La incertidumbre económica marca la cosecha de la vendimia

La vendimia se ha iniciado ya esta semana en el término de La Font de la Figuera con unas previsiones de cosecha similar a la de la campaña pasada, una buena calidad y con la incertidumbre de cómo afectará la comercialización por la evolución de la pandemia.

En la Cooperativa La Viña, que abarca 2.500 hectáreas de viñas no sólo del término de La Font, sino de Fontanars y, en menor medida, de otros municipios limítrofes como puede ser Moixent, Villena o Almansa (Albacete) ha comenzado con la variedad más temprana, la Chardonnay, y viendo lo recolectado hasta el momento, los técnicos de campo estiman que este año será una cosecha "normal" y similar a la del pasado año, según su presidente, José Fita, eso se traduce entre los 10,5 y los 11,5 millones de kilos. Además una calidad buena, dado el excelente estado de salud del fruto, aunque que todo dependerá de que no se produzcan tormentas y fuertes lluvias.

En la comarca de la Ribera Alta, en Turís, la recolección se iniciará la última semana de agosto, adelantándose en una semana a la fecha habitual, según explica el enólogo de la bodega Baronía de Turís, Joan Picó. La estimación de cosecha también es similar a la de 2019, unos 4 millones, porque "aunque el invierno ha sido muy lluvioso, la planta ha desarrollado muchos vegetales, pero menos frutos", explica Picó, que puntualiza que de la variedad autóctona, la Moscatel, sí que habrá este año más kilos.

Con respecto a cómo se está llevando el proceso de la vendimia con la normativa anti-covid, en ambas comarcas explican que la presencia de temporeros es menor, porque la mayoría de la superficie se recolecta de manera mecánica y para aquellos socios que aún realizan la recolección a mano se les ha formado en un plan de contingencia y de seguridad para minimizar el máximo de riesgo. Así mismo han establecido un riguroso protocolo para la recepción en bodega.

Lo que sí ven con preocupación en ambas comarcas es la futura comercialización de los caldos por la incertidumbre ante cómo está evolucionando la pandemia. Ya se vieron afectados por la paralización del estado de alarma y el cierre del sector hostelero. Tanto Fita como Picó aseguran que los que les está salvando es la venta en las supermercados y en bodega, porque el canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) se paralizó totalmente durante más de dos meses.