fase de liquidación
Habían conseguido pintar de colores el mundo de la moda sin usar agua ni colorantes artificiales. «Somos pioneros en ofrecer hilos sostenibles, con una huella ... climática prácticamente nula», explican todavía en su web. Ubicada en Banyeres de Mariola, Belda Lloréns llevaba casi setenta años de trayectoria y se había mantenido como una de las últimas textiles alicantinas dedicadas a la hilatura. Pero la empresa ha entrado en concurso de acreedores e irá a liquidación, un proceso que comenzó en febrero y que dejará en la calle a la totalidad de la plantilla. El administrador concursal alegó la necesidad de proceder al despido de los 103 trabajadores por «la disminución de la cifra de ventas o la falta de financiación», entre otras razones. Estas circunstancias habían provocado que «desde hace ya meses» no se produjera «rendimiento económico alguno», según el administrador concursal que se ha encargado de la operación.
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La huella de Marie Claire en la industria de la moda
La compañía textil ha sido uno de los motores económicos de Banyeres de Mariola, un pequeño municipio de poco más de siete mil habitantes ubicado en una zona, el norte de Alicante y el sur de Valencia, que durante décadas concentró una potente industria textil, muy golpeada primero por la entrada en la Unión Europea y sobre todo por el libre comercio con China, que provocó la entrada de un producto de peor calidad con unos precios mucho más bajos.
Belda Llorens fue fundada en 1956, y desde sus inicios apostó por la hilatura de algodón reciclado, una rareza en aquel tiempo en el que la industria priorizaba el algodón virgen y los procesos intensivos. La filosofía de Belda Llorens era sencilla y, al mismo tiempo, visionaria: aprovechar restos textiles, clasificarlos por color y tipología y convertirlos en un nuevo hilo para volver a la cadena textil. Es decir, economía circular en tiempos en que no se conocía ese concepto.
Lo que comenzó como una estrategia práctica para optimizar recursos se convirtió con los años en un referente mundial de sostenibilidad textil. Bajo la marca Ecolife Yarns, Belda Lloréns ha producido hilos reciclados que ha llegado a exportar a más de 50 países y que han usado firmas como Gucci, El Ganso o Don Algodón. Además, cada hilo conservaba el color original de las fibras recicladas, evitando procesos de tintura que consumen agua y químicos, y reduciendo de manera drástica el impacto ambiental.
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No ha podido, sin embargo, superar el embiste de la competencia mundial, y paradojas del destino, al mismo tiempo que entraba en proceso de liquidación era elegida para recibir fondos del Perte de economía circular para la industria textil.
El proceso que ha seguido Belda Llorens recuerda al que ya han vivido en el pasado otras compañías del sector textil, desde Ferry's en Canals hasta el último cierre de Marie Claire, una de las últimas industrias de la moda que existían en la Comunitat Valenciana, que cerró definitivamente hace tan sólo unos meses.
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