Imagen de la campaña desplegada por Aldeas Infantiles.

Abuelos pero no canguros: la rebelión de las canas

Los mayores de la familia se resisten a convertirse en los encargados de cuidar a los más pequeños pero la estadística no engaña: el 85% se ocupa de atender a la prole de sus hijos

Jorge Alacid

Valencia

Lunes, 29 de septiembre 2025

Dato mata relato... también en materia de atención familiar. Un estereotipo muy extendido atribuye a los más mayores (abuelas y abuelos) el cuidado de sus ... nietos dentro de ese entorno, en un imaginario ambiente de felicidad compartida. Y aunque en efecto esa dicha acompaña a la población senior que dispone de tiempo para dedicarlo a estas actividades (que ocupan al 85% de la población española en esa franja de edad senior), en realidad esa imagen no termina de ser cierta del todo. Un estudio reciente de la ong Aldeas Infantiles rompe con el generalizado tópico según el cual el bienestar familiar depende de la sonrisa de satisfacción que distingue el semblante de la abuela cuando recoge a la prole de sus hijos a la salida del colegio. O del risueño semblante con que el abuelo pasea con los más pequeños de la casa. Verdadero, hasta cierto punto: Aldeas Infantiles recuerda que ni las personas mayores son todas dependientes (la inmensa mayoría, según las fuentes estadísticas consultadas, viven solas prefieren seguir tal y como están), ni ser mayor es incompatible con tener relaciones íntimas: el 88 % reconoce estar enamorado y para el 65%, las relaciones sexuales siguen siendo importantes. Fuera mitos: pueden ser abuelos pero se resisten a ejercer de canguros.

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Esta es la conclusión principal de este estudio donde aflora una emergente rebelión de las canas, condensada en una cifra llamativa: en España, casi la mitad de los abuelos y abuelas -el 46,7%- cuidan a sus nietos de forma habitual mientras sus hijos e hijas trabajan, según el Informe sobre Edadismo publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en 2025. Hay más datos que se desprenden de ese estudio y dibujan una realidad invisible: el 85% de los encuestados declara que participa en algún momento en el cuidado de nietos y nietas, el 28,6 %, lo hace a diario y el 39,2 %, varias veces a la semana. «En un contexto laboral en el que la conciliación es un complicado juego de malabares, los cuidados de la infancia y de las personas dependientes son generalmente asumidos por las redes familiares», observa la ong. Y añade: «La labor de los abuelos y abuelas es una pieza clave para nuestra economía y nuestra sociedad, en la que 9,9 millones de españoles tienen más de 65 años: representan, según la estimación del Instituto Nacional de Estadística (INE) para 2025, el 20,4 % del total de la población y la cifra seguirá creciendo en las próximas décadas».

En ese nuevo escenario que se dibuja, cuando la población de más de 60 años supondrá el 40,2 % del total a escala mundial, según el Índice Global de Envejecimiento de HelpAge International, Aldeas Infantiles subraya que debemos entender el ámbito de las personas mayores de 65 años como «una realidad heterogénea en todos los aspectos2. »Si algo tienen en común la mayoría«, añade; »es ser abuelos y abuelas«. Una condición que distingue a ocho de cada diez personas de este colectivo, radiografiado por el CIS en una serie de investigaciones que alcanzan conclusiones llamativas. Por ejemplo, que el cuidado de los nietos y nietas es una tarea donde apenas existen diferencias de género. De hecho, el 33% de los hombres dedican varios días a la semana a cuidar a sus nietos y nietas, una cifra que es del 32% en el caso de las mujeres.

Más datos avalan estas observaciones. Tanto para los abuelos como para las abuelas, el promedio de tiempo dedicado a esa labor es de 16 horas semanales, según la Encuesta de Calidad de Vida elaborada a nivel europeo por la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo. Una realidad que activa las preguntas que se hace el estudio de la ong, interesada en saber cuáles son los beneficios que aportan a nietos y nietas y si conocemos de verdad las necesidades y los retos a los que se enfrentan abuelos y abuelas. ¿Está su trabajo lo suficientemente reconocido y valorado? Aldeas Infantiles, que agradece el papel que juegan los mayores en la crianza de nietos y nietas «cada vez más patente y protagonista», a la vez que valora «el apoyo económico de los abuelos y abuelas» a sus hijos como «un sólido pilar en una sociedad en la que el ritmo de trabajo invade todos los espacios de la vida y la conciliación laboral pertenece, casi siempre, al ámbito de la fantasía», anota los testimonios de quienes se confiesan satisfechos con el papel de cuidar a los menores de cada familia... pero sólo hasta cierto punto.

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Es el caso de Andrés Losada, cuyas apreciaciones se incorporan al estudio. Vicepresidente de la Sociedad Española de Gerontología, señala que precisamente la falta de conciliación familiar repercute en la calidad de vida de la población senior «que renuncia a otras áreas de valor» como consecuencia de la atención que prestan al cuidado de la infancia. Para Antonella, una italiana que vive en España dedicada a atender a sus dos nietas, esa ocupación representa un estimulante aliciente en el otoño de su vida, aunque... «Siento nostalgia de mi tierra», confiesa. Y advierte al respecto de los entresijos de esta nueva faceta: «Hay que tener cuidado para no interferir en el papel de los padres». Una opinión que se completa con otra parecida, esgrimida por Fernando López, un abuelo de 69 años, consagrado al cuidado de sus seis nietos mediante una estrategia que resume en esta frase: «Estoy con ellos pero no los crío: eso lo hacen los padres».

Así que a la frase que sirve a Aldeas Infantiles titular su estudio ('Abuelos y Abuelas, ¿qué haríamos sin ellos?'), las conclusiones responden de manera bastante concluyente. Además de reivindicar «el reconocimiento de la solidaridad y generosidad de los abuelos y las abuelas» y aceptar que «la crianza no es sencilla, en un contexto donde padres y madres trabajan y la jornada laboral a menudo no es compatible con la escolar», los mayores se convierten en un pilar fundamental, «ofreciendo acompañamiento afectivo, apoyo logístico, cuidado cotidiano e incluso respaldo económico». «Su papel», prosigue, «es imprescindible para que muchas familias puedan sacar adelante a sus hijos e hijas». ¿Moraleja? «Es imprescindible el desarrollo de medidas de conciliación efectivas y reales por parte de las empresas y la Administración», señalan los autores del informe, que citan entre estas medidas propuestas como la ampliación de los permisos de maternidad y paternidad, la posibilidad de jornadas laborales flexibles o reducidas, el impulso del teletrabajo regulado y voluntario, la implementación de horarios escolares más compatibles con la jornada laboral o la creación de centros de cuidado infantil accesibles«. »Estas políticas permitirían a los progenitores asumir plenamente su rol en la crianza, sin que asignemos a los abuelos una responsabilidad que no les corresponde«, concluye. Y diríamos entonces adiós a esa inquietante figura: la de la abuela que es también canguro.

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