El coronavirus pone puertas al monte

La búsqueda de espacios al aire libre donde mantener la distancia social y alejarse del coronavirus ha provocado que muchos fines de semana algunos parajes naturales valencianos cuelguen el cartel de completo como la Murta en Alzira o la Font Roja en Alcoi.

Y es que los aforos derivados de la pandemia han llegado hasta a las montañas, uno de los sitios preferidos en estas primeras semanas del otoño para pasar jornadas en familia.

Desde su reapertura tras el estado de alarma, el paraje natural de la Murta, cuenta con una limitación de aforo y la necesidad de reservar cita previa para visitar esta zona. El aforo va de 120 a 180 dependiendo de las horas y durante los fines de semana son muchos los visitantes que se quedan a las puertas al estar completo.

Una situación que antes de la pandemia solo se daba en momentos puntuales como puentes festivos pero que ahora es cada vez más habitual al haberse restringido de forma importante el número de visitantes por hora. Estas restricciones han sido criticadas por una de las plataformas en defensa del paraje, Amics de la Murta, que consideran que con ellas se busca disuadir a los visitantes ya que existe espacio para la distancia social.

Pero este paraje valenciano no es el único que limita su acceso. Otros, como el de la Font Roja en Alcoi, en el que no hay aforo, este mismo fin de semana tuvo que cerrar la carretera de subida ya que el aparcamiento y el centro de visitantes estaban llenos.

La cancelación de fiestas o el miedo a los espacios cerrados causa que mucha gente opte por visitar zonas naturales y municipios de interior durante sábados y domingos. Así se ha notado un incremento de visitantes en uno de los municipios de la provincia de Valencia, Bocairent. En los meses de agosto y septiembre la oficina de turismo ha recibido a 5.126 personas, dos mil más que en el mismo periodo de 2019. Aunque no hay limitaciones en las zonas naturales, los espacios de picnic se llenan, un hecho que no pasaba hasta el momento y los fines de semana las entradas para sus monumentos se agotan.

Un verano agobiante es el que han vivido los municipios de la Canal de Navarrés, no por los grados de temperatura, sino por la acumulación de gente buscando zonas de baño. A excepción de las playas continentales en Anna o Bolbaite, el resto de espacios naturales no se podía poner aforo, por lo que en Bicorp, su alcaldesa, Josefina García, califica la situación vivida como «superdemencial». Y aunque la presión ha bajado, los municipios de esta comarca siguen siendo vía de escape para muchos turistas en busca de naturaleza y aire libre.

Aunque no pueden contabilizar senderistas, en Navarrés también están teniendo una mayor afluencia de visitas en este principio de otoño. «El sendero de los Chorradores está, especialmente los fines de semana, llenísimo de gente haciendo senderismo«, asegura la alcaldesa, Estela Darocas. Sí que aporta un dato, »todas las casas rurales están al completo, algo que no era habitual«, asegura.

Esta vuelta de miras a lo rural tiene su parte positiva y negativa, según explica la alcaldesa. «Económicamente está beneficiando al pueblo, pero para los que tenemos responsabilidad pública de tener que controlar, ante la pandemia, las medidas de seguridad es una angustia constante, porque hay que evitar que puedan verse afectados los vecinos».