El delito contra mayores toca techo en Valencia: 20.000 víctimas al año
Los afectados por estafas se doblan en sólo dos años y la mayoría son ya engaños a través del móvil. En el Día de las Personas Mayores, repasamos la inseguridad que sufren en visitas al banco, teléfonos, patios, ascensores y hogares. «Hay hurtos de familiares que no se denuncian», alerta la defensora del colectivo en Valencia
Los mayores se han convertido en objetivo fácil de la delincuencia. No sólo hay cada vez más vulnerables por el progresivo envejecimiento de la población. ... La soledad, el deterioro mental, la confianza ciega en cuidadores ajenos a la familia o la extensión del teléfono móvil entre personas de edad avanzada están generando brechas de oportunidad para los infractores más crueles.
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En el Día internacional de las Personas Mayores, una cifra resume la magnitud del problema: más de 20.000 personas de más de 65 años sufrieron delitos en la Comunitat Valenciana en 2023, el último año con datos por edades medido por Interior.
La tendencia es nefasta. Es el tercer incremento interanual consecutivo desde el año de la pandemia y marca la cifra de víctimas más alta en 13 años. Cada jornada, una media de más de medio centenar de personas de edad avanzada sufre algún tipo de delito en tierras valencianas.
La foto fija de la delincuencia en mayores sitúa su principal problema en la búsqueda de su patrimonio. Los delincuentes persiguen objetos de valor o ahorros con un sinfín de ideas. La mayoría son hurtos, unos 6.500 al año en la Comunitat, pero las estafas cobran cada vez más protagonismo. Se han doblado en sólo dos años, ya rozan las 5.000 eran 2023 y un 80% son de origen informático: trampas a través del móvil, correos electrónicos...
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Según fuentes de la Policía Nacional, uno de los principales problemas está en los desplazamientos al banco. Hay delincuentes muy atentos a esas personas mayores que, cartilla en mano, van a diario a sacar dinero en efectivo para sus pagos o necesidades personales.
En especial, buscan a los mayores que caminan solos a las extracciones. El consejo es «buscar la compañía de alguien de confianza, usar cajeros interiores y ocultar la clave secreta» ante miradas ajenas. Lo mejor, en cualquier caso, es «domiciliar pagos», usar tarjeta para evitar no llevar efectivo encima y no extraer cantidades elevadas.
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En la calle, la Policía recomienda a los mayores caminar por la parte interior de la acera, llevar el bolso a modo de bandolera y no guardar los objetos personales en los bolsillos traseros. En caso de tirón, «no vale la pena resistirse», pues a menudo es motivo de arrastres y graves lesiones. Es lo que le pasó antes del verano a una mujer de 79 años que acababa de sacar 140 euros del banco en Requena. Un hombre se abalanzó sobre ella, la lanzó al suelo y se apoderó del dinero. Después fue arrestado por la Guardia Civil.
En el hogar, el principal problema es el del falso técnico. «Soy fontanero y vengo a comprobar las goteras del edificio», dijo en abril un atracador a un matrimonio de avanzada edad. Las víctimas confiaron y acabaron encañonadas con una pistola. El delincuente fue arrestado después en Gandia y los agentes comprobaron su arsenal de 'disfraces' para engañar a personas mayores. «Tenía una identificación de vigilante de seguridad, una placa identificativa de escolta y un portaplacas con un emblema de la Policía Nacional», describen desde la Jefatura Superior.
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En el ámbito de los hurtos, los investigadores llevan años detectando la presencia de parejas de jóvenes que se mueven entre patios y escaleras de Valencia. Se cuelan en el portal cuando entran personas mayores y, en los ascensores, les quitan dinero, el teléfono, monederos con documentación y tarjetas bancarias.
Dos de estas ladronas de edificios arrestadas en mayo habían logrado un botín de 3.600 euros con hurtos y estafas a mujeres mayores cometidos en Valencia durante medio año.
Asunción Pérez Defensora de los Mayores en Valencia
«Hay hurtos de familiares que no se denuncian»
Asunción Pérez es una de las personas que mejor conoce esta realidad en Valencia. Es la Defensora de los Mayores. En el Día Internacional del colectivo reclama «reflexionar sobre su papel fundamental en nuestra sociedad y reconocer sus conocimientos y experiencias acumuladas, favoreciendo que vivan con dignidad, respeto y bienestar».
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El creciente envejecimiento demográfico, estima, «es un reto social y político que se tiene que abordar luchando frente al edadismo, generando compromisos entre las partes interesadas para potenciar los derechos humanos de este colectivo».
En sus cuatro años como Defensora de los Mayores, Pérez ha recibido múltiples quejas sobre distintos tipos de maltrato. «Físico, psicológico, emocional, por razones económicas o materiales, abandono, desatención, o simplemente el menoscabo grave de la dignidad y el respeto», ahonda.
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En el ámbito familiar, describe, «los delitos de hurto monetarios o patrimoniales son casos en los que, la mayoría de las veces, la víctima no quiere denunciar por tratarse del entorno familiar y que pueda acarrear sanción». Una bolsa oculta de sufrimiento añadido. Las estafas, apunta, «son más frecuentes en las personas mayores, sobre todo si se identifican como solventes». Las recomendaciones «a través de los cauces de comunicación o charlas en los centros de mayores son una buena prevención», destaca Pérez.
Ha detectado que los atracos «son mas frecuentes en las fechas de abono de las pensiones». Y las proximidades de los bancos «son el lugar preferido» por los delincuentes. En el caso de un asalto en el hogar aconseja «no oponer resistencia frente a violencia física».
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En general, los delitos contra personas mayores, «van cambiando a medida que la picaresca introduce nuevos métodos». Tanto en el entorno familiar como social, «debemos protegerlos» porque «han aumentado espectacularmente estos últimos años». Y urge: «Es nuestra obligación utilizar todos los métodos disponibles para protegernos».
El bienestar físico, psíquico y social, concluye, «debe ir acompañado de un reconocimiento a los valores aportados por los mayores y que se deben compensar con una preocupación permanente por todos ellos».
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