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Un coche de la Ertzaintza, a la entrada a la Audiencia de Gipuzkoa J. M. López

Condenan a 71 años de prisión al profesor de surf de Hondarribia por abusar de once menores

La sala confirma que el monitor se sobrepasó sexualmente de alumnos de 9 a 17 años entre 2011 y 2021, cuando fue detenido y encarcelado, y le inhabilita para cualquier profesión o actividad con menores

Oskar Ortiz de Guinea

San Sebastián

Martes, 22 de julio 2025, 12:03

La Audiencia de Gipuzkoa ha condenado a 71 años, 5 meses y 9 días de cárcel al monitor de surf de Hondarribia por abusar sexualmente ... de once menores de edad entre los años 2011 y 2021 y por posesión de material de explotación infantil.

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El tribunal le impone penas de entre 4 años y un día y 12 años de prisión por cada uno de los once delitos de abuso sexual, en función de la gravedad de los mismos y atendiendo al Código Penal vigente en el momento de los hechos, así como 5 meses de cárcel por posesión de material de explotación infantil.

En concreto, le condena como autor de cuatro delitos de abuso sexual sobre menor de 16 años en su modalidad de prevalimiento de situación de superioridad; otros cuatro delitos de abuso sexual continuado sobre menor de 16 años en su modalidad de prevalimiento de situación de superioridad; así como tres delitos de abuso sexual continuado sobre menor de 16 años en su modalidad de acceso carnal con prevalimiento de situación de superioridad y un delito de posesión de material de explotación sexual infantil.

Además de las penas de prisión, la Sala fija que el acusado indemnice a las víctimas con cantidades que van desde los 3.000 a los 30.000 euros y establece otra serie de medidas de libertad vigilada y de prohibición de acercamiento y comunicación con las víctimas, así como de inhabilitación para cualquier profesión, oficio o actividades, retributivas o no, que conlleve un contacto regular y directo con menores de edad.

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Los hechos se destaparon en el verano de 2021 cuando la denuncia de seis chavales y las posteriores pesquisas llevaron a la Ertzaintza a detener al acusado por supuestos abusos sexuales. Como medida preventiva, un juzgado de Irun decretó su ingreso en prisión de este hombre, que tiene 40 años. Se temía que hubiera más casos similares que esos seis denunciados, y otros cinco menores se sumaron a la causa. La Fiscalía de Gipuzkoa reclamaba para él una condena de 85 años de cárcel: 84 por once delitos de abusos sexuales a menor de 16 años –a razón de seis años por chaval salvo en tres casos por doce años–, y un año más por un delito de posesión de material de explotación sexual infantil.

Primero seleccionaba a alguno de los niños que acudía a su escuela de surf, al que le hacía sentirse especial respecto al resto de alumnos. Tanto, que poco a poco iba conquistando espacio e intimidad a solas con el menor, con quien tal y como ha confirmado ahora la Audiencia, terminaba compartiendo diversas prácticas sexuales ya fuera en su vivienda, en su furgoneta o en los campamentos surferos que organizaba en las Landas.

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Mismo 'modus operandi'

Este hombre mantuvo un mismo 'modus operandi'. «Se aprovechaba de las actividades que desarrollaba» como profesor de surf –regentaba una escuela y trabajaba por cuenta ajena en otra– y de la «popularidad» con la que contaba en la localidad costera, «para ganarse la confianza de sus alumnos, los cuales lo veían como una figura a seguir».

El ahora condenado elegía primero al alumno, «mayoritariamente del sexo masculino», al que lo distinguía «del resto del rebaño», le regalaba camisetas o clases o le facilitaba descuentos en material de surf. También se acercaba a las familias, siendo incluso invitado a comidas por diferentes padres y madres, que le permitían llevarse a sus hijos a excursiones o a su domicilio «para comer o pinchar música».

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El vínculo entre el encausado y cada menor se iba gestando de manera «progresiva» hasta generarse «una relación estrecha» en la que el hombre «provocaba» una relación de «dependencia» en los menores, muchos de los cuales tenían 9 o 10 años cuando se inscribieron en su escuela de surf. Al principio, el procesado se mostraba «cariñoso con el menor 'escogido', dándole besos y abrazos», y mantenía conversaciones «casi diarias» a través de WhatsApp, en las que daba consejos a los chavales «y se inmiscuía en su vida personal», al tiempo que se enfadaba si alguno de los adolescentes se echaba novia. Al final, lograba «anular» la voluntad del menor, que terminaba deseando «contentarle».

Su estrategia, según ha podido saber EL DIARIO VASCO incluía los traslados a la playa en su furgoneta, en la que llevaba también las tablas de surf. Para ello, solía recoger y depositar a los menores en sus domicilios, e ingeniaba la ruta que permitiera subir al 'elegido' en primer lugar y bajarlo en último, para estar más tiempo a solas. Aprovechaba esos desplazamientos para besos, abrazos, tocamientos en las zonas genitales, primero por encima de la ropa y, en las relaciones más consolidadas, también por debajo del pantalón. Varios menores detallaron también «masturbaciones» o «felaciones» mutuas en el interior del vehículo. Para ganar intimidad, el procesado colocaba «una toalla en la parte delantera», y los cristales tintados hacían el resto.

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Durante el juicio, que se celebró el pasado mes de marzo, el condenado negó los hechos salvo un doble contacto sexual consentido con un menor del que estuvo «enamorado». El resto de acusaciones obedecián, según él, a una especie de complot orquestado a partir de un enfrentamiento que habría tenido con la madre de dos de sus alumnos durante la primavera de 2021, unos meses antes de su detención.

Esta sentencia no es firme y puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

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