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Saltar el muro

Km. 20 'Determinación, confianza y coraje'

Lunes, 27 de noviembre 2023, 00:36

Hace unos días un periodista me hizo una pregunta que tiene una respuesta muy difícil. Se acercó y me dijo cómo sabía un corredor que ... estaba preparado para afrontar el Maratón. Mejor dicho, cómo sabía si estaba preparado para competir el Maratón y desafiarlo al máximo de sus posibilidades. Mi respuesta fue muy técnica con un gran peso en mi papel de entrenador. Inicié la contestación comentando que a lo largo de la planificación, hemos realizado diferentes test, es decir, hemos utilizado objetivos de proceso para comprobar que el camino es el correcto. Por otro lado, se han realizado competiciones que nos ayudan a valorar el estado de forma y comprobar que seguimos en la senda de la buena preparación. En este proceso, algunos corredores han tenido que reajustar sus expectativas. Si los indicadores y comprobaciones de rendimiento no son los adecuados, merece la pena rebajar el objetivo final y no darse un golpe de realidad.

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El Maratón baja los egos y no perdona a los muy osados.Todas mis respuestas iban enfocadas al control de la estrategia de carrera, las buenas condiciones meteorológicas, tener buenos compañeros de viaje, la salud física y por supuesto, una buena dosis de suerte que también es necesaria. Después de muchos años maratonianos, he visto experiencias de todos los colores. He tenido corredores que han realizado la preparación perfecta y soñada. Han controlado todas las variables del entrenamiento y del descanso. Su compromiso durante los meses de preparación ha sido máxima. A pesar de todo ello, no han conseguido el resultado que correspondía a su esfuerzo y estado de forma.

En el peor de los casos, ni tan siquiera el duro castigo sobre el asfalto, les deja pasar por el arco de meta. Maldita y bendita distancia, que te lo da y te lo quita todo. No le comenté al periodista que el corredor de Maratón ha de tener un gen especial, sólo elegido para los más privilegiados. He conocido grandes corredores de 10k y ½ maratón que no han logrado llegar al mismo nivel de rendimiento en la distancia de Filípides. Su rendimiento nunca ha llegado a ser el mismo. Lo han intentado una y otra vez. Han logrado ser buenos corredores maratonianos, pero no excelentes corredores en esta distancia. Ocurre el caso contrario. Corredores no tan destacados en distancias menores, sufren una transformación que les convierte en verdaderos monstruos de la distancia.

Distancia y tiempo. LP

No le dije toda la verdad al periodista. Competir el Maratón no sólo depende de la parte física y el control del entrenamiento. Una vez, se supone que has cumplido con el deber del trabajo, la gran diferencia radica en los estados de creencia mentales de los competidores. Hay que desbloquear y quitar todos los topes y limitaciones que nos metemos en nuestra cabeza. El maratoniano que marca la diferencia, tiene el sufrimiento en su ADN y sabe soportar la presión previa a la carrera con total naturalidad. No hay otra manera de conseguir el éxito. Aquellos que tienen el poder de minimizar las teorías de la fisiología del esfuerzo y salir al asfalto con respeto, pero sin miedo, tienen la vacuna adecuada. Debe tener marcado a fuego la confianza, seguridad que vas a pelear cada metro, que no hay rendición en las adversidades, saber que has entrenado lo que debes y te mereces como nadie el triunfo más deseado.

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El Maratón es muy caprichoso y tiene corredores elegidos para triunfar. El año pasado realizó el debut en Valencia, un desconocido corredor para el gran público y en general para todos los aficionados llamado Kelvin Kiptum. No tenía ni de lejos las mejores marcas y desde luego no era de los favoritos. Durante toda la carrera, supo estar en el grupo principal, dejando una impresión fantástica conforme avanzaban los kms. En televisión y en general los medios de comunicación, empezaban a preguntar quien era el joven corredor que estaba debutando. Sorprendía su solvencia y desde luego su valentía. A medida que fueron pasando los kms, el grupo iba perdiendo unidades y seguía con paso firme. Todos sabemos que el maratón empieza a tener las líneas rojas a partir del km 30.

Aquellos corredores, que no han sido capaces de dosificar su esfuerzo o han sido demasiado valientes, pueden empezar a tener problemas. Seguíamos expectantes cuando dos kms más tarde, el joven atleta keniata lanzó un ataque demoledor, que no pudo ser seguido por ninguno de sus rivales. No tuvo piedad y fue devorando los kms a una velocidad que jamás se había visto en un maratón. Fué aumentando la ventaja con sus rivales y llegó a la pasarela azul en solitario. Recuerdo perfectamente el momento y me sigo emocionando. El público se levantó para aplaudir una gesta que no podíamos imaginar. Kiptum levantaba los brazos para celebrar la victoria. En un pequeño instante, giró la cabeza y vió al final de la recta el marcador, que estaba situado arriba del arco de meta. Indicaba que podía bajar de las 2h y 2 minutos. Fué entonces, cuando todavía tuvo fuerzas para realizar un verdadero sprint y conseguir hacer la tercera mejor marca mundial de la historia, detrás de Kipchoge y Bekele con un tiempo de 2h01:53

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Unas horas más tarde seguíamos tratando de digerir la barbaridad que nos había ofrecido Kiptum, cuando suena mi teléfono y me llama mi sobrino para contarme la guinda del pastel de un día tan sorprendente. Sus amigos estaban viendo el maratón aproximadamente en el km34. Cuando Kiptum pasa al lado de ellos, se dan cuenta que tira junto a los contenedores alguna cosa que llevaba en su mano. Se acercaron a ver lo que era pensando que sería un gel y se llevaron la sorpresa de comprobar que el corredor, había tirado el reloj que le iba marcando los ritmos de competición. En ese momento, que le pasaría por su cabeza. Se deshizo de lo único que le estaba gestionando su intensidad en competición. Quería sentir la libertad de correr y dejar la exclavitud de los ritmos. Su determinación y la fe que tenía en sí mismo, le llevaron a volar por las calles de Valencia, con el convencimiento pleno del dominio de todas sus capacidades. Su rendimiento no estaba controlado, pero fué capaz de quitarse todas las limitaciones. Se desprendió de las ataduras de la lógica y surgió la belleza de lo imposible.

Los chicos que recogieron el reloj se quedaron perplejos. Hicieron diferentes capturas y me fueron pasando los parciales que llevaba durante la carrera. Aquello todavía me dejó mucho más alucinado y me hizo comprender, que hay seres humanos extraordinarios que han nacido para superar los límites establecidos. Todos sabemos la trayectoria que ha tenido después de correr en Valencia. Ha ganado en Londres y Chicago, estableciendo un nuevo récord mundial 2h y 35». Es decir, en 10 meses ha logrado ganar los tres maratones que ha competido en su vida. Después de estas gestas, se ha escrito mucho sobre su método de entrenamiento. Realiza volúmenes semanales que en algunos casos llegan a los 250 - 300 kms. Pero tiene un arma mucho más poderosa que está al alcance de los privilegiados. Ha eliminado de sus pensamientos las falsas creencias, que le han dado la libertad y la fuerza, para hacer lo que nunca antes se había conseguido. Ha roto los límites de la velocidad en un maratón. Ha vuelto a subir el listón, donde era imposible hace muy poco tiempo.

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Determinación, confianza y coraje son tus mejores armas para mirar de frente a tu enemigo. Estos últimos días, son para empezar a creer de verdad y con todo el convencimiento que lo vas a conseguir. Conecta tus piernas, tu corazón y los pensamientos. Sincroniza cada célula de tu organismo. Deja que la energía y la vitalidad penetren en cada uno de tus músculos. No dejes el espacio para las dudas y la incertidumbre. Busca la paz y la calma personal en tu propia seguridad. Soñamos y deseamos con todas nuestras fuerzas que llegue el día de competir. Visualizamos la entrada a meta y nos emocionamos sólo de pensar en las sensaciones que vamos a vivir. Lo vas a conseguir, es el fruto de tu esfuerzo, las ganas de superarte todos los días y la ilusión que has depositado en cada entrenamiento.

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